Capítulo 10

Al sentir que el tiempo se terminaba, llegaron las confesiones finales.

— Señor NamJoon, ¿Cómo es que nunca me sacó el miedo a mi? —preguntó Milena.

— Lo hubiera hecho —contestó el Marqués— pero en todos estos meses no lo pude encontrar, investigué mucho y a la única conclusión a la que pude llegar es que, como no existe la ausencia total del miedo, lo que más te aterraba a ti, ya está resuelto. O sea, Milena, habrás tenido un miedo grande pero algo hiciste para que desapareciera.

   Milena sonrió, y pensó en cuanto se había aliviado su alma al momento de abandonar las estrechas paredes de su hogar.

— Eso es mucho decir, créeme —continuó el Marqués—, fuiste la primera persona que me dejó éste resultado, la única también, y ahora no quiero saber cuál era ese miedo. Si ya se ha evaporado, ¿Para que pensar más en él? Incluso nosotros como aprendices, debimos pasar por esto para entender el proceso. Ésta es una de las razones por las que decidí entregarte mi poder, eres casi invencible. Te respeto por eso. Creo que, sin saberlo, tu ya traías la magia antes de llegar a esta casa y que mis enseñanzas no harán más que desarrollarlas.

   En ese instante se escuchó un gran estruendo. Finalmente la puerta del Castillo había sido derribada. Hoseok esperaba que lo atacaran, pero siguieron de lado sin reparar en el siquiera, lo único que deseaban era apoderarse de los collares —cada uno del propio— y del Marqués. ¿Cuánto tardarían, a pesar de la puerta falsa y de la antigua armadura,en encontrar el Sótano de la Alquimia? ¿Permitiría el Marqués que acabaran con su formidable laboratorio?

— Creo que debemos despedirnos —Dijo al fin el Marqués sin demostrar mucha emoción—. Tu fuiste mi ruina, Milena, pero al arruinarme conseguí una aprendiz, una heredera y por fin alguien que me amara. Gracias.

   Cerrando tras de sí cuidadosamente la puerta, dejó el sótano, le entregó las llaves a Milena y subió las innumerables escaleras, erguido el cuerpo, caminando con dignidad, y se presentó ante la turba que lo llamaba y lo buscaba.

   Acabado el linchamiento, abandonó la gente del pueblo el Castillo, dejando el cuerpo del Marqués tirado en las escalinatas de la entrada. Bajaron de la colina satisfechos y llevaron con ellos a dos de sus hombres, muertos en la batalla por accidentes, siendo uno de ellos el leñador que había incitado a la rebelión. Fue entonces cuando Hoseok y Milena, quienes habían tratado de pelear contra la multitud pero que fueron ignorados, recogieron el cadáver de su amo para limpiarlo y darle la sepultura que merecía. Eligieron el jardín más importante de todos, cerca de la tumba de sus antepasados, donde se encontraban los árboles más oscuros, donde el verde se transformaba en negro. Antes de enterrarlo, Milena pidió a Hoseok que esperara un poco, iba en busca de un collar que tenía la certeza de encontrar. Al cabo de un rato llegó con el en las manos, y lo guardó junto al cuerpo del Marqués. En la etiqueta del collar se leía:NOMBRE: KIM NAMJOON, PROFESIÓN: MARQUÉS APRENDIZ DE ARTESANO, MIEDO: MORIR SIN ENCONTRAR A NADIE QUE LO AME.

El material era Cristal del bosque y la fecha, de cuarenta años atrás.
 

FIN.

Historia original:

El Cristal Del Miedo (Marcela Serrano)

Primera edición: 2002