Fruto del destino

Capítulo 23: Un corazón destruido

Olivia

La mirada de Connor deambuló por todo el comedor. Pensando algo antes de acercarse. Antes de sentarse en frente de mí en el sitio libre que había, a mi derecha estaba Becca y a mi izquierda en la punta de la mesa estaba Lily.

No voy a negar que fue un momento bastante incómodo en el momento en el que se sentó. El silencio inundaba por completo la casa. Yo ni siquiera sabía que decir al respecto, todavía estaba procesando el hecho de volver a verlo, de volver a ver su rostro después de tantos meses, cinco meses que fueron los más largos de mi vida.

Yo apenas podía mantener mi mirada arriba, no quería tener que mirarle a los ojos porque sentía como mi corazón se aceleraba aún más hasta el punto de que pensaba que saldría de mi pecho en aquel momento.

Me impresionaba el hecho que después de todo seguía sintiendo lo mismo hacia él, ese leve cosquilleo.

—¿Has pensado ya qué quieres Olivia? — escuché de Becca intentando romper el hielo.

—¿Que si he pensado qué? —pregunté confusa.

—Pues para tu cumpleaños tonta, ¿de qué va a ser si no?

—Oh, sí, mi cumpleaños— murmuré.

Mi mirada estaba atenta al plato de comida que seguía igual que al principio. Le daba vueltas a la comida dejando pasar el tiempo.

—¿Olivia? ¿Estás bien? — preguntó Lily.

—Sí, claro. Yo solo no estoy pasando un buen día, es todo—levanté mi vista y maldije en mi cabeza al encontrarme con sus ojos.

Connor estaba realmente serio, su mandíbula estaba prieta, su mirada perdida. Simplemente noté como si hubiese cambiado, como si algo en él fuese diferente, como si algo en él se hubiese apagado. Rápidamente mi mirada fue de nuevo al plato, me puse extremadamente nerviosa.

Estuvimos veinte minutos en silencio, aquello parecía un tanatorio, nadie hablaba, nadie soltaba ningún sonido, simplemente cenamos ante el silencio de la noche.

—¿Queréis postre? —preguntó Lily mientras se levantaba.

—No gracias, ya estoy llena— dije negando con la cabeza mientras me levantaba a recoger un poco todo.

Seguidamente Becca se levantó y golpeó sin querer un poco la mesa haciendo caer un vaso con refresco en su camisa.

—Mierda— maldijo mientras levantaba corriendo el vaso—Soy muy torpe.

—¿Quieres que te de algo de ropa? — preguntó Lily.

Becca asintió y las dos desaparecieron en un instante dejándonos a mí y a Connor a solas. Ellas siempre en el momento perfecto, ¿porque siempre hacían lo mismo?

Yo me quedé recogiendo toda la mesa. Ya estaba todo casi listo y me quedé en la cocina guardando las cosas, noté como Connor estaba a escasos metros de mí mirándome de reojo mientras secaba la vajilla, en ese momento no pude evitar notar un escalofrío recorriendo mi cuerpo.

—Connor— dije mientras me giraba hasta encontrarme con su mirada y apoyaba mi espalda en la encimera.

Él me dio una mirada, pero no dijo nada, él estaba secando unos vasos que había.

—¿Por qué me ignoras? Más bien… ¿por qué me evitas? ¿He hecho algo mal?

—No, tú no has hecho nada— dijo seco.

—Joder Connor han pasado cinco meses desde la última vez que te vi. Ni siquiera sé por qué, ¿acaso no merezco saber las razones? Así no puedo comprenderte.

—Es que no quiero que me comprendas.

—Entonces, ¿qué te ocurre?

—No me ocurre nada Olivia.

Llevé mis manos a la cabeza—No Connor, no actúes como si nada hubiese pasado, no actúes como si yo ni siquiera existiese, me duele, ¿sabes?

El no dijo nada.

—¿Por qué no respondes? Necesito una respuesta, yo no puedo seguir mi vida como si nada. Yo no puedo fingir como si nada entre nosotros hubiese ocurrido—solté una lágrima.

—Olivia...

—No Connor joder, no puedes entrar en mi vida y desaparecer durante cinco meses como si nada, ¿acaso sabes cómo me he sentido? Ni siquiera te importa, solo te has dedicado a evitarme a toda costa, he sufrido mucho ¿sabes? Te necesitaba joder, te necesitaba en esos momentos en los que mi mundo se venía abajo, como antes, como antes de que me comenzases a evitar, solos tú y yo, ¿recuerdas?

—Lo siento, no era mi intención, pero...

—Pero qué—interrumpí—te di mi virginidad y te marchaste sin más— comencé a llorar—¿Por qué me evitas? ¿Acaso no sientes lo mismo que yo? ¿No sientes algo diferente? ¿No sientes que tuvimos algo real? ¿No sientes algo?

Dejó un silencio—No...—acarició su mandíbula—Olivia, lo siento, pero yo no siento nada.

—¿No sientes nada? — me alteré mientras un río de lágrimas caía por mi rostro—¿Eso significa que no sientes nada por mí? ¿Estás diciendo esto en serio?

—Sí, lo estoy diciendo en serio.

—¿Y cuándo me dijiste que iba a ser tu debilidad mientras bailamos Yellow bajo la lluvia? ¿De verdad me vas a decir que no sentiste nada? — lloré.

—Eso fueron solo palabras insignificantes—se atrevió a decir.

—Ya— me limpié las lágrimas de la cara—Solo eran palabras insignificantes, todo lo que me dijiste ahora resultan ser solo palabras, ¿por qué me has dado esperanzas entonces? No puedes llevar a una persona a la felicidad solo por diversión sin tener en cuenta las consecuencias que conlleva para luego llevarla directamente hasta lo más oscuro de su ser pretendiendo que todo sea igual que antes. No puedes desaparecer así, no llevándote mi felicidad contigo, no llevándote una parte de mí.

—Lo siento de verdad, yo no quería hacerte daño...

—Pues lo has conseguido, has conseguido arrancarme el corazón y devolvérmelo a pedazos. Ahora me doy cuenta de que no debería haber dejado que esto ocurriese, ¿enamorarme del hermano de mi mejor amiga? ¿Qué podría salir mal? —dije sarcásticamente —Todo. Todo ha salido mal, solo he conseguido llevarme decepciones y sufrimientos.

—Olivia... yo no...

—No Connor— le interrumpí— ya es suficiente, ya me has dejado claro todo lo que necesitaba escuchar. Lo siento, pero no quiero verte más, esta situación está pudiendo conmigo, no me hables, no me llames, no me mires, sigue haciendo lo mismo que has estado haciendo durante estos cinco meses.




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