Epílogo.

Lágrimas resbalaban por sus mejillas sin saber porqué. ¿Cómo explicar su dolor? ¿Cómo superar su ausencia? ¿Cómo ser fuerte en estos momentos? Su corazón se comprimía con cada sollozo. Sentía que algo había muerto en su interior.

"¿Por qué estoy llorando?" -pensó- "No lo entiendo.

Su partida me duele y no entiendo porqué. Pensé que solo era una buena compañía, alguien con quien hablar y compartir. Pero poco a poco se fue metiendo en mi corazón, despertando sentimientos que creí que se habían extinguido.

No lo entiendo.

Extraño su voz, sus ojos, su sonrisa.

Extraño sus palabras llenas de esperanza, persistencia, rebeldía y fuerza. Nunca conocí a alguien así.

Tan sólo recordar duele.

Quisiera besar sus labios en estos momentos. Tengo un deseo interminable de sentir su piel contra la mía. ¿Por qué no lo hice antes? Qué idiota. Pero aún así tuviera la oportunidad ahora mismo, no lo haría. Tengo demasiado orgullo como para aceptar este extraño deseo en mi interior.

Tuve mi oportunidad y la perdí aquella noche en la cueva. Sentí un delicioso cosquilleo dentro de mí. Indescriptible. Especial. Excitante.

Me duele. No quiero volver a sentir esta vulnerabilidad de nuevo. Me hace sentir débil.

En varias ocasiones me dijo que soy una buena persona. Entonces eso seré de ahora en adelante: una buena persona.

¿Qué estoy diciendo? ¿Por qué quiero cumplir sus deseos? No tiene sentido. Al menos no para mí.

Aunque ahora que lo pienso, cada palabra que dijo era verdad. Todo era como lo pensaba. ¿Cómo me puedo interesar por una persona como esa? Nos la pasamos discutiendo la mayoría del tiempo. Me refutaba cada palabra que decía.

Entonces, ¿por qué me duele tanto?

Siento como si mi corazón fuera a explotar necesito gritarlo, pero ¿cómo? ¿Qué necesito gritar? No lo sé. Y si yo no lo sé, ¿entonces quién?"

Subió una pequeña colina. Desde arriba podía ver el plano y bello horizonte. Era un paisaje como todos los días: anaranjado, con las nubes moviéndose hacia la derecha  al ritmo de la rotación planetaria; el sol ocultándose en las profundidades de lo oscuro y lo desconocido. Sin embargo, esa tarde tenía algo diferente. Era casi especial.

"Lo que había estado buscando?" -se preguntó-. "No me había dado cuenta de que ya lo había encontrado".

- ¡TE AMO! -gritó con fuerza a todo pulmón y con las mejillas húmedas con la esperanza de que le escuchara.

Se dio cuenta de su amor demasiado tarde. Ahora lo único que quedaba era seguir su camino y tener su recuerdo presente, de esa forma jamás podría olvidarla.

Tomó sus cosas, dejó el diario enterrado abajo de un árbol, dijo sus últimas palabras casi en un secreto para sí, escribió sus iniciales "S.W." en el tronco del árbol y se fue. Tenía una misión que cumplir.

Sin embargo, esa misión fue interrumpida por un ligero ruido dentro del bosque. Daryl se volteó y tomó su ballesta y colocó una flecha en su arma. Apuntó hacia los árboles. Se veía calmado, seguro, determinado a disparar en cualquier momento, cualquier segundo por cualquier movimiento.

El ruido se hacía cada vez más fuerte, se acercaba hacia él; el suspenso hacia que su corazón se agitara a toda velocidad. De repente salió de entre los árboles con los brazos extendidos con una sonrisa burlona de oreja a oreja. Daryl disparó y la flecha se clavó en el tronco de un árbol a la altura de su cabeza y este se detuvo.

- ¿Así recibes a tu único hermano?

- ¿Merle?

- ¿Acaso tienes otro hermano?

- ¡Merle! -corrió para abrazar a su hermano.

Su hermano le comentó de un lugar en las afueras de la ciudad con un grupo con quienes se estaba quedando. Le advirtió que la ciudad estaba atiborrada de Caminantes. Le propuso que se quedara con él. Daryl aceptó ir por supuesto. Luego, se volteó al escuchar el sonido de una rama al quebrarse; se volteó y observó por unos segundos esperanzado, pero al no ver nada continuó.

- ¿Qué sucede? -le preguntó Merle.

- Nada. -respondió Daryl desilusionado.

Se fue con su hermano sin mirar atrás. Emprendió su camino dejando atrás su pasado y teniendo presente su futuro. Estaba claro que algún día olvidaría todo. "Al final todo se olvida, ¿no?" -pensó él, pero estaba equivocado. Podrá olvidar aquellos momentos con su compañera de viaje, podrá olvidar su rostro o al menos pretenderlo; pero él sabía perfectamente que los sentimientos perdurarán por siempre en su corazón.





 

~Fin~

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Y llegamos al final de esta historia. Espero que les haya gustado y la hayan disfrutado tanto como yo.

Quería agradecerles por su colaboración y por haber leído este fanfic. Muchas gracias por todo.

En serio, no tengo palabras para agradecerles.

En unos días publicaré la segunda parte, porque sí, hay una segunda. Mientras tanto, ya saben, tengo más historias y pueden pasarse a ver qué les gusta.

Espero encontrarles en alguna de ellas. :)

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¡¡Gracias por leer, hasta pronto!!
(*＾3＾)/～♡