Mercancía
Era un día soleado en Woodstock, Alex caminaba solo de camino a la escuela. Seguía un poco distraído por todas las cosas que le dijo aquel hombre que se hacía llamar "Padre". Estaba tan distraído que tropezó con un chico. Éste estaba comiendo un helado y se le cayó al suelo.
—¡Noooooooooooo! —Gritó desesperado de rodillas en el suelo. —¿¡Por queee!? ¡Aún no me lo terminaba!
Alex solo lo miraba con una ceja por los aires, ya que era un poco raro.
—"Exagerado" —Pensó el ojiazul rodeando los ojos.
—¡Ya lo chupó el diablo por tu culpa!—Exclamó el chico clavandole la mirada, parecía molesto. —¡Me debes uno! Que sean dos por las molestias.
—¡Si como no! —Añadió Alex entre risas, mientras seguía caminando. —Si acaso solo te debo uno.
—Que sean tres entonces —Bromeó el chico alto siguiéndolo.
—¿Que vas a hacer con tres helados? —Preguntó el ojiazul pensativo.
—¡Dahh! comerlos —Respondió el chico con una mirada de obviedad.
Alex siguió caminando con una sonrisa dibujada en su rostro, el tipo era algo raro, pero gracioso.
—Vamos a la tienda —Suspiró Alex derrotado. —¡Pero te compraré solo uno!
—¡Si! —Exclamó el tipo emocionado como si fuera un niño pequeño.
Ambos se dirigieron a la tienda más cercana y compraron unos helados, ya que a Alex también le apetecía uno.
—Pero el mio era de chocolate... —Replicó el chico alto al recibirlo.
—Cometelo y no fastidies —Suspiró el ojiazul rodeando los ojos.
—Ya pues, me lo como...—Dijo el chico llevándose su helado a la boca.
Alex siguió caminando en dirección a la escuela, unos pasos atrás estaba el chico que lo seguía. Decidió restarle importancia y seguir su camino, tal vez lo perdería más adelante.
No dejaba de pensar en como conseguir más testosterona, era necesaria la receta de un médico para comprarla, pero además era demasiado costosa. Sacó su celular y comenzó a marcar un número que tenia guardado, era un viejo amigo que le conseguía sus medicamentos en Chicago, tal vez conocía a alguien que pudiera conseguirla aquí. Desgraciadamente el tipo no contestaba la llamada. Al llegar a la escuela el chico que lo seguía se acercó a él.
—¿También estudias aquí? —Preguntó el chico acercándose demasiado e invadiendo su espacio personal.
—Si... —Respondió Alex alejándose un poco, a decir verdad le daba un poco de miedo aquel chico. Al verlo bien era alto y delgado... Demasiado delgado, de piel pálida, cabello castaño y corto. También podía observar unos tatuajes que eran medio cubiertos por su ropa.
—¡Bueno! Nos vemos por ahí —Dijo el chico adentrándose a la escuela y desapareciendo entre la multitud.
La primera clase era con el señor Devon, pero primero tenia que seguir intentando contactar a su viejo amigo. Alex se dirigió al baño y se encerró en un cubículo para llamar por celular.
Se aseguró que no hubiera nadie dentro del baño para poder conversar tranquilo. Al llamar por quinta o sexta vez por fin le respondieron.
—Hola Alex —Saludó el tipo al otro lado de la línea, se escuchaba un poco raro.
—Tommy que bueno que contestas —Suspiró el ojiazul aliviado. —Oye... ¿Estás drogado? —Preguntó molesto al escuchar su voz demasiado relajada.
—Si, un poco —Respondió Tommy entre risas, como si no fuera la gran cosa. —¿Como estás tu?
De pronto alguien entra al baño sin que Alex se diera cuenta, ya que estaba encerrado en el cubículo. Quien entró era Jacob, éste se dispuso a orinar despreocupado de llegar tarde, pero sin querer escuchaba toda la conversación.
—¡Muy mal! —Exclamó Alex preocupado. —Mi padre se deshizo de toda mi "mercancía“. —así le llamaba a la testosterona cuando hablaba con su amigo, ya que Tommy también era igual un chico transgenero, pero él ya no necesitaba el tratamiento.
—¿La tiró toda? —Preguntó el chico entre risas y preocupado a la vez, tal vez era un efecto de estar drogado.
—Si ¡toda! —Exclamó el ojiazul preocupado —Y la necesito ahora mismo ¿Conoces a alguien cerca de aquí que pueda conseguirme más?
—Lo siento hermano, no conozco esos rumbos —Dijo el chico por el celular.
—Está bien —Suspiró Alex cabizbajo. —Gracias de todos modos. Tengo que ir a clase, hablamos luego.
—Descuida hermano, yo te aviso si consigo algo —Dijo Tommy antes de colgar.
—Gracias —Alex colgó y guardó su móvil, al salir del baño no había nadie, así que salió despreocupado hacia el salón de clase.