El Legado de las Sombras

Capítulo 36: El Núcleo de la Salvación

El amanecer se levantaba pálido y sombrío sobre la mansión Devereaux. Aunque la tormenta había cesado, el mundo exterior parecía sumido en una quietud incómoda. Emily y Victor estaban agotados, su dolor y desesperación palpable. Habían perdido a Sophie, pero sabían que su sacrificio había traído un cambio, aunque incierto, a la mansión.

Mientras el sol se alzaba, la casa parecía haberse calmado, como si el sacrificio de Sophie hubiera aliviado parte del peso de las sombras que la atormentaban. Los ecos de su sacrificio resonaban en cada rincón, pero el ambiente era ahora más tranquilo, como si la mansión intentara ofrecer un respiro antes de la siguiente tormenta.

Victor y Emily se movían por la casa con una mezcla de esperanza y miedo. Jeremiah Finch había quedado atrás, exhausto pero decidido a buscar formas de proteger la mansión de futuros males. La desaparición de Sophie había dejado un vacío que nadie podía llenar, pero al menos el peso del pacto se había aligerado, aunque no completamente.

Los dos se dirigieron al despacho de Victor, donde el anciano había dejado varias notas y libros con información crucial. Al revisar los documentos, encontraron un antiguo diario que parecía haber estado escondido entre las pilas de papeles. La portada estaba cubierta de polvo y telarañas, y el cuero estaba desgastado por el tiempo. Emily lo abrió con cuidado, y Victor comenzó a leer en voz alta.

“El corazón de la mansión no solo es el pozo. Hay una fuente oculta de poder, un núcleo que mantiene el equilibrio entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Este núcleo debe ser protegido, o la mansión se convertirá en una puerta abierta para las sombras.”

El diario continuaba con instrucciones vagas sobre cómo localizar el núcleo. Había referencias a túneles subterráneos y cámaras ocultas que debían ser exploradas para descubrir la verdadera fuente de la energía que mantenía la mansión conectada con el otro lado.

“Parece que el núcleo es el verdadero corazón de la mansión”, dijo Victor, cerrando el diario con un golpe seco. “Esto explica por qué la casa sigue sintiéndose tan… viva.”

Emily asintió, mirando alrededor con una mezcla de nerviosismo y determinación. “Si el núcleo es lo que mantiene el equilibrio, necesitamos encontrarlo y asegurarnos de que no caiga en las manos equivocadas. Pero, ¿dónde lo buscamos?”

Victor se dirigió a una pared del despacho que parecía tener una ligera irregularidad. Con un esfuerzo, comenzó a mover un estante de libros que reveló una pequeña puerta oculta. El pasadizo que se abría detrás de la puerta era oscuro y estrecho, con escalones de piedra que descendían hacia la oscuridad.

“Esto debe llevarnos a uno de los túneles subterráneos mencionados en el diario”, dijo Victor. “Vamos.”

Emily y Victor descendieron por las escaleras, sintiendo el aire volverse más frío y denso con cada paso. El túnel se torcía y giraba, como si la mansión misma intentara confundirlos. Pero con cada paso, el ambiente parecía volverse más cargado, como si estuvieran acercándose a una presencia invisible que vigilaba su progreso.

Finalmente, llegaron a una cámara subterránea, iluminada por una tenue luz verde que emanaba de una fuente oculta. Al centro

Capítulo 36: Ecos de un Nuevo Amanecer (continuación)

de la cámara, un altar de piedra estaba cubierto de runas que brillaban débilmente con una luz fantasmal. Alrededor del altar, se extendían símbolos esculpidos en el suelo y las paredes, formando un intrincado patrón que parecía pulsar con vida propia. La cámara estaba llena de una densa niebla verde, y el aire estaba impregnado de una sensación de anticipación y peligro.

Victor y Emily se acercaron al altar, sus pasos resonando en el silencio ominoso de la cámara. Las runas en el altar parecían moverse, cambiando de forma y brillo según el ángulo en que se las miraba. Era como si estuvieran vivas, respondiendo a su presencia de una manera inquietante.

“Esto debe ser el núcleo del que habla el diario”, dijo Victor, observando las inscripciones con atención. “Parece que es un punto de convergencia entre el mundo de los vivos y el de los muertos.”

Emily asintió, pero su mirada estaba fija en una figura que se materializaba lentamente en la niebla verde. Era un espectro, pero no uno hostil. Su apariencia era etérea y luminosa, con una forma vagamente humana que parecía estar hecha de luz y sombras entrelazadas. El espectro se acercó lentamente, sus movimientos fluidos y graciosos.

“¿Quién… quién eres?” preguntó Emily, su voz temblando.

El espectro se inclinó ligeramente en una especie de saludo. “Soy una de las guardianas originales, encargada de proteger el núcleo y mantener el equilibrio. Mi nombre es Aeliana.”

Victor frunció el ceño. “¿Por qué estás aquí? ¿Qué sabes sobre el pacto y el núcleo?”

Aeliana parecía triste, su forma fluctuando con las emociones que no podía expresar completamente. “El pacto fue hecho en un momento de desesperación, con la esperanza de obtener poder y protección. Pero lo que se obtuvo a cambio fue una carga eterna para aquellos que vinieron después. El núcleo ha estado allí para mantener el equilibrio, pero también para asegurarse de que el pacto no se rompa del todo.”

Emily miró alrededor, observando las runas en el suelo. “¿Cómo podemos asegurarnos de que el núcleo no vuelva a ser una amenaza? ¿Hay alguna manera de protegerlo permanentemente?”

Aeliana se acercó al altar, extendiendo una mano que parecía atravesar el aire. “El núcleo debe ser reforzado y sellado. Esto requiere un ritual antiguo que solo puede ser realizado con la cooperación de las almas que se han visto afectadas por el pacto. Desafortunadamente, una de esas almas ya ha sido sacrificada.”

Victor se tensó al escuchar eso. “¿Qué significa eso para nosotros? ¿Qué debemos hacer para evitar que el núcleo vuelva a ser una amenaza?”

Aeliana los miró con una mezcla de esperanza y desesperación. “Ustedes deben encontrar las piezas del ritual. Hay tres artefactos que deben ser reunidos para completar el sello: el Anillo de los Espíritus, la Llave de la Eternidad y el Cáliz del Guardián. Estos artefactos han estado escondidos en diferentes partes de la mansión, esperando el momento adecuado para ser reunidos. Solo con ellos podrán reforzar el núcleo y garantizar que el pacto no vuelva a amenazar a nadie.”




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