Era una noche como cualquier noche: estrellada, oscura y melancólica. Debo admitir que no soy bueno en estos temas pero me costaba más de lo normal en ese observatorio fijarme en las luces que nos da el cosmos, lamía mis labios con algo de ansiedad e intentaba acomodar mis ideas, pero así como manejar un barco pequeño contra una ola monstruosa me consume, mi cuerpo reacciona con timidez y algo de sudor en mi mejilla.
- Oyeeee, ¿estás bien? Te noto un poco ansioso y me prometiste que esta vez si veremos una nueva estrella juntos - decía ella con ese tono infantil pero tierno que acariciaba los puntos más profundos de mi corazón.
- Estoy bien - decía tartamudeando y más aún me sonrojaba por la pena de estar con ella en ese pequeño ático.
Nuestros únicos acompañantes eran algunas arañas tejiendo sus redes, un telescopio algo viejo para la época que apuntaba a una ventana abierta que además de brindarnos el soplido del viento helado ocasionalmente también dejaba a la vista la desnudez del espacio a nuestra disposición. Los misterios de este, aunque para mi solo me importaban dos enigmas y nada tenía que ver con lo que estudiábamos, el misterio número uno era que shampoo usaba ella para oler tan bien con su largo cabello castaño que llegaba a su cintura, el segundo misterio es como entregarle la carta de amor que tenía en mi bolsillo derecho del pantalón donde relato mis más sinceros sentimientos.
- Bueno me tengo que ir, seguro mi mamá se preocupa - decía yo para excusarme y huir rápido del depredador de terror que me comía lentamente la cordura, bueno terror... terror al rechazo.
- ¡Ay! Pero si yo quiero quedarme un rato más contigo, no es justo - decía ella en forma de berrinche mientras se levantaba de su posición inicial, la cual era estar inclinada frente a "XY" si así es como ella llamaba su telescopio de esa forma tan rara.
Ella de repente me hizo uno de los peores castigos y bendiciones que puede sentir, me tomó de la mano, fue como una supernova en mis cimientos de falsa seguridad frente a ella, lo cual mi cuerpo solo reacciona con una voz entrecortada y un sonrojo así mismo como una enana roja, mis palabras no salían simplemente mi cuerpo no respondía en lo mínimo pero en un momento de adrenalina logré salir corriendo.
- ¡Ya me voy! Decía mientras que bajaba a paso torpe las escaleras del ático mientras que de forma fugaz bajaba al primer ́piso y me llenaba de olor de la cena de su madre... probablemente era pavo lo cual me hizo frenar un poco.
La señora muy buena ella al verme tal alterado me frenó llamándome por mi nombre diciéndome que si no me quedaría cenar, le respondí un no con la cabeza y continuaba con mi paso rápido para poder huir, cuando logré mi osada misión justo pasaba por su jardín frontal el cual se decoraba de margaritas, jazmines y esas cosas de bonatica pero cuando había pasado lo peor cuando por reflejo pasé mi mano por mi bolsillo y no sentí la carta, la sensación de estar muerto en vida era impresionante, quería fallecer ahí mismo.
- Oye Altair, dejaste algo muy importante: ven - decía la madre de ella mientras que me mostraba en su mano derecha la carta y con la izquierda me llamaba. - ¿Aún no te declaras?- decía con un tono de duda.
Si aunque parezca estúpido la madre lo sabía, lo notó mientras que yo hacía dibujos de su hija y yo casados cuando tenía ocho años justamente el año pasado de todos estos eventos, con firmeza le dije: " le prometo que algún día le pediré la mano a su hija, solo que estoy chiquito y me da nervios" ella cierra sus ojos para pensar un momento pero luego ella y yo abrimos los ojos tanto que podrían salirse de nuestras cuencas al escuchar la voz de ella.
- ¿Pedirme la mano? ¿A mi? Yo...- decía ella algo confundida mientras me miraba, literalmente luego miraba hacia abajo como arrepentida o un sentimiento negativo.
Sinceramente sentía mi alma en el suelo, probablemente bajo por que salí corriendo o por la comida, era racional, fui muy descuidado y la madre también. Estaba preparado para huir como en un manga japonés del cual era muy fan, por cierto el manga es Jojos Bizarre Aventure te recomiendo , bueno retomo esperaba que ella me rechazara con todas sus fuerzas.
- ¡Acepto! - Decía ella sonrojada mientras sonreía - si quisiera casarme con alguien sería contigo Altair - Ella se acercó y me depositó un beso en mi mejilla a lo cual yo quedé petriciado.
FIN
- ¿Fin? ¿ No se casaron ni nada?- decía un muchacho de piel morena que se sentaba enfrente mío y compartíamos edad.