Despierta, Kira.

Veintiuno

¿Recuerdas cuando en biología de tercer año vimos el cerebro? Habíamos estudiado que habían accidentes cerebrovasculares que podían producir grandes retrocesos en las personas. Un ejemplo era la afasia, que ocasiona la pérdida de la capacidad de comprender o incluso reproducir el lenguaje. Tú habías hecho un comentario que dejaba ver lo trágico que te resultaba, y que no podías imaginar lo doloroso que debía ser ver a un ser querido atravesándolo.

Esta mañana fui al hospital a insistir con poder visitarte una vez más. No sabía si tus padres estarían allí, pero Evelyn me había dicho anoche que hoy estaría todo el día contigo.

Me preocupé cuando la vi con ojos llorosos y rojos. Me abrazó al instante de haberme visto y temí lo peor. Una vez más, me vi ahogándome en la incertidumbre de qué había ocurrido hasta que tu hermana logró calmarse y explicar de manera atropellada lo que sucedía.

Aún me cuesta digerir a noticia de que uno de tus miedos puede convertirse en realidad. Evelyn no me especificó si ya es un hecho o si se trata de una posibilidad, pero dijo que los médicos diagnosticaron que, si algún día despiertas, lo harás con afasia.

Me angustia la idea de que no comprendas nada de lo que te diga en el futuro. Evelyn dijo que todo lo que yo diga lo oirías como si fuera un idioma desconocido para ti, y que tampoco será una alternativa hablarte por notas porque no lo comprenderías.

Me pregunto si estas cartas se volverán un sinsentido para ti.

También me pregunto si vale la pena toda esta lucha. Temo que al despertar no hagas más que sufrir.

Sufrir por no entender qué te dicen, qué te sucedió ni dónde o cuándo estamos. Sufrir por el tiempo perdido y el derrumbe de la familia que estábamos construyendo.

No me gustaría que despertaras para sumergirte en una vida inundada del dolor y la desesperación.

Me gustaría que esta mañana no haya sido más que una de mis tantas pesadillas haciéndose pasar por una realidad. Pero, muy a mi pesar, no lo es.

Una vez más, aquí está lo maravilloso de lo impredecible de la vida.

Despierta, Kira.

 




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