La mansión Devereaux, aunque todavía cargada de una energía inquietante, había comenzado a mostrar signos de calma. Emily y Victor, con los artefactos en mano, sentían que su misión estaba cerca de completarse. El núcleo había sido reforzado, pero la paz que habían buscado parecía frágil. Ahora era el momento de cerrar algunas de las tramas que habían estado enredadas en la historia de la mansión durante años.
Después de los eventos en la cámara subterránea, Emily y Victor se dirigieron a la biblioteca, un lugar que habían evitado en gran medida debido a su asociación con el pasado oscuro de la mansión. Habían encontrado varios fragmentos de información sobre la historia de la familia Devereaux y las antiguas maldiciones que habían marcado el destino de la casa. Sentían que era hora de descubrir más sobre la verdadera historia de la familia y de cómo la maldición había comenzado.
Al entrar en la biblioteca, el aire estaba cargado de polvo y antigüedad. Los estantes estaban llenos de libros antiguos y manuscritos, muchos de ellos desgastados por el tiempo. Emily se dirigió a una sección de la biblioteca que parecía haber sido ignorada, donde encontró un viejo baúl escondido detrás de una cortina polvorienta.
Victor ayudó a Emily a abrir el baúl, revelando una serie de pergaminos y libros antiguos. Uno de los pergaminos estaba parcialmente deshecho, pero aún era legible. Emily extendió el pergamino sobre una mesa y comenzó a leer en voz alta.
“...el pacto de los Devereaux fue sellado en un momento de desesperación. La familia buscaba protección contra una amenaza desconocida y ofreció su alma y la de sus descendientes a cambio de poder y seguridad. Pero la protección vino a un precio terrible: las almas de los Devereaux estarían atrapadas en un ciclo eterno, alimentando la oscuridad que habían tratado de evitar.”
Victor frunció el ceño mientras leía. “Esto confirma que la maldición era mucho más compleja de lo que imaginábamos. No solo estaban atrapados en el pacto, sino que la familia estaba destinada a convertirse en parte de la propia maldición.”
Emily asintió, mirando los otros documentos en el baúl. Entre ellos, encontró un diario que parecía haber sido escrito por uno de los antepasados de la familia Devereaux. El diario contenía detalles sobre rituales y sacrificios necesarios para mantener el equilibrio en la mansión. También mencionaba a los guardianes originales, que habían sido responsables de proteger el núcleo y asegurarse de que el pacto no se rompiera.
“Este diario parece ser una guía para mantener el equilibrio en la mansión”, dijo Emily, mientras hojeaba las páginas. “Habla de rituales específicos y de cómo la familia Devereaux ha estado involucrada en mantener el núcleo bajo control.”
Victor examinó el diario con atención. “Esto explica por qué la familia ha estado
siempre atrapada en este ciclo. Era más que una simple maldición; era un deber perpetuo de proteger el núcleo y evitar que la oscuridad se liberara. El sacrificio de Sophie no fue solo un acto de valentía, sino un intento desesperado por romper el ciclo de sufrimiento en el que la familia Devereaux había estado atrapada durante generaciones.”
Emily se sumergió en la lectura del diario, descubriendo un pasaje crucial. “Aquí dice que el único modo de romper completamente el pacto es realizar un ritual final que requiere la presencia de un descendiente directo de la familia Devereaux, junto con los artefactos que ya hemos reunido.”
Victor frunció el ceño. “Eso significa que uno de los Devereaux debe participar en el ritual para asegurar el futuro de la mansión. Pero, ¿quién queda?”
Emily pensó en el reciente visitante, Jeremiah Finch. Aunque había sido un aliado en su búsqueda, nunca se había revelado completamente su linaje o su conexión con la familia Devereaux. Había algo extraño en él, algo que parecía conectar los eventos actuales con el pasado oscuro de la mansión.
“Jeremiah podría ser la clave”, sugirió Emily. “Podría tener un vínculo con la familia que no hemos comprendido completamente.”
Decidieron buscar a Jeremiah para confrontarlo y descubrir la verdad sobre su conexión con la familia Devereaux. Lo encontraron en la biblioteca, revisando antiguos documentos y libros con un aire de profunda concentración.
“Jeremiah”, dijo Emily, con una mezcla de determinación y ansiedad. “Necesitamos hablar contigo. Hemos encontrado información que sugiere que uno de los descendientes de los Devereaux debe participar en el ritual final para romper el pacto.”
Jeremiah levantó la vista, sus ojos llenos de un conocimiento oculto. “Sí, lo sé. Mi papel en esto no ha sido completamente revelado, pero debo confesar que soy un descendiente de la familia Devereaux. Mi conexión con la casa ha sido mi carga y mi deber desde hace mucho tiempo.”
Victor y Emily intercambiaron miradas de sorpresa. “¿Por qué no nos lo dijiste antes?” preguntó Victor, la tensión en su voz evidente.
Jeremiah suspiró, su expresión cargada de una tristeza profunda. “Porque sabía que si lo revelaba, se desataría una serie de eventos que podrían ser peligrosos. Mi presencia aquí no es solo para ayudar a lidiar con el mal, sino también para cumplir con una obligación ancestral. El ritual final debe ser realizado por un Devereaux para que el pacto se rompa completamente.”
Emily sintió un nudo en el estómago. “Entonces, ¿qué debemos hacer?”
Jeremiah se levantó lentamente, su rostro grave. “Debemos preparar el ritual utilizando los artefactos que encontraron. El ritual final debe realizarse en el altar del núcleo, pero debe ser hecho con precisión para garantizar que el equilibrio se mantenga y que la oscuridad no se libere. No será fácil, pero es nuestra única opción.”
El grupo se preparó para el ritual final, reuniéndose en la cámara subterránea donde todo había comenzado. Los artefactos estaban dispuestos en el altar, y la atmósfera estaba cargada de una energía palpable y tensa. Las runas en el suelo comenzaban a brillar con una luz intensa, como si anticiparan el evento que estaba a punto de ocurrir.