En Horth existía un pueblo olvidado donde muy pocos mencionaban su nombre, donde muchos temían lo que ahí evitaba y donde algunos se arriesgaban a ir para no volver más, desde años atrás el pueblo fue evitado como plaga, aunque se decía entre rumores que era muy prospero no se atrevían a saciar su curiosidad
En Horth se había dejado de ver a niños, poco a poco las mujeres dejaban de procrear pues era tan pobre la ciudad que muchas veces no tenían para comer y en lo que se tenían que preocupar era en llenar la cuota anual que se tenía que dar al monarca, el cual no conocían, pero aun así temían
Entre los habitantes que ahí moraban vivía una familia un poco alejada, donde estaban una mujer de 50 años con su esposo, los cuales vivían de su propia cosecha tratando de no pedir nada al monarca pues sabían que una vez ellos pidieran cualquier cosa por mínima que esta fuera tendrían que dar una cuota por el resto de su vida, pues así decía una de las leyes de las que se basaba Horth