Capitulo 3

La búsqueda de respuestas

Después de su primer encuentro con El Cazador de Sombras, Tomás y Juan se dieron cuenta de que necesitaban más información para entender lo que estaba sucediendo. Decidieron buscar en la biblioteca de la ciudad para ver si podían encontrar algo útil.

"¿Por dónde empezamos?" preguntó Juan, mirando a su alrededor mientras caminaban por los pasillos llenos de libros.

"No lo sé", respondió Tomás, frunciendo el ceño mientras escaneaba los títulos. "Pero deberíamos buscar algo sobre sombras o cazadores de sombras. Tal vez podamos encontrar algún tipo de pista".

Juan asintió y comenzaron a buscar entre las estanterías llenas de libros. Después de un rato, Tomás encontró un viejo tomo titulado "Las sombras y sus secretos". Lo sacó del estante y lo abrió, esperando encontrar algo útil.

"Esto podría ser útil", dijo, señalando una página. "Habla de cómo las sombras pueden tomar formas y convertirse en seres peligrosos".

"¿Cómo se supone que debemos luchar contra eso?" preguntó Juan, frunciendo el ceño mientras miraba por encima del hombro de Tomás.

Tomás continuó leyendo. "Dice que hay un antiguo amuleto que puede repeler a las sombras. Un medallón hecho de plata pura, grabado con una serie de símbolos protectores".

"¿Podría ser el mismo medallón que compramos?" preguntó Juan, sus ojos brillando con emoción.

"Podría ser", dijo Tomás, volviendo a leer la página. "Pero también dice que hay una manera de desactivar la protección del medallón. Si alguien sabe las palabras correctas, puede hacer que el medallón sea inútil".

"¿Cómo sabemos si alguien ha encontrado las palabras?" preguntó Juan, preocupado.

"No lo sabemos", dijo Tomás, cerrando el libro con un golpe. "Pero creo que deberíamos buscar más información. Tal vez podamos encontrar a alguien que sepa más sobre esto".

Los dos amigos comenzaron a buscar en la biblioteca, leyendo todo lo que pudieron encontrar sobre sombras, cazadores de sombras y medallones protectores. Finalmente, encontraron un antiguo libro que hablaba específicamente sobre el medallón que habían comprado.

"Esto es lo que necesitamos", dijo Tomás, señalando una página que describía cómo hacer el medallón.

"¿Qué dice?" preguntó Juan, tratando de leer por encima del hombro de Tomás.

"Dice que el medallón fue creado hace siglos por un antiguo grupo de cazadores de sombras", leyó Tomás. "Está hecho de plata pura, y los símbolos grabados en él tienen poderes protectores. Pero también dice que las palabras que desactivan la protección son muy poderosas, y que solo deben ser conocidas por aquellos que saben cómo usarlas".

"Entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que nadie más sabe las palabras?" preguntó Juan, preocupado.

"No podemos", dijo Tomás, frunciendo el ceño mientras cerraba el libro. "Pero podemos estar preparados. Necesitamos seguir investigando, buscar más información y estar siempre alert

a en caso de que algo suceda".

"Estoy de acuerdo", dijo Juan, asintiendo. "Pero, ¿cómo podemos encontrar más información? No sabemos nada sobre cazadores de sombras o cualquier otra cosa de esto".

"Podemos empezar por hablar con personas que saben más que nosotros", sugirió Tomás. "Puede que haya alguien en la ciudad que tenga más conocimientos sobre este tipo de cosas. O podemos intentar buscar en línea, en foros o sitios web de temas paranormales".

Juan asintió, sintiéndose un poco más optimista. "Sí, eso parece una buena idea. Podemos buscar en línea esta noche y ver si encontramos algo útil".

"Perfecto", dijo Tomás, sonriendo levemente. "Pero también deberíamos tener cuidado. No sabemos quién más podría estar buscando este medallón. Podría haber otras personas peligrosas ahí fuera".

Juan se sintió un poco asustado al escuchar esto. "¿Crees que hay alguien más buscando el medallón?"

"No lo sé", admitió Tomás. "Pero es mejor estar preparados. No podemos permitir que esto se salga de control. Tenemos que encontrar respuestas y protegernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean".

"Está bien", dijo Juan, determinado. "Empecemos por buscar en línea esta noche. Y si encontramos algo útil, podemos intentar hablar con alguien en la ciudad que sepa más sobre esto".

"Suena bien", dijo Tomás, asintiendo. "Pero siempre mantengamos los ojos abiertos. No sabemos qué más podría estar ahí fuera".

Los dos amigos dejaron la biblioteca y caminaron por la calle hacia sus respectivos hogares. Mientras caminaban, se sentían nerviosos y ansiosos, preguntándose qué más podría estar escondido en las sombras. Pero también se sentían decididos a encontrar respuestas y protegerse a sí mismos y a los demás de lo que fuera que estuviera acechando en la oscuridad.