El lobo de Ojos Escarlata

Capítulo 1

El lugar donde estaba era oscuro, no miraba nada, sentía frio por toda mi cuerpo, el temblor en este no paraba, caminaba y sentía el suelo frio pero sabía que caminaba sobre tierra, la sentía, al mismo tiempo que algo o alguien me miraba de cerca, ese peso sobre mi nuca al seguir avanzando. 

Entre mas caminaba el lugar se iba aclarando, empezaba a ver con mas claridad el lugar donde me encontraba, ¡Era un bosque! Que diablos hacia yo en un  bosque, pinos altos, hasta casi alcanzar el cielo mismo, oscuros pero bonitos, sin medirlo me acerqué a uno, fácilmente podia escalar y ver donde estaba, lo intente pero no llegue ni a subir mas haya de la base del tronco, cuando menos lo pensé caí y me raspe el tobillo, una ligera linea de sangre broto de aquella superficial herida.

Seguí adelante, me dolió un poco el tobillo pero aun asi segui, tenia la ligera sensación de que me seguían y me observaban, entre mas me adentraba al bosque una pequeña luz se miraba al fondo, era roja, camine con mas prisa al querer imaginar que podia ser una persona, pero cuanto mas me acercaba mas se alejaba.

De un momento a otro escuche una voz.

—Mía...—Una voz baja se escuchaba—Eres mía...

El miedo se apodero de mí, ¿Quién era el dueño de esa voz? ¿Por que la escuchaba? empecé a avanzar con el panico instalándose en todo mi sistema, sin reparo alguno, mi cuerpo entero se paralizó y perdí movimiento ante el.


Pisadas alcanzaba a escuchar serca de mi,  entre más serca sentía las pisadas más perdía el movimiento de mi cuerpo hasta que sentí una ráfaga de respiración sobre mí cabeza, esta vez, me paralice por completo. 

 

Las pisadas se escucharon con mas fuerza, hasta que lo vi.


Un lobo enorme de pelaje negro se poso enfrente de mi, y sus ojos rojos fueron los que mas resaltaba incluso su altura era un poco exagerada pues pasaba a mas de dos metros de alto, era enorme y eso me estaba dando miedo, la distancia era poco entre el y yo, y lo único que mi cabeza procesaba era que tenia que huir de ahí.


El gran canino se fue acercando una pisada, dos, tres hasta que lo tuve frente de mi por completo, fue ahí cuando abrió su enorme hocico y sin que lo viera me...


...


Me desperté de un sobresalto cuando el sonido de la alarma me despertó, soñolienta y con el pulso a mil por hora me incorpore de la cama, volví a soñar con el gran lobo, ya se estaban volviendo muy constantes el soñar con lobos y parecía broma pero era el mismo sueño cada noche, paso de ser una pesadilla a un hecho constante.


Me levante de la cama sintiendo el leve frio que rodeaba a mi cuarto, por mi ventana se colaba aquellas pequeñas ráfagas de viento helado, me dirijo a esta y la cerré, posteriormente me fije en el reloj que estaba sobre mi mesa de noche, marcaban las 5:35 de la madrugada.


Me dirigí al cuarto de baño, me lave la cara y tome una toalla, me seque la cara con pequeños toques, me mire al espejo, mi reflejo era patético en estos últimos meses, mis ojeras se notaban cada vez mas, me levante la blusa por encima de mis costillas, y jadee al ver mi cuerpo sobre ese fibrola imagen, mis costillas se notaban y mi piel se había hecho mas pálida, deje de verme y salí del baño.


Me encontré viendo a mi cama tentadora, me hacia ojitos para volver acostarme y olvidar mi alrededor, pero desistí de la idea tenía que ir al pueblo, hoy me tocaba cubrir a una de las enfermeras en turno, por lo que me dispongo a tomar mi ropa del closet y acomodar mi cama, me metí a una ducha rápida y de igual manera me cambie.

Salí de casa con prisa hacia el pueblo Worteen keng, el clima se sentía fresco, sin duda el otoño ya había llegado, mire los árboles a mi alrededor, exacto vivía a la profundidad del bosque de Keng, este se extendía por lo largo y ancho de las tierras Worteen, tarde casi una hora en llegar al pueblo, la gente aquí era amistosa y tranquila, aunque siempre me pregunté por qué muchas de las personas no parecían envejecer al pasar los años, esto se me hacía tan raro algunas veces.

Cómo por ejemplo el jefe de área de respuesta de emergencia lo conozco desde que tengo uso de razón y nunca le he visto envejecer, siempre ha estado en la misma apariencia joven, alto y sin ninguna arruga en su perfecta cara, casi todos los pueblerinos era así, las únicas cosas que he visto envejecer es a mi antigua gata Micha.

Camine por las pequeñas calles de Worteen saludando a varias caras conocidas.

—Oh, buenos días, señorita Blackwey.

Saludé a la hija menor del que parecía ser el alcalde o jefe de este pueblo aunque nunca lo he visto he escuchado ciertas cosas de el.

—Buenos días Elizabeth, ¿Cómo va tu mañana?

Pregunto ella con amabilidad, ella era tan hermosa y bella, era una chica alta y esbelta, con una sonrisa hermosa y unos ojos dorados como la miel, piel medio morena y pelo largo hasta la mitad de su espalda, muchos de los hombres de aquí siempre suspiran por ella.

—Pues va bien, como todo el tiempo, nada nuevo a decir en verdad.

Camino a su lado, con mis manos atrás, casi llego al mini hospital, casi nunca hay algún accidente o algo grave para atender por este lugar es raro e inusual que pase algo.

—Espero siga tranquilo tu día y sea como tú lo esperas Elizabeth, me tengo que retirar, así que te dejo, que pases un buen día.

—Claro e igualmente.

Caminaba con un cierto toque de elegancia, dejé de mirarla, continúe con mi caminó hasta que llegue al pequeño hospital.




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