El corazón también se quema

LA BIBLIOTECA

 

Al terminar las clases me dirigí a la biblioteca para hacerle tiempo a Melanie ya que ella está en el grupo de fútbol del Colegio.

—Hola, Mirna - susurro al acercarme. Mirna es la bibliotecaria, lleva años en este colegio y es muy amable.

—Hola Marihan ¿Cómo estuvo sus vacaciones? —me pregunta de igual manera

—Estuvieron bien gracias por preguntar ¿y las suyas?

—Muy bien, gracias nena, por cierto -dice acercándose a mí —. Mira la caja de allá —señala una caja sobre una mesa pegada a la pared cerca del despacho.

—¿Es lo que creo que es? —sonrío al ver la reacción de afirmación de Mirna.

—Llegaron hoy en la mañana, te las iba a ir a tu clase, pero tuve que arreglar los libros nuevos.

 

Me dirijo rápido a la mesa y abro la caja, al abrirla me encuentro con 8 libros, los había encargado antes de empezar las vacaciones y hasta ahorita llegaron al colegio, cierro la caja, la agarro y Mirna me mira con una sonrisa de alegría.

—Me alegra que todavía hay personas que amen la lectura, si te soy honesta, solo 2 personas vienen a esta biblioteca con más frecuencia, tu y Melanie, aunque Melanie no lee ni una revista.

—Tiene mucha razón en eso —digo entre risas

—Te dejo, iré a traer algunas cosas que necesito, fue un gusto verte nuevamente —dice acercándose al despacho, agarró su bolsa y salió de la biblioteca.

Puse mis cosas en una de las mesas situada cerca de la ventana, empecé a sacar los libros de la caja para revisarlos.

—No sabía que trabajabas aquí, estoy muy sorprendido.

Volteo a ver y está Steven recostado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una su sonrisa de lado.

—Es aburrido trabajar en un lugar, así como este —dice el caminando mientras observa todo

—¿A qué te refieres? —pregunto mientras lo veo acercarse

—Pues, tan aburrido, lleno de libros, silencioso y sin ningún alma presente, excepción de la de nosotros dos— me mira a los ojos y dice —. ¿Cómo puedes trabajar aquí?

Doy la vuelta ignorando su mirada y vuelvo a meter los libros en su caja, agarro mis cosas y lo miro a los ojos—. No trabajo aquí, pero aquí me mantengo la mayor parte del tiempo.

—¿Por qué?

—Es liberador —respondo dando la vuelta y camino para la puerta

—¿Liberador? —escucho un susurro de Steven, de reojo puedo ver qué él se queda viendo los libros que están en los estantes, doy la vuelta y lo miro detalladamente, la forma en que está parado tan seguro de sí mismo, sus manos metidas en las bolsas de su chaqueta.

—El verde te va a gustar -señalo el libro de pasta gruesa

—¿Orgullo y prejuicio? —él me mira confundido y yo solo asiento con la cabeza

—Mejor miro la película —dice dejando el libro en el estante.

—Está bien, si tú lo prefieres así, no hay problema —doy la vuela y sigo caminando, Steven me alcanza y veo que tiene el libro en la mano y solo sonrió.

Al llegar a la puerta del colegio, Steven se digna hablar.

—¿Qué vas a hacer?

—Iré a la cancha a ver a Melanie entrenar

—¿Melanie?

—Melanie es mi mejor amiga, la que me llamó el día que nos conocimos en la feria —digo mientras lo miro a los ojos, pero el desvía la mirada —¿Quieres venir así la conoces?

—¿Estás segura?

—Sí

—Está bien, déjame ayudarte con esa caja, se mira que pesa demasiado —dice extendiendo sus brazos para agarrar la caja

—Muchas gracias Steven

Le entrego la caja y empezamos a caminar a la cancha, lo vi un rato y tiene su expresión de sorprendido al ver que aún no era día del partido, solo era un simple entrenamiento y hay demasiadas personas apoyando a las jugadoras.

—Ahorita vengo

—Está bien, buscaré un lugar —digo mientras me adelanto

Con la mirada busqué un lugar libre en las bancas y subí a guardar lugar, unos minutos llega Steven con dos algodones de azúcar, se sienta a la par mía y pone la caja de los libros del lado contrario.

—Pues —dice sobando su cabeza y viendo los algodones, volteo a verlo y el me mira con pena —. No sé si te gusta los algodones, solo eso había en la tienda —me da una bolsa de algodón sin hacer contacto visual —. Te iba a comprar palomitas de maíz acarameladas, pero no había, solo venden el día del partido -dice justificando su acción.

—Steven, muchas gracias por el algodón, me encantan -respondo con una sonrisa y recibiendo la bolsa, Steven me mira y me da una sonrisa.

—Oye ¿quién es Melanie? —pregunta viendo para la cancha

—Esa que está corriendo alrededor de la cancha —digo mientras saboreó en mi boca un poco de algodón de azúcar.

Melanie percata que la estamos viendo y empieza a buscar con la mirada en dónde estamos, hasta que me vio ella sonrió de felicidad, su mirada se dirigió a Steven y su sonrisa se eliminó, pasó su expresión de felicidad a confusión, Steven le sonríe y la saluda con la mano, lo cual Melanie le responde el saludo, vuelve a verme y se figura una sonrisa de lado en sus labios mientras frunce el ceño y sigue corriendo por la cancha.

Termina el entrenamiento, Steven y yo vamos a la cancha a buscar Melanie, ella agarra sus cosas y se dirige a nosotros

—Melanie, él es Steven y Steven ella es Melanie —digo en forma de presentación

—Mucho gusto Steven —dice Melanie extendiendo su mano

—El gusto es mío Melanie —responde Steven estrechando su mano con la de Melanie.

Steven saca su celular del bolsillo de su pantalón y lo mira, su expresión se torna preocupado

—¿Todo está bien? —pregunto un poco preocupada

—Sí, lo siento tengo que hacer una llamada —dice alejándose un poco de nosotras

Volteo a ver a Melanie y ella me está viendo con una sonrisa pícara

—¿Todo está bien? -dice en tono de burla, haciendo una risa un poco escandalosa al final

—¿Que dices? - pregunto entre risas




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