El corazón también se quema

LA LLAMADA

—Melanie, despierta, se nos va a hacer tarde

—Todavía es temprano —dice dando la vuelta en la cama. 

—¡Melanie! —exclamo jalando la sábana con al que estaba tapada —. Tenemos que limpiar el desorden de ayer, tú mamá no tarda en llegar.

—Pero todavía es temprano

—No es temprano, son las 4 de la tarde, vamos levántate, tu madre nos mata si nos ve aquí y en este estado.

—¿Dijiste 4 de la tarde? —pregunta histérica levantándose de golpe, viendo el desorden de la habitación — ¿Tú sentiste la alarma?

—Sí

—¿Por qué no me despertaste?

—Te vengo despertando desde hace 5 horas

—5 horas —susurra Melanie caminado en la habitación —. Me duele demasiado la cabeza— reprocha sobando su frente con la mano.

—Ves aquella botella —digo señalando una botella vacía, que estaba tirado en medio de la habitación.

—No me digas que...

—Sí, te la tomaste completo, después de comer sushi, y no resultó nada bien para tu estómago, tuve que limpiar hoy en la mañana —respondo viendo la reacción de Melanie, su rostro se puso más pálido de lo habitual, ella pone sus dos manos en la cabeza y tiene una expresión de sorprendida y alterada, al ver la forma en que ella entraba en pánico por beber tanto procedo a hablar —. Okay, hagamos algo, yo iré por una pastilla para la resaca y tú empieza a limpiar esto, cuando regrese te ayudo así terminamos antes que tú mamá llegue.

—Está bien, pero creo que mi mamá tiene pastillas en su mesa derecha al lado de su cama, en el segundo cajón.

—Iré a ver, si no iré a la farmacia —digo saliendo de la habitación.

 

La habitación de la mamá de Melanie no estaba tan lejos de la suya, son como 2 habitaciones de por medio, haciendo que entre ellas no se escuchara nada de lo que pasaba. La habitación, es demasiado grande que la cama estaba en medio de la ella y todavía había demasiado espacio a sus extremos, como la de Melanie, tenían dos puertas, una daba a un baño propio y la otra a un inmenso closet, al entrar me dirigí directamente a la mesa de lado derecho de la cama a buscar las pastillas en la segunda gaveta, la búsqueda fue exitosa, encontré las pastillas, baje las escaleras y me dirigí a la cocina a traer un vaso con agua, cuando escucho la puerta principal de la casa abrirse.

 

—Buenos días, Sophia

—Buenos días señora Clara

 

Sophia es la que cuidó a Melanie desde pequeña y se encargaba de las cosas de la casa, cuando sus padres, más que todo su mamá tenía que salir de viaje por trabajo.

 

—¿Cómo siguió la señora Gutiérrez? —pregunta Sophia, cerrando la puerta principal

—Muy bien, gracias por preguntar, ya está mejor —responde dejando sus llaves en la mesa que está al extremo de la entrada —. Me imagino que mis hijas están en la habitación de Melanie, no es así.

—Así es señora, no han salido desde ayer en la noche, pidieron comida y subieron.

—Muchas gracias por cuidarlas, Sophia, iré a ver cómo están.

 

Al escuchar eso salí corriendo con el vaso de agua y las pastillas; procuro subir las escaleras para el segundo nivel por la parte de atrás de la casa, cuando iba subiendo escucho mencionar el nombre de mi madre.

—Señora Clara, la señora Reyes la llamó, sobre aquella situación y la confirmó —dice Sophia con un tono bajo

—Marihan lo tiene que saber, pero —toma una pausa —. Yo no le puedo decir, no es mi trabajo, y sé perfectamente que ella no le va a decir absolutamente nada a su propia hija, ella la va abandonar.

—No diga eso, esperemos que no —exclama histérica

—Conozco a Elizabeth y se perfectamente que ella no va a afrontar las cosas, jamás quiso a Marihan, desde que nació ella la hizo aún lado.

—La niña Marihan —dice Sophia con un tono melancólico —¿Usted cree que ella va a sufrir?

—No estoy muy segura, ellas jamás fueron cercanas, pero estoy totalmente segura que Marihan reconoce más como figura materna a Nani, mi madre, que a Elizabeth.

Mi mente lo sigue procesando, entre más lo pienso más preguntas tengo ¿Qué es lo que mi madre me tiene que decir? ¿Por qué me va abandonar? ¿Qué es lo que está pasando que yo no me he dado cuenta? ¿Es cierto que mi madre jamás me quiso? Lo único cierto de todo esto y lo único que tengo la respuesta es que la única figura materna que he tenido es Nani, desde que yo me acuerdo ella siempre estuvo apoyándome en todo, hasta lo más tonto que se me haya ocurrido.

Escuché unos pasos dirigiéndose a las gradas, lo cual el sonido me hizo reaccionar y me saca de mis pensamientos, terminé de subir las escaleras lo más rápido que pude. Llegué a la habitación de Melanie la cual ya estaba casi limpia solo faltaba limpiar la cama y ocultar las botellas de licor. 

Melanie se percata que estoy ahí y se me queda viendo como si hubiera visto un fantasma —. ¿Qué te pasó? Estás muy pálida

—Tu madre ya llegó —digo mientras recupero el aliento —. Venía subiendo las escaleras.

Melanie pone sus ojos como platos, su piel empieza a tornarse un tono más pálido de lo habitual, camino a dónde estaba ella y le entrego la pastilla y el vaso del agua. Toda la basura que está sobre la cama la metí en una bolsa negra, agarre las botellas y las demás bolsas que ya tenía preparadas Melanie y las metí a la ducha y cerré la cortina para taparlas así nos daría tiempo después de sacarlas.

 

Melanie deja su vaso en su tocador y se dirige corriendo a su closet y saca varias prendas de ropa y lo puse sobre la cama justo a tiempo, escuchamos que alguien toca la puerta de la habitación.

 

—Pase —dice Melanie guardando la calma

—Buenas tardes mis niñas ¿Ya alistándose para la cena? —pregunta Clara dirigiéndose a nosotras

—Sí, se nos hizo un poco tarde —argumento sin dirigirle la mirada

—¿Ustedes no huelen un aroma ligero a alcohol? —pregunta buscando con la mirada por toda la habitación




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