SEGUNDA PARTE

—¿Y bien...? ¿Qué deciden?

—¡Definitivamente no saldré de aquí! Ni loco me pienso arriesgar a encontrarme con esos zombies. Pondré una barricada en la puerta con todo lo que consiga y me quedaré aquí hasta que todo pase...—respondió el chico que estuvo a punto de lanzarse por la terraza.

—¡Me voy con la lesbiana! Me volveré loco si sigo un minuto más en este departamento. —Exclamó Dean y se acercó a Terry y a mí.

—¡Oye tú! Quien carajos seas, tengo nombre: Me dicen "Terry", pero tú puedes llamarme: "La que me acaba de salvar el pellejo y por tanto debo dejar de ser tan pendejo".

—¡Okey! ¡No te molestes! —Le respondió Dean encogiendo los hombros.

—¡Dean! ¿En serio te vas a ir con ellos? —Le preguntó Katie, que por lo visto no tenía muchas ganas de salir del departamento.

—¿Crees que me voy a quedar aquí a "esperar que nos rescaten" o " que todo pase"? ¿Y qué si nadie viene a rescatarnos? ¿O si esto no se mejora en pocos días sino que ya es el "Fin del mundo"? DE ninguna manera me quedaré acá; prefiero arriesgarme.

Entonces Terry miró a nuestro "Capitan Direct TV" que aun seguía con su plato de antena en la mano:

—¿Y tú qué...? Parece que medio tienes testículos.

—¡Me largo de aquí! —Le respondió el chico y de una vez empezó a mover cosas y abrir el paso fuera de la terraza.

—¡Pues vámonos, Derek! Tenemos que salir de esta mierda porque seguro se pondrá peor en pocas horas.

Cuando Terry, el chico del plato, Dean y yo nos íbamos; la "Caperucita" se nos pegó también como chiclet:

—¡Yo también voy con ustedes!

—¿Y esta "Caperucita porno" desesperada por atención, de dónde salió? —preguntó Terry con curiosidad. —¿La conoces, Derek?

—¡Ni idea quién carajos es! —Le respondí con mucha sinceridad.

—¡Soy Linda! —Dijo ella y le extendió la mano a Terry.

—¡Pues de que eres linda nadie lo duda! —Le respondió Terry sonriendo.

—Se refiere a que "Linda" es su nombre. Y hazme el favor Terry: No empieces...

—¿Qué...?

—Ya sabes a qué me refiero.

Terry sólo me mostró el dedo del medio, y nos encaminó a salir de la terraza. El departamento estaba completamente en silencio, sólo se oían los trozos de cristal en el piso cuando caminábamos sobre ellos. Todo estaba en el piso: macetas y plantas regadas, cuadros, sillas y sofás volteados, mucha basura.

Pero al llegar a la sala el desorden era lo de menos, ya que la escena era dantesca: había mucha, pero mucha sangre por todos lados, incluso en las paredes se podían ver huellas ensangrentadas. Además había vísceras y partes de cuerpos humanos. Dean cerró los ojos con asco cuando notó una mano desprendida de algún cuerpo que se movía, arrastrándose por sí misma en el piso.

—¿Y los cuerpos? —preguntó Linda, aunque la respuesta era obvia.

—¡Quizás se fueron de putas! Lo importante es que no están aquí —Le respondí.

—Tampoco están los que se escondieron en la cocina, la puerta está abierta...

El "Capitán Direct TV" se asomó en la cocina con cuidado, y al no ver a nadie, nos hizo señas para que nos acercáramos.

Cuando entramos, "El Capi" empezó a revisar las gavetas del mesón, aunque luego se desesperó y empezó a sacar y voltear sobre la mesa el contenido de todas las gavetas:

—¡Tomé cualquier cosa que sea filosa o que sirva para machacar cabezas! Si vamos a salir de este departamento arriesgando nuestro pellejo, al menos no vamos hacerlo indefensos.

—¡Buena idea, chico...desconocido! —Le respondió Terry.

—Pueden llamarme "Ted"...

Masculló entre dientes el chico, quien parecía "demasiado" familiarizado con el cuchillo bien grandote que tenía en su mano derecha. Lo movía de un lado a otro y practicaba como apuñalar certeramente con él. Eso me dio muy mala espina...

—Terry...—Me acerqué a mi amiga y empecé a hablarle al oído de forma disimulada—¿Estás segura que es buena idea andar con estos desconocidos? Bueno, me refiero muy en especial con ese chico desconocido. No tengo ni la menor idea de quién es, y sinceramente ni siquiera tiene mucha apariencia de ser estudiante universitario. ¿Qué tal si es un loco psicópata infiltrado en la fiesta?

Terry me miró fijamente y puso cara de muy sorprendida. Entonces se me acercó y me respondió al oído: