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Scarlett.

Al pasar los días, las cosas parecían que iban a empezar a mejorar; yo aún seguía evitando a todo— o casi— el instituto con mi expresión seria, los estaba asustando o eso fue lo que me hizo saber Angela Weber. Esa chica fue la única que no me molestaba su compañía, es amable, tímida y compasiva; era como estar en paz, su tranquilidad me daba tranquilidad a mi, así que la empecé a tratar bien y nos llevamos regio. 

Los chicos de la mesa popular aún me querían allí, pero claramente me negué rotundamente a ser parte de esa estupidez, por lo que cuando tenia que ir a la cafetería procuraba o estar en una mesa apartada de la gente que no quería cerca o me iba a mi auto o a las gradas. 

A pesar de eso, no me dejaban en paz y a pesar de que ya paso más de una semana aún me veían como bicho raro, cosa que me molestaba mucho. Mi padre dice que les de tiempo, que a ellos también los miran así, y sé que tiene razón pero me irritaba.

Ahora iba hacia mi clase de Trigonometría y Cálculo, pero antes de entrar choco con alguien que se dirigía hacia la puerta igual que yo, no me queje pero me dolió.

—Lo lamento mucho, iba distraída— se disculpó una voz dulce, una chica pequeña aproximadamente de 1,47 cm, pelo cortito castaño oscuro, ojos dorados y pálida, muy pálida. Ésta me sonreía de una manera extraña, como si me quisiera abrazar en ese instante. 

—No pasa nada, iba distraída también.— corto el silencio y ingreso a la clase.

—¿Te importa si me siento contigo? Me llamo Alice Cullen.— preguntó suavemente, miré a mi alrededor buscando la posibilidad de desplazarla a otra mesa, pues me gusta sentarme sola, pero al ver todas ocupadas, solo asentí con la cabeza y dirigí mi mirada al profesor Varner.

—Soy Scarlett McQuaid.— respondí de manera casta.

—Lo sé.— respondió sonriente, muy sonriente. 

La chica me miraba tratando de analizarme, o eso parecía. De repente se quedó súper quieta con la mirada perdida; no es como si le estuviera prestando tanta atención pero parecía no respirar. La miré un poco ansiosa, no sabia que le pasaba pero eso si que era extraño. 

Luego de eso, la clase pasó sin más, pero cuando tocó el timbre que indicaba el final de la clase, y  con eso la hora de almorzar. Me levanté de la silla con todas las cosas dentro de mi mochila, y al mismo tiempo la chica de pelo corto también se levantó.

—Emm, me preguntaba si tal vez te apetecía almorzar conmigo y mis hermanos— la proposición me tomo de sorpresa, me extrañó mucho que esta chica quisiera almorzar conmigo, aunque parecía amable, no me llamaba la atención, así que dude en negarme pero finalmente lo hice.

—Te lo agradezco, pero tengo que negarme, he quedado con Angela y no puedo cancelarle ahora.— ella asintió comprendiendo.

No era mentía, Angela me había invitado cuando entramos a la primera clase que compartíamos, pensaba en negarme ya que estaban Jessica y también la desagradable Lauren; pero al final terminé cediendo ya que me insistió tanto y no quería perder la paciencia, cada vez que la perdía, algo malo pasaba y yo me metía en problemas.

Al salir de la clase, lo hicimos juntas y pude ver que un chico de cabellos dorados la esperaba, él me miró detenidamente con sus ojos dorados, iguales a los de la chica de pelo cortito, luego la miró a ella que venía con una expresión entre triste y cabizbaja; eso hizo que me sintiera un poco culpable, la chica se veía muy sensible y al parecer yo la había puesto triste, sentí la mirada curiosa y fugaz del chico, pero no le di importancia.

Angela llegó dos segundos después de que el rubio le pasara un brazo por los hombros sin dirigirme más miradas, sin hablar mucho nos dirigimos a la cafetería. Al ya tener nuestro almuerzo en las bandejas, Angela y yo nos dirigimos a la mesa de los "populares" donde se encontraban ya sentados Mike Newton; Jessica Stanley; Tyler Crowley; Lauren Mallory; y algunos estudiantes más que no presté mucha atención; básicamente solo hice un intento  de ademan como saludo y me senté centrándome en la comida.

—Oh, miren si no es la nueva, finalmente aceptaste cual es tu lugar—dijo Lauren de forma burlona mientras se dirigía a nadie en concreto.

—Mejor cierra la boca, Mallory. No me hagas perder la paciencia.—

Bufé irritada, pero no podía hacer más problemas, pues mi madre me había pedido mantener discreción de mi personalidad pero se me hacia difícil en este tipo de situaciones...

~Hubiera aceptado sentarme con Alice, ella se ve mejor compañía y más soportable que estos chicos, solo quitando a Angela y tal vez, solo tal vez, a Erick~ pensé frustrada.

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Alice.

¡La había conocido! Bueno, conocer conocer no, pero al menos intercambiamos palabras. Hubiera estado más feliz de que aceptara almorzar con nosotros, pero entiendo que quiera pasar tiempo con Angela, es buena chica.

Me confunde, nunca en toda mi existencia había conocido una humana tan extraña. Es completamente diferente a lo que cualquier persona es, según mi hermano Edward, sus pensamientos están sellados, pero no es siempre porqué de vez en cuando puede oír algún pensamiento. Tal vez solo es que no hemos pasado el suficiente tiempo observando su comportamiento.

Jasper dice que su olor es extraño, aunque todos lo notamos, dice que no es normal y que jamás olió a nadie como ella, Carlisle está preocupado, porque la chica llegó con dos personas más que también huelen raro, es extraño; también sus emociones, dijo que no pude notar sus emociones, que tal vez sea por la misma razón por la que Edward no puede escuchar sus pensamientos.

Rosalie dice que  se viste bien y que tiene estilo, aunque no aporta nada en concreto es verdad y por lo que investigamos; su madre es la famosa diseñadora de moda y de zapatos; Stacy McQuaid y su esposo Thomas McQuaid empresario, arquitecto y dueño de una compañía de construcción bastante reconocida internacionalmente. No había más información a parte de la que ya sabe el resto de Forks.