Despierta, Kira.

Veinte

Hoy recordé una de las tantas costumbre que tenías de adolescente.

¿Recuerdas cuando creías ciegamente que si pedías un deseo a las 11:11 a.m. éste se cumpliría? La primera vez que te vi intentarlo fue a los trece años cuando querías que tus padres te obsequiaran un gato para tu cumpleaños. Sorprendentemente, esa era tu historia cada vez que alguien te preguntaba que de dónde habías sacado al michi.

Esta mañana pedí un deseo. Te reirías de mí si me hubieras visto juntas mis manos como si estuviera a punto de rezar. Jamás pregunté a quién le pedías tu deseo a la hora de hacerlo; siempre asumí que se trataba del universo por todas las creencias de tu familia.

Decidí que no me limitaría al universo únicamente a la hora de hacer mi pedido. No quise arriesgarme y dejé que mi pedido fuera enviado a cualquier fuerza poderosa que pudiera oírme y ser capaz de efectuarlo.

Pedí tu recuperación y tu regreso a una vida feliz.

Espero que se cumpla.

Despierta, Kira.




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