Felizmente Casados [01]

Capítulo -01

Azul

Milán, Italia.

Mirándose al espejo observaba cómo lucía la medalla de zafiros que tenía alrededor de su cuello. Contenía hermosas figuras de flores. Con suavidad sonrió y elevó su mano para tocar delicadamente con las yemas de sus dedos las piedras brillantes. Era hermoso y caro. Así vestía Azul Casanova. Vestidos caros, las mejores joyas y los autos más costosos que había. Era la consentida de su padre y al ser su hija única aún más. Era idéntica a su madre, pero su personalidad era la de su padre. Cómo si Henry hubiese renacido nuevamente. Azul era de carácter fuerte, inteligente y muy buena para los negocios y por supuesto una mujer hermosa.

—Usaré este —comentó, Azul sonriendo y se giró para mirar a su amiga Riona. La cual se encontraba con ella en la habitación. Riona ya estaba lista. Solo esperaba por Azul.

Riona estaba sentada sobre la cama de la habitación de Azul. Con suavidad se levantó y se acercó manteniendo los ojos sobre el cuello de Azul.

Riona era modelo y por supuesto que era hermosa. Su cuerpo era muy definido, ojos verdes y una melena larga que traía en rubio. No se podía negar que era preciosa.

—Combina con tus ojos a la perfección —comentó Riona, mirando los ojos azules de Azul.

—Gracias —refirió Azul. Se volvió a girar y se observó una última vez en el espejo. Utilizaba un vestido blanco de brillos, era largo con un escote en sus senos que los hacía ver muy bien y nada vulgar. Además, era nuevo y lo estaba utilizando por primera vez esa noche. Su cabello castaño iba extendido con lindos rizos en las puntas.

Azul siempre vestía despampanante y a dónde iba o pasaba dejaba varios enamorados.

—Vamos —anunció Azul girando sobre sus talones y después agarró la cartera de mano plateada que reposaba a un lado del tocador.

—Dios escuchó mis súplicas —bromeó Riona cruzando la habitación para luego salir por la puerta.

—Antes muerta que sencilla, amiga —comentó Azul siguiendo los pasos de Riona.

Riona dejó salir una risita.

—¡Eso es! —refirió con voz fuerte y divertida.

Azul y Riona estaban visitando Italia por su graduación. Era uno de sus países favoritos. Tenían planeado los países a dónde irían para celebrar. Ambas se habían graduado de Economía. Pues era necesario ambas se iban a hacer cargo de los bienes que sus padres le iban a dejar. Riona era la segunda hija de Marco Benedetti tío de Azul por parte de Lena, su madre. A ella también le gustaba todo sobre lo que tenía que ver con los negocios.

Otro gusto en común que ambas tenían.

Al salir de la villa, cuál le pertenecía a Azul, ya que su padre se la regaló, especialmente porque le gustaba viajar a Italia, además era italiana, pero su padre después de la muerte de su madre decidió irse con Azul para Inglaterra y encargarse de las empresas que había en Londres, mientras que su tío Otto se encargaba de los negocios en Italia.

Cuando iban llegando se podía ver la hilera de carros costosos y a mujeres y hombres cruzar por la alfombra roja en dirección a las puertas dobles. Las dos camionetas se detuvieron frente a la lujosa y gigante edificación el cual tenía como nombre Casino Dolce Vita. Los escoltas que iban en la camioneta que se estacionó detrás, de inmediato se bajaron a abrir la puerta para ellas. Azul bajó primero y luego lo hizo Riona y ambas se encaminaron en dirección a las puertas de cristal que eran de un color dorado.

El casino era nuevo en la ciudad, hoy era la primera vez que iba a ser exhibido. Por lo tanto, sería muy visitado el día de hoy. Los empresarios y empresarias más adinerados de la ciudad de Milán y otras ciudades de Italia asistirán a divertirse en el famoso casino.

Cuando Azul y Riona entraron miraron el espectacular lugar. El piso de alfombra amarillo opaco que contenía dibujos floreados en color vino, le daban un toque al interior de Casino. Lámparas de araña grandes en todo el sitio proporcionaban una luz amarillenta. Era un sitio de tres pisos grande y amplio en el cual se podía observar los balcones con barrotes de color negro oro. Visiblemente, se veían las mesas de juegos. Barras de alcohol y el pequeño espacio para disfrutar del restaurante del propio Casino. Cómo era de esperarse estaba lleno de personas. Siguiendo las reglas para asistir al casino. Mujeres con refinados trajes de etiqueta y hombres con trajes elegantes y costosos. Se veía muy de cerca el estatus social de cada persona que había en el sitio.

La música sonaba en el sitio en una suave melodía, a causa del piano el cual era tocado por una bella mujer de traje azul claro con lentejuelas y cabello negro.

—Me gusta —refirió Riona la cual caminaba al lado de Azul.

—Digo lo mismo —comentó Azul con su mirada al frente.

—Además, ya puedo ver a algunos hombres guapos —comentó Riona ladeando sus labios con una sonrisa.

—Genial, pero no te enfoques mucho en sus rostros. Mira sus dedos y se te quitará el hechizo.

Riona se encogió de hombros.

—Hay unos que se quitan el anillo antes de entrar —Riona miró a Azul.

Azul curvó sus labios.

—Los malnacidos se las ingenian. Sí. Pero nosotras somos más inteligentes —comentó Azul mientras observaba a las persona sonreír y sostener copas de alcohol en sus manos—. Siempre los descubrimos.

—Muy cierto…

—Vamos a tomar algo —propuso Azul.

—Bien pensado —refirió Riona estando de acuerdo.

Las dos entre las personas, se desviaron en dirección a la barra de alcohol. En donde también había clientes. Lo bueno era que había varias en todo el lugar y así no se iban a hacer filas de espera. Se dirigieron en esa dirección y tomaron asiento sobre las sillas para pedir al barman sus bebidas.

—¿Brandy o vino tinto? —preguntó Riona para Azul.

—Brandy —espetó Azul mirando a su alrededor.

—Dos copas de brandy, por favor —pidió Riona con su impecable italiano.

El barman enseguida asintió y se giró para servir las bebidas.




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