En el abismo

13. Los 4 fantásticos

Una hora después, Sam ya había conocido a los amigos de Calvin. 

Tim, el que supuestamente ya había visto, en la fiesta de bienvenida, pero que no recordaba, era un tipo alto y robusto, de cabello oscuro, corto y ojos hundidos; su voz era gruesa y profunda… si no fuera porque lo vio sonreír cuando la saludó, a Sam, le hubiera dado demasiado miedo.Luego estaba Lucian, él tenía el cabello castaño rojizo, era mucho más bajo que el resto de sus amigos y también mucho más tímido que todos ellos; su novia, Sophie, era una chica de cabello negro, lacio, largo hasta la cintura y con rostro redondeado, ella, hablaba por ambos. Por último estaba Jacob, con facciones orientales y una risa demasiado estridente para ser cierta, si tuviera que comparar, Sam hubiera dicho que Jake, era Jess versión hombre.

Ella no era una chica de esas que se siente fácilmente cómoda en un lugar donde no conoce a mucha gente, pero… estando allí, se sentía muy bien; la trataban como si hubiera formado parte de aquel grupo desde siempre. Además, gracias a eso, estaba conociendo a un nuevo Calvin, uno menos formal y más relajado; le gustaba ese Calvin.

Tim llegó con las pizzas y todos se sentaron frente al televisor. 

— Muy bien. Ya vimos todas las del Padrino, El Señor de los Anillos e Indiana Jones. ¿Con qué seguimos? — preguntó Jacob poniendo la computadora en sus piernas.

— Dijimos que seguíamos con Volver al futuro. — comentó Sophie mientras se acostaba boca arriba.

— Yo creí que veríamos las de Terminator. — agregó Tim abriendo una caja de pizza.

— No, sigue Matrix. — Calvin estaba desparramado en el sofá, casi parecía que había caído de un segundo piso. — Recuerden que yo gané la apuesta la semana pasada y todos debían hacer lo que yo quisiera hoy. Y no comas todavía. — agregó cerrando con brusquedad la caja. Todos murmuraron un poco molestos pero le dieron la razón. Él le hizo un gesto para se sentara a su lado. — Cuando lo hizo comenzó a hablarle. — Todos los años, elegimos una temática de películas para ver, en primer año fueron de terror, el segundo ficción y así, este año nos tocó sagas de Hollywood.

Sam sonrió de costado, la idea le parecía increíblemente tonta, pero a la vez sumamente divertida.

— ¿Qué pasa si alguien ya ha visto la película? — preguntó la chica sentándose junto a Calvin.

— La vuelve a ver. — respondió Jacob como si fuera algo obvio.

— ¿Y si no le gusta? 

— La mira igual. Es el acuerdo. Luego podemos criticar toooodo lo que queramos. — comentó sonriendo.

Cenaron mirando la película, la cual, le parecía bastante aburrida; a Sam no le gustaba demasiado el tipo de película que estaban viendo, por lo que no logró concentrarse demasiado. Se levantó a buscar agua y se encontró con Sophie.

— ¿No eres del tipo ciencia ficción no? — preguntó sonriendo. — Descuida, yo tampoco, por eso me escapó cuando los tontos están concentrados.

— De verdad no soy muy fanática del cine. — confesó la chica. La idea de ir al cine con alguien que ella quería, como plan, le gustaba, pero el resto no era algo que la volviera loca.

— No le digas eso a Calvin o lo perderás para siempre. — bromeó y Sam tragó saliva, nerviosa. — ¿Ya te ha hablado en francés? — apoyó los codos en la mesada, mirándola con sus enormes ojos.

— A veces. ¿Por? — Sam se sentó en la mesada, al lado de Sophie.

— Lo hace cuando está nervioso o enojado. 

— Lo he notado… — comentó.

— También cuando algo le gusta mucho. — movió sus cejas en forma pícara y Sam se ruborizó. — Él ama hablar francés. Lo hace recordar a su familia. Vivió años allá. ¿No te lo dijo? — la chica negó bajando la mirada. 

— Casi no me ha contado nada de su familia o su vida. — respondió sintiéndose un poco mal.

— Para él es difícil hablar de ellos, sobre todo de su padre. ¿Sabes lo de él no? — la chica asintió. — Su familia vive en Francia, todos; su mamá a veces viene pero no siempre… — hizo una pequeña pausa y continuó hablando. — Deberías aprender francés. Yo sé. ¿Quieres que te enseñe? 

— Sería genial, si. — respondió Sam con mucho entusiasmo.

— Pero no lo diremos. Será nuestro secreto… — comentó la chica con una sonrisa. — Nunca lo había visto así. ¿Sabes? Conozco a Calvin hace 3 años, no es de esos tipos románticos o que se enamoran con facilidad. — Sam miró a la chica un poco preocupada. — No es un mujeriego. — se apresuró a decir. — Me refiero a que Cal jamás ha mostrado interés por alguna chica como contigo… parece como si, no lo sé, hubieras movido tu nariz y hechizado a nuestro amigo.

Sam soltó una risa infantil antes de responder.

— Como la de Hechizada.

— Exactamente.

***

Al terminar de ver la película, todos comenzaron a comentarla, Sam, que no había prestado demasiada atención, no dijo nada.

— ¿Y tu Sam? — preguntó de pronto Lucian. — ¿Algún comentario? — la chica negó un poco avergonzada.

— Nuestra chica no es una nerd como nosotros. — comentó Sophie. — No la presionen.

Sam se había vuelto a sentar al lado de Calvin, el cual acariciaba distraídamente su cabello, ante el comentario de su amiga, rió por lo bajo.

— ¿No le has preguntado sobre su tatuaje? — preguntó Jacob mientras se metía un puñado de pochoclos en la boca. La chica miró fugazmente a Calvin y el cual de repente se puso serio. El chico tenía varios, en los brazos, espalda y pecho, los había visto, pero nunca le había preguntado por ellos. — ¡Claro! Tal vez estaban demasiado concentrados en otra cosa. — dijo y le guiño un ojo, Sam se ruborizó. — Todos tenemos un tatuaje, el símbolo de los cuatro fantásticos. — acto seguido Jacob se levantó la manga de la remera y le enseño el dibujo, luego Tim, que lo tenía en la pantorrilla, Lucian sobre las costillas y Calvin por su parte, estiró el cuello de su remera para mostrarle su omóplato. 

— Los 4 fantásticos. ¿Eh? Entonces ¿Cuál es cuál? — preguntó la chica divertida.




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