Capítulo 27

Bors estaba sonriendo de emoción mientras se preparaba para la batalla.  Ray, Xandros, Rubí y Violeta se habían montado en la carroza y se dirigían de vuelta al Reino de los Mercenarios.

El anciano Nubar caminaba enojado con sus más de 500 soldados acompañándolo. Y al ver a Bors encima de la muralla, todos pararon a una distancia prudente.

—¡Mi nombre es Bors! ¿¡Con quién tengo el honor!? —preguntó Bors sonriendo.

—¡Soy Nubar Nolasco! —gritó el anciano—. ¡Entreguen a la princesa de Nuria si no quieren vérselas con nosotros!

—¿¡Princesa!? ¡Lo siento, pero nosotros somos mercenarios, no conozco a ninguna princesa!

El anciano Nubar frunció el ceño al oír eso, sentía que le estaban tomando a relajo, así que no dudó en atacar.

Manipuló una de las dos esferas de luz marrones que tenía en sus manos y la disparó directamente hacia el lugar en donde estaba Bors.

La bola de energía era enorme y se dirigió a gran velocidad a su destino.

Bors, sonriendo aún más, imbuyó su aura en el escudo, y la misma se desbordó de manera que creó una barrera de la misma forma del escudo a su frente, pero más grande.

La esfera de luz gigante golpeó la barrera y se dispersó creando una pequeña explosión, pero tras desaparecer la luz, Bors se encontró aún con la barrera de energía creada e ileso.

—¿¡Eso es todo lo que tienes!? —gritó el escudero animado.

—Argh —Nubar se llenó de rabia y lanzó su otra esfera de luz, pero esta vez al portón de la fortaleza para derribarlo.

—¡Oh! Que inteligente —Bors bromeó como si no se tratara de un peligro. Manipuló la barrera de modo que se haga mucho más grande, y esta se alargó hacia abajo para servir de obstáculo entre la esfera de liz y la puerta.

Así la bola de energía volvió a chocar contra la barrera de Bors y no logró hacer ningún daño.

Nubar, aún más enojado, mandó a sus soldados a que ataquen por distintos lados. Algunos fueron a las puertas, otros llevaron unas escaleras a ambos lados de las mismas y un grupo más numeroso comenzó a rodear la fortaleza para entrar por la entrada principal, ya que la batalla estaba teniendo lugar en la entrada trasera.

Aún así, Bors se las arregló para impedir que los soldados entren por un largo rato. Con sus habilidades mágicas cubrió toda la fortaleza de una barrera, y cuando los soldados se acercaron, la hizo más grande de modo que tumbó a todos y a cada uno y barrió con ellos.

Bors era demasiado poderoso como para luchar con 500 personas y aún así evitar que entren a la fortaleza. Así que Nubar, exhalando, decidió entrar por su cuenta.

El anciano se dirigió a uno de los lados de la muralla en los que Bors no lo podía ver y comenzó a atacar la barrera con varias esferas de energía. Fue testigo de ver la energía azul moverse de un lado a otro y deformarse para evitar romperse tras recibir varios golpes en el mismo lugar, así que decidió darle un golpe certero.

Nubar se envolvió de su energía marrón, hizo levantar la arena de su alrededor y con una expulsión, se disparó a sí mismo como una bala humana. El anciano chocó contra la barrera y tras liberar presión se introdujo en la fortaleza como una aguja que se introduce en la tela.

Así, y de forma enfurecida, el anciano rompió la muralla y entró al lugar. Fue testigo de todos los soldados muertos que se encontraban en el lugar y sintió como toda la energía de Bors lo rodeó, pues el mercenario escudero había liberado su energía alrededor de toda la fortaleza para poder controlar a la enorme barrera.

No estaba Violeta, Rubí ni Ray, y mucho menos Xandros en el lugar. Solo se encontraba Bors encima de la muralla, moviendo sus manos de un lado a otro para controlar la barrera y riendo como un maníaco.

—Este tipo es un monstruo —susurró el anciano. Luego creó otra esfera de luz y, pensando que el escudero no le estaba prestando atención, la lanzó con mucha energía hacia él.

De repente, Bors se volteó, hizo un movimiento con sus manos y mucha de la energía azul que se encontraba dispersada a su alrededor se materializó para formar otra barrera de energía, per más pequeña.

Tras la barrera recibir el impacto y Bors quedar intacto, comenzó a reírse a carcajadas.

—Jajaja —se mofó—. Lo siento mucho, pero como te dije, aquí no hay ninguna princesa, así que tus esfuerzos son en vano —el escudero, tras decir eso levantó su escudo y la enorme barrera que rodeaba la fortaleza se liberó, toda la energía que había alrededor se reunió de nuevo alrededor de Bors y el escudo brilló de un azul intenso—. Si me disculpas, mi trabajo aquí ha terminado, nos vemos.

—¡No te irás! —gritó Nubar mientras trataba de acercarse creando expansiones con sus piernas.

Pero Bors hizo lo mismo, y en vez de ir hacia Nubar, lo que hizo fue dar varios saltos en el aire y moverse como si estuviera volando, a gran velocidad.

La estela lumínica que Bors dejó dibujó un arco que iba desde la fortaleza hasta el montículo en donde su grupo de mercenarios había acampado hacía unas horas. Ahí estaba el otro caballo, así que Bors se escapó de sus enemigos por su cuenta mientras ellos no podían hacer nada.

Nubar se quedó mirando la estela lumínica muy enojado, ya que había sido superado con creces por un solo mercenario, y peor aún, Violeta se había escapado nuevamente.

—¡Maldición! —se quejó agarrándose la barba—. ¿Por qué me pasa esto a mi? ¿¡Por qué!?

El anciano inmediatamente registró la fortaleza, entró a los escombros de su pequeño palacio y se dio cuenta de que habían robado las piedras preciosas, así que se enojó mucho más y siguió maldiciendo.

Los soldados también entraron a la fortaleza, enterraron a los muertos y algunos de ellos volvieron al campamento donde estaba Eldon, para darle las malas noticias.

Bors, por su parte, llegó al montículo, montó del caballo y se largó del lugar rápidamente.

El escudero cabalgaba a gran velocidad y usaba su energía para que el caballo corriera muy deprisa. Gracias a eso se fue acercando a la carroza donde estaban sus compañeros.