Hoy recordé el último Año Nuevo que celebramos y la ingenuidad con la que creímos que el 2017 sería nuestro gran año. En cierto punto casi lo fue: estuvimos a punto de mudarnos y estuviste embarazada. Lo caótico llegó tras el accidente que aún hoy, casi cinco meses después, sigue quemando.
Sigo sin comprender qué hemos hecho mal para merecernos esto. ¿Cuánto mal habremos causado en vidas pasadas como para tener que soportar tanto sufrimiento ahora?
Últimamente he estado pensando que todo esto es mi culpa. Quizás tú y yo nunca tendríamos que haber salido. Soy un asco, un desastre con patas. Tú mereces algo mucho mejor que yo.
Y lo siento, en verdad lo siento. Lamento haber arruinado tu vida, lamento haberte atado a mí. Si no nos hubiésemos enamorado, aquella salida jamás habría ocurrido, y en consecuencia el accidente no habría existido. Si no me hubiese colado en tu vida, tú no estarías postrada en una cama.
Tendrías una mejor vida sin mí en ella.
Perdón, perdón, perdón.
Por favor, despierta, Kira.
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Editado: 07.11.2020