El corazón también se quema

PERDÓN

Las personas que trabajan en la funeraria nos ayudaron a servir el café, lo repartimos, y minutos después empieza a caer una pequeña llovizna, en eso entra un grupo pequeño de cuatro personas, los reconozco al instante, solamente por unos minutos quería parar el tiempo, pido que no sea incomodo, es la familia Catalán, Hugo, Luisa, Steven y Luis Catalán, los cuatro caminan a dirección donde está el señor Gutiérrez, yo los miraba desde el otro terminado de servir café, quería pasar de desapercibida, dejé el café en una mesa que estaba pegada en la mesa.

—Disculpe señorita —pone una mano en mi hombro y obtiene mi mayor atención sin darme vuelta —Será que puedo hablar con Marihan, parece que me está ignorando o no es a mí, pero vengo con esa persona.

—No, ella no está ignorando a nadie, solamente quiere evitar frases pendejas que siempre dicen—me doy vuelta y lo miro a los ojos —. Hola Luis

—Hola Marihan —dice con una pequeña sonrisa de lado

—¿Cómo estás?

—¿Cómo crees?

—Perdón, fue una pregunta estúpida

—Estoy bien, gracias por preguntar

—¿Quieres ir afuera? —pregunta señalando con la cabeza a dirección de la puerta

—¿Al supuesto parque que hay afuera?

—Si

Volteo a donde está el señor Gutiérrez, él estaba con sus demás hijos, tíos de Melanie, —. Si, salgamos — respondo devolviendo mi mirada hacia Luis

Al salir siento una mirada potente en mi espalda, era una mirada tan fuerte que la reconocí en cuestión segundo, me detengo y no doy ni un paso más, volteo ligeramente para ver si estaba en lo correcto, y si, lo estaba, Steven me estaba viendo de reojo, que no es muy bueno haciéndolo, doy la vuelta y sigo mi camino junto a Luis.

—Lo odias —dice sin dejar de caminar

—No lo odio, solamente…

—Solamente que cambio contigo cuando estaba en la disco —me interrumpe

Asiento la cabeza —. Fue otra persona cuando fui a su casa y bueno que no me saludara y solo me viera de reojo y me diera una sonrisa de labios cerrados fue algo raro para mí, solo lo idealicé sin conocerlo bien

Él se queda en silencio y se sienta en el césped, me siento a la par de él.

—¿Te gusta? —pregunta sin dejar de hacia enfrente

—¿Qué? —pregunto, aunque sabia de lo que se refería

—¿Él te gusta? —repite la pregunto con el mismo tono de seriedad

—Me parece lindo, pero no lo conozco muy bien.

—Así que es un sí, él te gusta

Luis deja ir su espalda quedando totalmente acostado en el césped con las palmas de las manos en la cabeza sin importarle que esta mojado por la llovizna hace un rato, hubo un pequeño silencio, no sabía que decir yal parecer él estaba procesando la información mientras veía el cielo despejado, el sol brillaba, una pequeña brisa mueve delicadamente las hojas los árboles.

—Espera… ¿Tu mamá es doctora? —pregunta Luis rompiendo el silencio, me sorprende mucho su pregunta que tardo en contestarle

—Si, mi madre es doctora —respondo un poco confundida

—Adivino, fuiste a la feria el 3 de diciembre

—Si

Él da una pequeña risa, levantando el torso viéndome a los ojos, levanta la mano a una cierta distancia para que yo la estrechara —Es un placer conocerla al fin “chica de las palomitas de maíz” —termina esa frase con una sonrisa de labios cerrados

—¿Chica de las palomitas de maíz? —estrecho su mano un poco confundida

—Si, así te puse cuando Steven me contó que le cayó encima a una chica muy hermosa que iba comiendo palomitas caramelizadas y aunque él si sabia tu nombre, te decíamos así, pasó todas las semanas buscándote, hasta que al fin te encontró, de casualidad iban a estudiar en el mismo colegio, luego me contó que hablaban mucho, que fuiste a su casa —toma una pausa y continúa —. También me dijo que le cae mal tu mejor amiga.

—¿Melanie? —digo entre carcajadas —, se le notaba la verdad, ella tampoco lo traga mucho que digamos.

—Es mutuo entonces —dice entre risas

—Si, por cierto —me quedo callada y eso hace que él me vea a los ojos con el ceño fruncido —¿por qué me hablaste en el antro, cuando te despediste?

—Solo había visto una foto tuya, pensé que eras tú, pero me sorprendió mucho que él no se te acercara a hablar —da un suspiro y continua —Me acerqué a hablarte, quizás así te reconocería, pero no fue así, luego que fui por ti donde estabas con Josh, se me hizo raro, luego de la forma Steven te miraba en el área VIP fue más raro aún y me hizo dudar demasiado si tú eras de la que él tanto hablaba o no.

—Ahora casi todo tiene sentido

—Ahora casi todo tiene sentido

—¿Casi? Por —fue interrumpido cuando suena su celular.

Luis saca el celular y se le queda viendo, volteo mi mirada para otro lado, se levanta y se aleja un poco para contestar, me quedo sentada por unos minutos, hasta que regresa me levando del césped.

—¿Está todo bien? —pregunto viéndolo regresar

—Si, todo bien, solo que un amigo enfermó y tengo que ir a suplirlo al trabajo —dice con cabeza baja

—Esta bien, espero que se mejore

—Gracias, lo siento mucho, pero me tengo que ir

—No te disculpes, ni te preocupes, tienes que irte, vas a llegar tarde.

—Esta bien, te lo voy a recompensar.

—No tienes nada que recompensar, te necesitan en el trabajo

Él asiente con la cabeza, da media vuelta y da un par de pasos, se detiene de repente, da media vuelta viéndome a lo ojos, camina hacía donde estoy yo, y sin pensarlo dos veces me da un abrazo, me costó reaccionar y asimilar lo que estaba pasando, él se separa una cierta distancia y deja sus manos en mis hombros, me da una sonrisa de boca cerrada, sin decir nada se aleja de mí, me quedo confundida, pero me siento bien, necesitaba ese abrazo.

Me quedé un rato acostada en el césped sin importar que estaba mojado y me podía manchar, escucho cada pequeño sonido, en eso giro mi cabeza y veo acercarse a alguien, que hace que me siente para ver quien era.




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