Fruto del destino

Capítulo 34: Sin respuesta

Olivia

3 meses más tarde...

Habían pasado tres meses desde que todo este sueño comenzó. Me sentía libre de una vez por todas. Era todo un sueño vívido. Esas cosas que solo piensas que ocurren en las películas se estaba convirtiendo en algo real para mí. Eso que siempre había leído en los libros se estaba ilustrando a la realidad. Mi realidad. Una vida de ensueño encabezada por la actuación y las metas de vida.

Aquella mañana me desperté con el piar de los pájaros y la luz entrando por aquel ventanal que daba suavemente justo en mi rostro. El leve azote de los árboles en el cristal era incluso relajante y tranquilizante.

Me levanté de la cama y fui directamente hasta mi baño para darme una ducha de agua fría y arreglarme para el desayuno.

—Buenos días—dije llegando a la cocina.

—Buenos días señorita Shields—dijo Lina.

—Ya sabes que no hace falta que me llames así Lina.

—Es la costumbre querida—puso el desayuno en la mesa.

—Buenos días— salió Nick con el pelo húmedo mientras se pasaba una toalla y la metía en el cesto de la ropa sucia—Buenos días a ti también—dijo dándome un beso cálido en mi mejilla.

—Veo que alguien se ha levantado de buen humor—dijo Lana ladeando su cabeza y mirándome divertida.

—Hoy hay día libre. Nada de rodajes, nada de actuación.

—¿Entonces algún plan para hoy? Después de tanto tiempo rodando creo que nos merecemos un descanso. La vida de actriz nunca pensé que fuese tan dura.

—¿Tarde de pelis?

Yo asentí varias veces con la cabeza mientras pegaba un mordisco a la tostada—¿Puedo elegir yo la película?

Él levantó las manos dándome la opción—No me pongas ninguna triste.

—Tarde. Tenía pensado la de Antes de ti, ese libro me encanta.

Recuerdo aquel día de mi cumpleaños en el que estaba tan rota por dentro que el hecho de mencionar aquella película me ponía los pelos de punta. Ver una película triste ni siquiera se me pasaba por la mente porque sentía que solo conseguiría derrumbarme aún más. Supongo que tenían razón con que el tiempo lo cura todo, pero todavía quedaba mucho camino que recorrer. Pensar en él todavía dolía, pero no como el primer día. La herida era cada vez más pequeña. No se puede decir que lo haya superado porque no es cierto, una persona que te ha marcado tanto no se puede olvidar del día a la mañana como si nada. Dolía, quemaba, ardía, pero cada vez era menor ese sentimiento. Todo desaparecía poco a poco junto al tiempo.

Nick, Lina, Adam, Dylan y Hanna me ayudaron muchísimo durante todo este tiempo, nunca dejaban que me sintiese sola, siempre conseguían hacer planes para hacer todo mucho más monótono. El trabajo me mantenía muy ocupada bastantes horas del día y de alguna manera u otra lo agradecía porque así no tenía esos momentos de soledad en los que mis pensamientos me traicionaban. La soledad iba de la mano con la oscuridad porque en esos momentos de la noche eran los que me daba cuenta de toda la realidad. Esta era mi realidad.

—Tenía pensado dar un paseo ahora, por si te apetecía venir.

—Claro, me apunto—dije terminándome el desayuno rápidamente.

Acabamos, yo me puse ropa deportiva y agarré unas gafas de sol para no quedarme ciega y salimos de la casa.

—Hasta luego Lina—dijimos a la vez mientras salíamos por la puerta.

Comenzamos con la ruta calle arriba y yo nada más comenzar ya me sentía agotada, hacer deporte definitivamente nunca fue lo mío.

—¿Cómo es que no estás cansado? —dije mientras paraba para recuperar un poco de aire.

—Recuerdas que convives con alguien que tiene literalmente un gimnasio en su casa.

—Cierto. Yo ahora mismo necesito una bombona de oxígeno—casi no podía hablar.

—Oye—se paró para mirarme a los ojos— ¿Te gustaría ir a cenar mañana después de acabar el rodaje? Tenía pensado un restaurante de lujo bastante bueno.

—Nick... ya sabes que yo no soy de ir a restaurantes caros ni nada lujoso. Siempre he sido una persona que ha tenido lo justo para comer y para algunos caprichos de vez en cuando. Todo esto se me hace raro. Tener una vida tan...lujosa.

—Será divertido, cariño debes saber que estas oportunidades ocurren una vez en la vida, ¿cuándo será si no?

—Lo sé, pero a veces me siento rara porque es como si nada de esto fuese real, como si nada me perteneciera a mí.

—Mañana a las ocho y media. No hay más que hablar—acarició suavemente mi rostro—¿Una carrera hasta casa? —dijo mientras salía corriendo y yo iba detrás de él intentando seguirle el ritmo.

—Nick—exclamé sin obtener ninguna respuesta a cambio viendo cómo se alejaba de mí—Nick—suspiré—No es justo—hice que se parase.

—¿Qué no es justo?

—Que tú...—salí corriendo hasta adelantarle y llegar antes que él a casa.

—Eh, eso no vale—se quejó.

Yo encogí mis hombros—He ganado yo.

—Pero has hecho trampa, me has distraído.

—Eso se llama inteligencia—dije tocando el lado derecho de mi cabeza.

El comenzó a hacerme cosquillas mientras yo reía y rogaba que parase—Eres realmente retorcida— en aquel momento Lina abrió la puerta y nos separamos de golpe mientras acomodaba un poco mi camisa para disimular aquella situación.

Connor

¿Qué me estaba pasando? No conseguía aclarar nada en mi vida.

Agarré fuertemente el papel con el dibujo de la mariposa y fui decidido hasta el local de mi amigo Theo. Él era mi tatuador de confianza.

—¿Qué tal tío? Hace mucho tiempo que no te veo—dijo saludándome.

—Bien, venía a tatuarme esto—saqué el papel.

—¿Una mariposa?

—Sí— dije decidido—Y no solo eso quiero que debajo haya una frase, ¿podrías hacerlo?

—Claro. Ven, ya sabes a donde ir—me indicó la sala—Dame el dibujo veré que puedo hacer. ¿Cuál es la frase?

—Yellow butterfly.

—Connor, no sé qué está pasando contigo, pero nunca pensé que tendría que tatuarte algo así. ¿Es por algún significado en concreto?




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