La Bóveda Celeste Está Sonrojada

3 Eventos del nuevo universo

     Ya estando en la sala donde los edecanes nos encontrábamos tomábamos asiento en una silla en la mesa y a mi lado Rodolfo lo hace de igual forma, concentrados en lo que podía llegar a decir el director, siendo sinceros estaba demasiado incómodo por la presencia de Luna pero no seré derrotado para calmar la ansiedad, lamía mis labios como un perro, mis ojos se enfocaron en la postura del director, mis oídos escucharon su cálida voz otra vez.

 

   - Bueno, a lo que diré presten mucha atención - mencionaba el director mientras entrelaza sus dedos y los pone al frente mientras que sus codos se acomodan en su escritorio, ponía su barbilla en sus puños y sonreía. - 

 

     Disculpa señor director - decía Luna - mientras que sostenía entre sus dedos el libro, su voz era calmada pero tierna-.   Antes de que inicie, acabo de recibir un mensaje de que en el patio trasero se están peleando.

 

    - ¿Eh? En ese caso necesitaré que uno de ustedes vaya y apacigüe las aguas - decía en forma de petición.  Altair... ¿ puedes ir a ver ? - Decía refiriéndose a mi.

     En ese momento pasé rápido, saliba y miré a mis lados, Rey no miraba a ningún lado como miraba vacía, Rodolfo sonreía. Lo que más me impactó fue Luna por un momento vi que con su dedo índice de la mano derecha movía las puntas de su cabello como algo nerviosa ¿estará incómoda? ¿ Será por mi culpa ?

         - Eh... Altair, ¿si puedes? - decía el director con un tono dudoso.

 

       - Claro, claro - decía recomponiéndome con rapidez mientras me dirigía a la puerta.

 

      Aún estaba en trance pero debía concentrarme en mi misión, puede que sea una gran oportunidad para demostrar lo que valga yo Altair, rápidamente miraba hacia atrás al tomar la perilla y veía al director sonriendo y Rodolfo hacia algo similar, miré al Rey y estaba con una mirada vacía al suelo lo cual me perturbaba un poco pero algo me extrañó al mirar a Luna y veía como esta también me miraba fijamente mientras movía su pelo  con su dedo derecho.

 

      Al percatarse de mi mirada se gira su rostro hacia su libro con rapidez, me incomodé mucho por lo cual salí con velocidad algo sonrojado y con paso rápido abría la puerta y salía corriendo por los pasillos, su cabeza era consumida cada vez más por la ansiedad así que con sus palmas golpeaba lentamente sus cachetes para entrar en razón, ocultaba su rostro a los estudiantes.

       Ya bajando las escaleras y pasando pasillos me logré encontrar con la puerta del patio trasero, era de madera como las otras y sus cristales decoraban lo que parecía unos ángeles, que al ser atravesados por la luz cambian de tonalidad a un color más melón anaranjado, justo cuando toque la puerta para usarla el color naranja paso a negro.

       - ¡¿Pero qué demonios?! - Decía yo con un asombro y miedo increíble. 

       Era lo que parecía un cuerpo que voló y se chocó contra las ventanas haciendo que se quebraran mas no salieran dispares, tenía algo de miedo pero respiré por un segundo, ya Luna no me asfixiaba con su recuerdo, ahora mismo soy el edecán Altair y mi deber era detener esa pelea.

     Al momento de abrir la puerta vi como el cuerpo era un chico grande que tenía el ojo izquierdo morado y su cuello era rojizo, al ver detenidamente me fijé que era el bravucón de ropa playera, una mezcla. De alegría y confusión atacaba a mis nervios, al mirar al frente mi asombro no podía ser mayor.

       - No puede ser...- Miraba al frente con algo de incertidumbre y logró ver quién logró hacer tal cosa.

 ESA NOCHE

 

      - Y yo le dije: "Soy otaku pero de los que se bañan". - decía Rodolfo mientras abría la puerta de la cafetería  a lo que este entra- ¿puedes creer que no me creyó?  Eso es un insulto.-




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