GABRIEL.
Me siento en la cama, paso mi mano por mi rostro hasta parar en mi cabello, no se si lo de la chica fue solo un sueño, aún la imagen de cómo la tome sigue viva en mi mente, así que no fue ningún sueño.
Aún recuerdo como besaba su cuello, y como ella correspondía a cada beso, su cuerpo se estremecía con cada toque.
Recuerdo que salí y le dije que no se moviera, pero cuando regresé ya no estaba, la busqué afuera donde la encontré, pero no estaba, supuse que se había marchado.
Y ahora que lo recuerdo no sé de dónde salió.
—¡Carajo! —digo al recordar que no use protección. —Maldita sea —vociferó, furioso conmigo mismo.
Tengo que encontrar a esa chica. ¿Cómo pude ser tan irresponsable? No debí haberla tomando así. Después de darme una ducha me visto y salgo directo a la empresa. Debo encontrar a esa mujer, no quiero sorpresas, y no solo eso, debo asegurarme que no me haya contagiado de alguna enfermedad. ¿Cómo pude dejarme llevar? Solo era para que me hiciera compañía, solo eso.
—Buen día, señor.
—¿Qué tienen de bueno, Daniel? Ven a mi oficina —digo entrando al elevador.
Yo, un hombre tan responsable caigo de esa forma. No debí dejarme llevar.
—Dígame, señor, ¿en qué puedo ayudarle?
—¿De dónde sacaste a la chica de anoche?
—¿Qué chica, señor? —me mira confundido
—¿No enviaste a ninguna chica?
—No, señor, usted no me lo pidió —cómo llegó ella a ese lugar.
Entonces, ¿cómo llegó ella a ese lugar? Esto no me gusta. Si Daniel no la envió y tampoco estaba con los suecos, ¿de dónde salió?
—Necesito que averigües quién es la chica del club.
—Sí, señor, ¿algo más?
—Daniel, que sea con discreción por favor.
—Sí señor —Dice antes de retirarse.
Me quedo sumido en mis pensamientos. Si no encuentro a esa mujer, no podré estar tranquilo.
Voy a la sala de juntas donde tengo la reunión con los suecos… La reunión fue rápida ya que sólo era firmar y estipular algunos puntos.
Tras despedirme, le pedí a mi asistente que los acompañara a la salida, ya que regresan hoy mismo a su país.
Aun no puedo sacar a esa mujer de mi mente no se quien sera…
Días después.
Ha pasado una semana y todavía no dan con la chica. Pedí las grabaciones de ese día, precisamente de esa noche. Ella aparece deambulaba por el pasillo, ahora me pregunto si estaba bajo los efectos de algún narcóticos. Aún no se ni su nombre y tampoco se lo pregunté.
Aún no me explico cómo fue que me enrede con ella, tal vez fue por ese condenado beso.
—Señor, aún no tenemos nada de la chica —me informa mi asistente.
—La tierra no se la pudo haber tragado así nada más.
—Lo siento señor, pero nadie sabe de donde salió. Según lo que ha dicho el seguridad, esa noche era la primera vez que la veía en el club y no la ha vuelto a ver más.
—¿Y supongo que no sabe con quién llegó ni con quién hablo o con quien se fue?
—Llegó con otra chica, suponen era su amiga. Ambas estuvieron solas por casi tres horas, pero luego dos hombres se unieron a ellas —miró a mi asistente. Ella estaba con alguien más. —Lo curioso de todo es que ella fue al baño y, al salir de este se fue al lado contrario, o sea por el pasillo qué llevaba al área VIP, pero esta área solo la utiliza el personal —mi ceño se frunce.
—¿Quieres decir que ella conocía a alguien?
—No lo creo, señor, yo creo que ella trataba de escapar de alguien. Lo digo por la forma en que mira hacia el corredor.
—¿Escapar? ¿Por qué escapar por ese lado?
—No lo sé, señor.
—¿Hablaron con los hombres que estaban con ellas?
—No, están en eso.
—¿Y qué hay de la amiga de ella o compañera?
—Ella se fue con el otro hombre, pero tampoco hemos dado con ella.
Paso mis manos por mi cabello con frustración. Tal vez deba dejar todo como está, ella en su mundo y yo en el mío. Pero simplemente no puedo. No quiero que algo no deseado suceda.
—Cuando tengan más información, me avisas.
—De acuerdo señor.
SEMANAS DESPUÉS.
He seguído con mi rutina habitual, además de ello me hice un chequeo, por ahora todo está bien.
Hace unos días, Daniel, me informó que habían hablado con los dos hombres, al parecer uno estaba disgustado ya que una de las chicas lo plantó y se dio a la fuga. Según el otro tipo solo acompañó a la otra chica a tomar un taxi y le dio un número falso. En fin, no tengo absolutamente nada de esa chica.
La búsqueda ha sido infructuosa, es como si la tierra se la hubiera tragado o simplemente se desvaneció en la noche.
Entretanto, sigo con mis obligaciones y responsabilidades, por ahora estaba haciendo las gestiones para los pasantes qué acoge mi empresa, además de eso este año hemos abierto tres plazas de empleo para los mejores pasantes calificados.
—Señor ya han quedado las pasantías para los pasantes.
—Asegúrate qué tengan todo lo necesario para los tres meses de práctica. ¿Cuántos serán este año?
—Este año serán treinta estudiantes, estarán distribuidos en las diferentes áreas como usted lo pidió.
—Muy bien. ¿Y qué hay de lo otro?
—Nada señor, aun nada… tal vez debería dejarlo así señor, si la señorita Cooper se entera…
—Todo es a discreción, ¿no es así?
—Sí, señor —me siento, aun no se porque me sigue preocupando este asunto.
Los días posteriores lo pasé en algunas reuniones. Y hoy al fin era el día de recibir a los pasantes.
—Señor, los pasantes están en el salón —asiento.
Camino al salón donde está todo el equipo de trabajo que hará este proyecto posible. Desde hace ya cinco años esta empresa ha proporcionado a la universidad un pequeño espacio para que alumnos de su elección hagen su práctica en esta empresa, pero este año será diferente.