Día 9

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MARTES
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Lo he pensado bien. Si quiero dar el paso, necesito un empujoncito.

Enviado a las 7:20 am.

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Eh... ¿Entonces es aquí cuando pregunto qué clase de empujón?

Enviado a las 8:15 am.

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«Al menos tuvo un mínimo de tacto al preguntar y seguirme el rollo».

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¡Sí! Y ahora yo te respondo de qué hablo.

 a las 8:18 am.

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¿Te gusta dar muchas vueltas no? Pudiste decir directamente lo que quieres desde el primer mensaje.

Enviado a las 8:20 am.

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«Nath, no sabes el arte de la comunicación. ¿Qué gracia tendría si lo digo todo de una vez?».

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No me digas que eres de esos que cortan cualquier intento de conversación, enviando lo que necesitan y esperando lo que desean y ya está. Como si fueran conversaciones por compromiso.

Enviado a las 8:25 am.

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El tiempo es muy preciado. Además, no intentaría estar buscando temas de conversación cuando eso no es lo que quiero.

Enviado a las 8:49 am.

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«Es decir, prefieres verte como alguien que está por interés en sus cosas que fingir aunque sea un poco de decoro para no perder el tiempo».

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Debes ser el mismísimo desierto de Gobi. ¿Sabes que para no verte como un perro desgraciado debes tener un poco de cordialidad con los demás?

Enviado a las 8:52 am.

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«¿En serio le acabo de decir a mi crush perro desgraciado? Que me den un filtro por favor».

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Sé con qué tipo de personas actuar como un perro desgraciado.

Enviado a las 9:00 am.

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¿Debería considerar ser una de las personas con la que puede ser él mismo? Nah, sentirse especial por un trato así es pésimo.

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¿El traje de perro desgraciado sueles vestirlo también en persona?

Enviado a las 9:04 am.

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«Y dale con perro desgraciado... Ya que, una vez dicho, queda desbloqueado. Además, no reclamó. Al menos por mensaje».

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Todos visten muchos trajes. Entender cuál es el que se suele usar más por gusto que para aparentar es difícil de interpretar.

Enviado a las 9:43 am.

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«Bien, el muchacho me aplicó frasecitas, que por cierto, muy certeras la verdad, sobre cómo todos en realidad se comportan de cierta forma dependiendo de quién sea la persona.

No puedo negar que es verídico lo que dice.

¡Oh! Coincidí en la biblioteca con él. Está sentado con una mano sosteniendo su cabeza. Se está mordiendo los labios. Dios... ¿no sospechará si me siento en la misma mesa?».

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¿En este momento estás usando un traje a gusto?

Enviado a las 9:48 am.

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Cálmate. No hay que ponernos nerviosa solo porque clavó sus ojos oscuros en mí por un instante cuando se percató de que me senté y que tuve el atrevimiento de brindarle una pequeña sonrisa en modo de saludo.

Justo ahora estoy con un libro abierto a saber en qué página solo para fingir leer, pero estoy atenta a los movimientos o sonidos que pueda hacer, estando él al frente y al costado izquierdo separados a dos sillas de distancia.

Tengo el celular en el lado derecho, siendo oculto por el grosor del libro. Así que si salta un mensaje, podré leerlo sin necesidad de alzarlo.

Escucho un perceptible suspiro y de refilón lo miro elevar la mano y deslizarlo por su cabello negro largo que roza cerca de sus orejas y un tanto ondulado en las puntas de estas. Aunque por la frente le caen delicadamente unos mechones, se vislumbra un ceño fruncido al observar el celular.