Archivo Gamma 3

A mi lado se encontraba una compañera de la Iniciativa Oblivion, esa chica era conocida como la Cuarta Portadora aunque su nombre es Emma. Caminando los dos nos encontrábamos en unos pasillos que recordaban a los de un hospital, por encima de nuestras cabezas había luces led que iluminaban sin mucha fuerza.

Debido a este motivo el lugar parecía un hospital abandonado de noche sacado directamente de una película de terror, en la esquina superior derecha tres tubos colgados transportaban gas y agua y el lugar estaba tan callado que podía oírse la potencia eléctrica atravesar los cables que encendían las luces led del techo.

-Por suerte nos asignaron tareas sencillas –me comentaba Emma observando los datos en la Tablet que la Dra. Dana me había entregado a mí y que ella tomó para si –Aun asi una de esas tareas implica a una Irregularidad Activa por lo que estoy pensando como manejaremos esa situación, pero antes de eso tenemos una labor con una Irregularidad Neutral que ingresó hace poco asi que empezaremos por ahí.

Recordaba haber escuchado esos términos antes: Lucas, Acrep y la científica los habían comentado varias veces antes aunque nunca me los habían explicado; lo único que yo sabía era casi completamente de deducciones que tuve que ir haciendo -¿Qué significa que la Irregularidad sea Activa? ¿Es como que es muy peligrosa? –quise saber más sobre ese tema. Era como algo esencial para mi trabajo.

-Pensé que alguien ya te habría explicado eso antes –se sorprendió un poco ella a lo que conteste negando con la cabeza. Sus ojos se iluminaron ante mi respuesta –Entonces permíteme enseñarte por  favor.

Sin previo aviso ella me agarró de la muñeca y en vez de seguir caminando derecho doblamos repentinamente a la izquierda, en pasillo delante de nosotros estaba bloqueado por una cadena. Eso me daba a entender que el acceso estaba bloqueado aunque Emma simplemente ignoró eso y corrió la cadena para que continuemos –No creo que deberíamos desviarnos.

Recordando algunas experiencias pasadas que viví junto a ella no estaba seguro de que lo que estábamos por hacer sea lo correcto, o siquiera este permitido –Tu tranquilo y yo nerviosa, además esto es para tu beneficio.

-¿Y dónde es que me llevas?

-Ya lo descubrirás –contestó con una sonrisa sospechosa.

Los dos seguimos moviéndonos entre pasillos con carteles que le prohibían el paso a todo el personal no autorizado <No explore mucho estas instalaciones pero parecen ser mucho más grandes de lo que pensaba> sumado a eso cada tanto había una puerta similar a la del refrigerador de una carnicería que estaba totalmente cerrada y podían escucharse gritos o golpes del otro lado.

-Estamos a punto de llegar –mencionó la chica deteniéndonos en frente de una puerta doble. Sobre el marco estaba un cartel que decía “Almacén de Suministros” –Es aquí –vociferó ella.

Yo tenía mis dudas al respecto, estaba preocupado de lo que podría encontrar del otro lado. En cambio Emma, que parecía ya haber venido aquí varias veces en el pasado, simplemente abrió las puertas como si entrara a su casa. Del otro lado había estantes y repisas llenas de alimentos no perecederos, galletas y algunas otras cosas; pero sin duda lo que más destacaba era una gran máquina expendedora negra colocada a un costado en contra de la pared.

 El lugar parecía tener polvo y daba a entender que no era muy concurrido habitualmente, pero desentonando con esto aquella máquina expendedora parecía estar completamente nueva. Tenía una gran pantalla digital que iba rotando entre imágenes de distintas comidas, a la derecha había un pequeño teclado con un buscador arriba y por debajo estaba la parte donde uno retira su pedido –No veo la parte donde uno coloca el dinero.

Emma me dio un codazo en las costillas –Es que no la necesita jajajaj –y sin perder tiempo se acercó a la camina –Veras, por ejemplo, esta es una Irregularidad Pasiva.

-Eso es solo una simple máquina expendedora Emma.

-No todas las Irregularidades deben ser gigantescos y grotescos monstros, esta máquina fue confiscada de un callejón en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Unos agentes infiltrados escucharon muchos rumores sobre ellas y no fue hasta que una vez encontraron a alguien con una lata de fanta que derrite la garanta que la Organización se propuso a buscarla.

A pesar de haber visto cosas muy extrañas en el poco tiempo que llevaba aquí todavía estaba algo exceptivo –Entonces esta máquina te regala gaseosas que matan, genial. Una vez que se acaben ya no debería ser un problema.

-En realidad estas lejos de descubrir su funcionamiento, esta máquina expendedora es capaz de darte cualquier cosa que le escribas mientras esté relacionada a la comida –ella me dio la espalda un momento y presionó los botones del pequeño teclado –Esta máquina puede generar comida ilimitadamente, y se cree que está conectada a otros universos.

Después de terminar de escribir su pedido Emma presionó el botón de Enter y de la parte de abajo salió una lata de Pepsi, ella la tomó en sus manos y al abrirla pudo escucharse el grito de una mejor. Pero al momento de tomarla el líquido no era negro sino naranja -¿Ves? Le pedí una lata de Pepsi que grita al abrirse y tiene Fanta adentro. Puedes ser tan estúpidamente específico como quieras, aunque también te da comida normal.

Dicen que hay que ver para creer y por mas estúpida que hubiera sido esa demostración termine por  cómeme mis palabras y confiar en lo que mi compañera me mostraba, pero eso solo generó otra duda dentro de mí -¿Entonces porque no la utilizan para solucionar el hambre del mundo? Me parece muy estúpido que no hagan una cosa asi.

-Mateo, piénsalo por un segundo. Todas las empresas de comida se irían a la quiebra si la existencia de esta máquina saliera a la luz, todas las granjas de cultivos y animales dejarían de existir. Sin la necesidad de matar animales para comer se generaría una sobrepoblación, sin contar que alguna loca empresa u organización querría robarla para controlar toda la comida del mundo.