Llego a mi casa que tiene una arquitectura algo gótica, bueno más que casa es mi mansión, paso las rejas, algunos mayordomos me atienden y yo siempre adxorto de todo, quizás no lo haya mencionado pero mis padres en viaje y yo tan antipático impide que logre conversar, más bien siempre estoy callado.
Cruzó la gran puerta de madera y llegó al gran salón. Miro todo de reojo y corro hacia mi cuarto subiendo las escaleras, nada de lo que veo me motivaba mucho, mi habitación principalmente decorada de un azul celeste me hacía sentir cómodo, mi cama decorada con ecuaciones no solo eso si no que mi cuarto estaba sistemáticamente ordenado en todo aspecto, según mis psicólogos ya que casi es impulsivo, lo que más me distraía de todo eran los juegos de mesa muy variados que tenía, aunque recuerdo con cierta alegría el partido que tuve en el parque con Altair.
Lo más probable es que este encerrado todas las vacaciones, pues no tengo con quien salir y todos mis amigos tienen planes pero no me molesta, pienso esto mientras de uno de los cajones de mi tocador saco un ajedrez, lo coloco en el suelo y lo acomodo poco a poco yo eligiendo las negras y empiezo a mover los peones, mientras juego concentrado mi mente va a mil por hora, el mundo desaparece y yo sentado en mi escritorio compitiendo contra la doloroso y acosador aburrimiento, pero como dijo Marcos en el aburrimiento ocurre la genialidad ¿quién sabe?
- Me pregunto qué estarán haciendo los otros...- Me pregunto a mi mismo mientras sostengo a mi Rey en la mano.
Justo después de abrir mi boca para hablar por primera vez en todo el día mi laptod suelta un pitido en el cual me informa que alguien intenta llamarme, será el profesor Aurelio otra vez o quizás mi psicólogo, pero al acercarme y abrir la tapa veo que es de Rodolfo, con asombro y nervios decido contestar.
- ¡ Que tal Rey mi amigo del alma, como te trata la vida !- Dice Rodolfo enérgicamente.
- Bien - Dije mientras acomodaba mi cabello.
- Vaya que has mejorado en el idioma, sin duda eres un genio - dice Rodolfo alargándome.
- ¿Oye dónde sabes esta Marcos? - Dice Rodolfo - Estaba llamándolo porque Altair dijo que a mitad de año explotaría una estrella o algo así.- Concluye.
- El está en casa de su padre - Dije yo de forma cortante.
- ¿ Padre? ¿El no era que no tenía padre?- Dijo Rodolfo Dudoso.
- Digamos que de cierta forma lo descubrió hace poco - Dije mientras miraba cabizbajo
- ¿ En serio? ¿ Es algo bueno o malo?- Dijo Rodolfo ansioso por las respuestas.
- Digamos que para mal o para bien, está muy cerca de nosotros.- Dije insinuando la verdad.
- De que se trata estoy muy intrigado ahora.- Dijo Rodolfo exigiéndome la respuesta.
- Espero no arrepentirme de esto - Dije de forma lenta y después de un respiro y dudar un segundo declaró el centro del problema.- Su padre es Aurelio.
- Espera hablar del profesor Aurelio, no te lo puedo creer.- Dijo el asombrado.
- Yo tambien lo estoy hable con Marcos y con el profesor del tema - Dije manteniéndome firme
- Cuéntame bien todo - Dijo Rodolfo
Yo sin más divague en mi mente y le explico todo, un día que estaba con Marcos conversando de cualquier cosa, él me explicó con sinceridad todo, él lo siento como una confesión en la cual él soltaba sus verdaderos sentimientos, solo pude abrazarlo y entenderlo, Aurelio su padre en el pasado era un tipo reprochable , adicto al alcohol y el cigarrillo , embarazo a una prostituta y la abandono, ese bebé era ni más ni menos que Marcos, este se quedó en un orfanato abandonado pero se terminó en caos, el orfanato se incendió y muchos murieron, uno de los sobrevivientes fue Marcos.
La explosión de la estrella pronto a una conclusión: Estoy ansioso de saber que ocurrirá, Altair cumplió su meta, Marcos igual y ahora hablando con Rodolfo me relata el verdadero deseo de él de aprovechar el tiempo antes de la explosión para ayudarle, porque ayudandole me podré ayudar a mi mismo, se siente una paz de cierta forma indescriptible