Madeline se levantó de la cama, agarró el celular que estaba sobre la mesa de noche y encendió la pantalla, era casi medianoche.
"Es tarde, pero necesito hablar con Charles."
Cerró sus ojos y recordó el horrible sueño que acababa de tener.
"Sé que me volvería loca si algo así te llegara a pasar, debo decirte toda la verdad, no quiero que sufras más por mi culpa y por culpa de Artur, él es tu enemigo y debes saberlo, debes conocer que él fue quien firmó esa acta de matrimonio en tu lugar, yo creí que me estaba casando con Artur, pero al otro día descubrí que estaba casada contigo, sin conocerte, callé por temor, no quería ir a la cárcel, pero ya no me importa, lo diré todo, así serás libre de las artimañas de Artur."
Flashblack
Madeline despertó después de su noche de bodas con Artur, un hombre a quien había conocido mientras trabajaba como bailarina en un show nocturno de un club, él era un asistente del gerente de dicho club… pero todo había sido un montaje, Madeline ignoraba que Artur en realidad era miembro de una de las familias más ricas del estado de Illinois, y que se había acercado fingiendo ser un hombre sin fortuna, que pretendía aprovecharse de ella por su dócil carácter.
"Madeleine es la mujer que necesito para cumplir mis planes, la voy a enamorar y después haré que se convierta en la esposa de Charles, Madeline será muy fácil para manipular a mi antojo."
Pensó en sus adentros convencido de que lograría su propósito con ella.
Por meses la cortejó y se hicieron novios, hasta que un día él de manera precipitada le pidió matrimonio. Estaban sentados en el sofá en el apartamento de Artur, o el que ella creía que era su apartamento, porque él fingió todo, para hacerle creer que era de su misma condición social, había alquilado ese pequeño y modesto apartamento.
La noche que él le pidió matrimonio, ella estaba insegura de tomar esa decisión.
—Pero es muy pronto, creo que deberíamos esperar. —Él le tocó la mejilla
—¿Esperar qué? nos amamos, ¿acaso no sientes nada por mí?
—Si siento muchas cosas por ti, pero no estoy segura de querer casarme, aún debo volver a la universidad y terminar el año de carrera que me falta.
—Eso no nos impide estar juntos, sabes que te voy a apoyar para que termines tu carrera.
—Es que no me siento preparada para casarme. —Artur se enojó y se levantó del sofá.
—Eso significa que no me amas en realidad.
Ella también se puso de pie y se acercó a él, con una voz dócil le dijo:
—Sí te quiero, pero es muy pronto para tomar una decisión tan seria cómo lo es el matrimonio.
—En cambio yo sí estoy seguro de mi decisión, sé que no voy a encontrar otra mujer como tú en ninguna otra parte del mundo, pero tú por lo visto tienes planes de conocer a alguien mejor que yo.
—No es así te lo juro, solo quiero que nos conozcamos un tiempo más. —él agachó la mirada y mantuvo el ceño fruncido, con una voz cargada de decepción respondió:
—Creí que ibas a decirme que sí, soy un tonto, ya hasta había mandado a preparar todo. —ella anonada respondió:
—¿Mandaste a preparar qué?
—Contraté un decorador y alquilé un pequeño salón, Bueno en realidad es el jardín de un restaurante, también mandé a preparar los documentos.
—¿Pero por qué hiciste sin consultarme primero?
—Porque soy un estúpido, estaba seguro de que ibas a decirme que sí. —Madeline se sintió apenada.
—Siento no haber correspondido a tus planes.
—No te preocupes, tienes razón, debí consultarte primero, perdona mi imprudencia. En la mañana llamaré para suspender todo…la próxima vez consultaré contigo antes de tomar decisiones, si es que aún estamos juntos, porque ahora no estoy tan seguro de que me amas.
—No es que no te ame, es que debemos esperar un tiempo, no tenemos ni dos meses juntos.
—Es que me voy de viaje por varios meses y quería hacerte mi esposa antes de partir.
—¿A dónde irás?
—Debo ir a Nueva York con mi jefe, él tiene allá otros clubes y va a supervisarlos, ya sabes, trabajo de rutina. —se mostró cabizbajo, Madeline se sintió aún más apenada, además de que no quería que él se fuera triste.
—¿Estás seguro que deseas casarte conmigo? —él la miró con cariño y le tocó el cabello.
—Por supuesto mi vida, estoy muy seguro de lo que siento por ti, quiero que seas mi mujer por el resto de mi vida, no necesito a otra.
—Yo no esperaba que estuvieras dispuesto a casarte conmigo, no quiero que te vayas triste dudando de mi amor por ti
—¿Qué quieres decir con eso?
—Que acepto casarme contigo. —Artur sonrió.
—¿De verdad estás dispuesta a ser mi esposa?
—Si, lo seré antes de que te vayas.
La boda improvisada se realizó al otro día al caer la noche, solo estaban presentes algunos amigos de Artur, la madre de Madeline no pudo asistir porque estaba en el hospital con su pequeño hijo haciendo un tratamiento para el corazón.
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Editado: 20.12.2023