GABRIEL.
Mi nombre en sus labios me lleva a ese momento donde le pedí a esa mujer que dijera mi nombre. Su tono de voz es casi igual, solo que aquella voz sonaba con exitación. Dos mujeres no pueden tener el mismo timbre de voz, no lo creo.
—Es un gusto, ¿en qué área quedaste? —preguntó con curiosidad.
—Asistente de modelado financiero —la miro, eso quiere decir que estaremos en contacto. —Aquí bajo, usted disculpe no sabía que este era su elevador personal.
—Nada de eso —le digo, ganándome una hermosa sonrisa.
Las puertas se cierran llevándome al piso superior. Al bajar, Daniel, se me acerca, lo invito a pasar a mi oficina.
—¿Cómo van las investigaciones? —le pregunto, se que hay cosas más importantes, pero necesito saber quien es, si no, no podré estar en paz y trabajar como es debido.
—Estaba revisando los expediente de las pasantes, pero tuve que parar debido al informe del nuevo cliente.
—Bien. Quiero que revises la información de Camil Duncan y quiero la grabación donde sale la mujer.
—De acuerdo señor, ya le mando todo y busco la información de…
—Camil Duncan.
—Algo más señor —niego.
Empiezo mi día revisando a fondo unos documentos ya que un posible cliente nos ha buscado para que actuemos como intermediarios ya que quiere hacer una gran inversión y nuestra empresa se ajusta perfectamente a sus necesidades. En fin, revisó minuciosamente todo el informe que tengo a mano, para dar la orden que empiecen con los análisis.
Está en mi si lo apruebo o no, ya cada aspecto ha pasado por los directivos y cada encargado de preparar el informe, pero no es tan a fondo como cuando se aprueba.
—Señor ya tengo el informe de la señorita Camil, ya se lo envié.
—Ya lo revisó —Daniel sale de la oficina.
Abro el documento que me envió, por centrarme en las documentaciones del nuevo cliente no había visto lo que pedí. Primero revisó la información de la chica.
Su nombre es: Camil Paulette Duncan Brown.
Edad: 24 años.
Estudiante Universitaria de economía y gestión empresarial.
Ganó una beca para estudiar en la Universidad de Stanford.
Continuó leyendo cada detalle de ella, al parecer está lejos de su familia.
Busco la grabación donde está la mujer, solo espero que no sea ella. No sé, pero no quiero que sea ella. Abro el video y mis ojos quedan fijos en ella.
—No esto tiene que ser un error —busco la fotografía de la chica y ahí está ella idéntica. Bueno no idéntica —Claro que no es idéntica es ella, carajo “ES ELLA”.
Marco la extensión de mi asistente, pero cierro de inmediato, no se que voy a decirle cuando la tenga enfrente.
Empiezo a dar vuelta en la oficina, paso mi mano por mi cabello una y otra vez. Ella se acordará de mí, recordará algo de esa noche, si lo hubiera recordado me hubiera dicho algo.
—No claro que no, se hubiera avergonzado si se hubiera acordado de esa noche —tomo mi saco, tengo que salir de dudas.
Salgo de la oficina, Daniel al verme se levanta de su silla y me sigue.
—Sucede algo señor, ¿va a salir? ¿quiere que llame al chófer? —no le contesto y marco el número de piso al que voy.
Si ella se acuerda de mí debe de darme algún indicio, voy a presionarla si es que se está siendo la inocente, tal vez y solo fue un truco o alguna artimaña de ella lo del elevador. Si descubro que es así yo mismo me voy a encargar de ella.
Al llegar al piso, salgo del elevador e ingreso al área de modelado financiero, qué es en el área donde se centra todo el análisis financiero de Zenith.
Al verme todos dejan de hablar y los que estaban de pie van a sus puestos.
—Buenos días —saludo con esa autoridad que me caracteriza.
La busco con la mirada, pero no doy con ella. Los encargados del departamento se me acercan.
—Buenos días señor, ya casi completamos el informe —me da aviso Alisa quien es la superior en este departamento.
—Me parece que se han tardado mucho, quiero que armes un grupo ya que posiblemente tendremos un gran inversionista en puerta.
—De acuerdo señor, pondré a dos de los mejores analistas senior para que trabajen más rápido.
—Como convenga Alisa —empiezo a caminar por todo el departamento, miro cada cubículo.
—Señorita Alisa, ya lo… —para de hablar al verme. —Disculpe yo no… —para de hablar nuevamente.
—Ella es la pasante señor Jaems. Camil, él es Gabriel Jaems, dueño de Zenith Capital Partners.
—Es un gusto tenerla aquí señorita Camil.
—Para mi es un gusto y un privilegio hacer mi pasantía en esta empresa tan prestigiosa, señor Gabriel, es decir señor Jaems —me acerco a ella y levantó la mano para estrechar la suya.
Ella duda un poco, pero levanta su mano y la estrecha con la mía, sentir su piel en contacto con la mía me trae más recuerdos de esa noche y, estoy seguro que a ella también ya que su piel su cuerpo se estremece. La miró a los ojos igual que ella a mí, su mirada penetrante y profunda me hace estrecharla con más fuerza.
Estoy más que seguro que ella me recuerda y, no tengo duda, es ella…