En el abismo

22. Vacaciones

Las vacaciones de primavera habían llegado y Sam no podía estar más feliz. Le había dicho a sus padres que iría a la casa de Jess durante una semana, pero la realidad era que irían todos a una casa en la playa, que era de los padres de Lucian.

Jess no había accedido de inmediato, estaba en duda, pensaba que estando lejos, no podría ayudar a George en el caso de que la necesitara. Pero luego de que Calvin le dijera que, si lo necesitaba ellos mismos la llevarían de vuelta a casa... accedió

— ¿Listas? — les preguntó Calvin cuando abrieron la puerta. 

— ¿Cómo son tus amigos hippie? ¿Igual de hippies que tú? — Jess soltó sobre las manos de Calvin su maleta, el chico la sostuvo inclinándose un poco hacia delante.

— No, no lo son. Yo tampoco lo soy. — todos comenzaron a caminar hacia la salida. — Vamos una semana Jessica. ¿Qué demonios metiste aquí?

— Cosas hippie. Cosas. — soltó riendo.

Sam rodó los ojos y Calvin la miró y vio un  destello en los ojos del chico. 

— Gracias. — susurró la chica y le dio un beso en la mejilla. 

Los chicos caminaron hasta el auto de Calvin, en el los estaba esperando Tim.

— Yo me acuerdo de ti. — le dijo Jess acercándose. — Tú nos trajiste el día de la fiesta.

— Así es. — el chico sonrió de costado, metiéndose las manos en los bolsillos. — Timothee. — se presentó.

— Jessica. — respondió la chica, en un claro tono de coqueteo.

— Ustedes dos. — los señaló Calvin, luego de meter las maletas en el baúl. — Van atrás. 

Jess que, siempre tenía algo para decir, está vez se sentó en la parte de atrás como si nada; a su lado se sentó al lado de la chica y ambos se miraron de reojo... los que también se miraron fueron Calvin y Sam. Ambos habían notado que entre esos dos había nacido una pequeña tensión...

Media hora después, ya en la ruta, Sam se había apoderado de la radio, haciendo, en realidad, obligando a todos a escuchar lo que a ella le gustaba.

— Por favor, haré lo que sea, pero por favor Sam, cambia la música. Estoy muriendo aquí atrás.

Calvin soltó una carcajada que fue seguida por un ruido de indignación de Jess.

— Eso me ofende rockstar. Puedes hablar conmigo si tanto te aburre.

— Ni siquiera puedo concentrarme con esta música. — comentó el chico, molesto.

 

— Muy bien, por la salud mental de todos en este auto, cambiaré la música. Lo siento Samantha. — la chica cruzó los brazos, pero luego sonrió casi imperceptiblemente.

El resto del viaje fue demasiado tranquilo, todos charlaron, rieron y cantaron, esa semana prometía ser una increíble experiencia. Sam, sobre todo, estaba demasiado entusiasmada, era la primera vez que saldría de vacaciones, con un grupo de amigos, pero sobre todo, la emocionaba la idea de estar lejos de los radares y controles de sus padres. Se sentía por primera vez, realmente libre.

— Oigan… tengo un chiste. — soltó de pronto Calvin, tanto Tim como Sam negaron y lo abuchearon, los chiste químicos sólo lo divertían a él. — Vamos, es gracioso.

— Son extraños. No sé si reír por tu cara o golpearla. — bromeó Tim; era la primera vez que Sam lo veía reír durante tanto tiempo seguido.

Jess soltó una risa escandalosa, de esas que Sam había escuchado pocas veces.

— Vamos, solo un chiste. — dijo Calvin y todos de mala gana asintieron. — ¿Por qué Heisenberg murió virgen? Porque cuando encontraba la posición no encontraba el momento, y viceversa. — sólo él comenzó a reír.

— No entendí. — dijo Jessica mirando a todos. 

— Nadie lo hizo. — respondió por lo bajo Tim.

— Eres tan tontamente nerd. — comentó Sam mordiéndose el labio.

— No entiendo, no fue gracioso. — replicó Jess molesta.

— Lo fue para mí.

***

En la cabaña ya los estaban esperando Lucian, Sophie y Jake. Los tres estaban completamente listos para ir a la playa.

— ¿Cómo vamos a dormir Blake? — le susurró al oído su amiga. 

— No lo había pensado. — le respondió en el mismo tono.

— Muy bien. Arriba hay 4 habitaciones. Lu y yo ocupamos una, Jake ocupó otra... — dijo Sophie, tomando una toalla que estaba apoyada en el sofá.

— Pero puedo compartir. — agregó el chico mientras guiñaba un ojo.  

— Así que las otras cuatro pueden ocuparlas como quieran. — la chica se ató el cabello y salió de la casa corriendo, al igual que Jake. 

— Nosotras podemos dormir en la misma  habitación, ya lo hacemos. — dijo Sam, sin pensar. En ese momento Jess la miró como si quisiera matarla.

— Vayan, ahora vamos nosotras. — le dijo a los chicos y ellos hicieron lo que ella dijo. — ¿Estás loca Samantha Blake? No voy a dormir contigo. Lo hago todas las noches. 

— No voy a dejarte dormir sola. — razonó Sam, no quería dejar sola a Jess, sentía que la estaba traicionando, aunque por otro lado, moría de ganas de compartir la habituación con Calvin.

— Si lo harás. Me dejarás dormir sola, tu te quedas con el hippie y yo estaré en paz. — le dijo casi con odio. Sam la miró extrañada. — Le harás el favor a tu amiga y la dejarás dormir sola, permitiendo que tal vez tenga algo de acción con ese rockstar de allí. — agregó señalando con la cabeza a Tim. Sam la miró como diciendo ¿Segura? — Completamente segura. — respondió entendiendo a la perfección la intención de su amiga.

Cuando ambas terminaron de charlar, Jess tomó su maleta y se dirigió a la habitación, por su parte Sam buscó la suya pero no la encontró.

— La lleve a la habitación. — le dijo Cal en el oído, un escalofrío le recorrió la espalda cuando él la rodeó con sus brazos por la cintura y comenzó a caminar. La dirigió hacia una de las habitaciones, era en la que él se había instalado. — ¿Crees que iba a dejar que durmieras con Jessica? — el chico negó con la cabeza mientras sonreía ya de costado. Sam rodeo su cuello con sus brazos.

— ¿Estabas dispuesto a secuestrarme? — preguntó divertida; él asintió y eso hizo que otro escalofríos la recorriera. 




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