32. El tercer socio

Samantha Blake Arquett entró a la cafetería en la que había acordado encontrarse con su tío, sintiendo que en cualquier momento su mundo se iba a caer a pedazos. 

Vio a Lawrence Arquett bebiendo un café mientras leía un diario. 

— ¿Cómo estás pequeña? — Sam recordaba a su tío, en realidad, tenía una imagen de él de cuando su madre aún lo invitaba a eventos. Era el único que le traía regalos o que le decía que se veía linda; ella adoraba a su tío Law y le dolió mucho cuando dejó de verlo.

— Tu y yo nos debemos una charla. Honesta. ¿No lo crees tío? — le dijo sin más. La duda sobre lo que le había dicho Kevin Hart la estaba carcomiendo. — ¿Por qué mi madre te detesta? — apoyó los codos sobre la mesa y le clavó la mirada.

— Porque no soy lo que ella considera material digno para su familia. — respondió como si nada.

— Pero lo eras. Hasta mis 7 años tu eras muy cercano a todos nosotros y luego... desapareciste. 

— No compartía la visión que tus padres tienen del mundo. Dime pequeña. ¿Cómo están manejando todo lo del juicio? — soltó con un poco de malicia.

— Déjate de bromas. — respondió con mala cara. — Quiero la verdad. Me dijeron que tú eras socio cuando mi padre comenzó el negocio de los laboratorios y quiero saber.

— ¿Por qué quieres saber ahora? — Lawrence apoyó los codos en la mesa y se cruzó de piernas.

— Porque tuve que ir a juicio por los manejos fraudulentos de mis padres, merezco saber la verdad... y algo me dice que tú la tienes y que por eso no formas parte de nuestra familia hace años.

Su tío bufó y tomó aire.

— Laboratorios Rousseou, así se llamaba al principio. — comenzó con voz pastosa. — Pierre era mi amigo, lo había conocido en la universidad, tu madre también lo conoció en esa época, nosotros éramos inseparables. Él era francés y había venido hasta aquí para estudiar. Había dejado a su familia, su novia, todo. Era un idealista, siempre hablaba de sus planes y del futuro. — algo en la forma en la que su tío le hablaba de ese hombre le hacía acordar a Calvin. — Cuando nos graduamos él volvió a su hogar, pero años después me llamó, nos reencontramos. Se había casado, tenía dos hijos y estaba comenzando un pequeño laboratorio... necesitaba dinero. Yo... no quise mezclar las cosas, ¿Sabes? Nunca se me dio bien eso, por lo que no acepté pero... tu madre si. — un frío recorrió la espalda de Sam al escuchar eso. — Verás, Elizabeth y Pierre tuvieron un amorío cuando estaban en la universidad. Tu madre se enamoró perdidamente de él, pero Pierre se sentía fatal, él amaba a su novia, a Charlize, la que años después sería su esposa, por lo que dio rápidamente por terminada su historia con Elizabeth. Tu madre es una mujer rencorosa y nunca le perdonó aquello. — la chica bajó la mirada, conocía de primera mano lo que era el rencor de su madre. — Cuando años después Pierre volvió, ella encontró su oportunidad. Le ofreció el dinero que necesitaba y no sólo eso, sino que se lo presentó a tu padre. Harry y Pierre se hicieron amigos, no éramos tres socios, éramos tres amigos. Tu madre no soportaba eso… por lo que comenzó a exigirle a Pierre el dinero, él no podía pagarlo, al menos no de la forma que tu madre le pedía, su empresa familiar pronto terminó por caer y fue ahí, que tu padre invirtió. — tanto Lawrence como Sam suspiraron, el ambiente de repente se había tornado demasiado pesado. — Sabía que tenía un gran potencial y no podía dejarlo pasar, era su oportunidad para volverse rico por sus propios medios y no gracias al dinero que tu abuelo le había dejado. Con la empresa intervenida por Harry, Pierre cada vez tuvo menos acceso al dinero y tu madre seguía exigiendo, como una maldita usurera. Intercedí ante tus padres por Pierre. En ese momento él y Charlize tenían tres hijos, tu hermano y tú eran unos niños también, apele a la empatía hacia los hijos de esa gente a que podrían ser ustedes pero… no funcionó. — Sam cerró los ojos y una lágrima rodó por su mejilla al imaginarse que, tal vez, si las cosas se hubieran dado de otra forma, ella y Calvin se habrían conocido desde pequeños. — Tu padre al enterarse de todo se puso furioso y ayudó a tu madre a exigirle el dinero… no sé cómo tú madre lo convenció para eso, no sé lo que le dijo, pero, rápidamente olvidó la amistad que ambos tenían. Pierre, verás, tampoco era un santo. — su tío se despeinó y carraspeó antes de seguir hablando. — Él era jugador, adicto al juego y… el poco dinero que conseguía lo volvía a perder. Se encontró a sí mismo en deudas que no podía salvar y fue allí que se suicidó. — los ojos de  Lawrence se llenaron de lágrimas y Sam soltó un sollozo. — Cuando me enteré fui hasta tu casa, le grité a tus padres los insulte, los culpe por la muerte de mi amigo. Yo tampoco había hecho nada por lo que era igual de culpable pero... siempre es más fácil echarle la culpa a los demás. Amenace con ir a la prensa, con contar todo. Pero ellos me ofrecieron un pacto. Yo no diría nada y me darían dinero, mes a mes, 10% de los activos del laboratorio…lamento decir que acepté pero… en cuanto lo hice me arrepentí. Intenté hablar con Charlize pero ella se había ido a Francia, había regresado a la casa de sus padres. — se tapó el rostro con las manos, avergonzado. — Así que hice lo que mi conciencia me dictó; abrí una cuenta a nombre de ella, todos los meses he depositado el dinero que tus padres me envían pero ella nunca ha tocado un solo centavo. Una vez logré contactarla y preguntar por eso y me dijo que no iba a usar ese dinero, que no era de ella y que con eso no repararía el dolor de su familia. La admiro te lo juro. Ella se enteró cuando Pierre murió de las deudas y las pagó todas, tardó años pero lo hizo, sin tocar nada de ese dinero que yo le daba.

— ¿Entonces? — dijo Sam en shock. — ¿Mis padres, ambos son los que llevaron al padre de Calvin a matarse?

— ¿Calvin? ¿El hijo menor de Pierre? ¿Lo conoces? — su tío, también impactado, se inclinó un poco hacia adelante.