La cenicienta de Queens

Capítulo 38: Zapatilla devuelta

—¿Cómo qué te mudas a San Francisco? —refunfuño la morena con queja en un tono desolador— ¿Qué va a pasar conmigo Sarah…? —inquirió con preocupación—. Qué le va a pasar a nuestra amistad.

Esta no estaba convencida si su extraña relación de amistad sobreviviría a la distancia.

—Lu, San Francisco está a cuatro horas de Nueva York en vuelo a cinco en coche. Puedes visitarme cuando desees y yo haré lo mismo. Eres más fuerte de lo que piensas. Pero necesito recuperar el tiempo perdido con mi padre, y no creo que Maya quiera seguir teniendo una relación a distancia. Se lo debo, ella me ha esperado por demasiado tiempo.

Lucy y Sarah se encontraban en la habitación de la morena. Estas estaban sentadas en la cama con la espalda apoyada en la pared mientras observaban una caja redonda de un color crema pastel que estaba posicionada en una esquina de la cama.

—Qué pasar aquí...

Louis quién iba pasando se devolvió con cierta curiosidad deteniendo la vista en la caja la cual era bastante llamativa y luego pasando a la cara melancólica de Lucy.

—Así que sólo confesarte hace menos de tres horas y ya aprovecharte de la tonta ingenua. Que bajo has de caer duende de manos callosas. Al menos yo jurar que intentar seducirme primero. Yo ser un diez.

Soltó en modo de provocación hacía Sarah, seguida de una sonrisa con esa mueca cínica que la caracterizaba. Esta entró a la habitación dirigiéndose al armario de Lucy, allí se estiró un poco logrando recuperar un paquete de gomitas con satisfacción y luego programó su camino hacia la cama para dejarse caer con gracia en ella.

Lucy soltó una carcajada ante el comentario bromista de Louis, luego levantó un poco la vista hacía el rostro de Sarah; está negaba con la cabeza tratando de disimular varias carcajadas.

En definitiva Lucy pensaba que justo ahora, Sarah, era igual a el Grinch de navidad. Refiriéndose aquella parte donde esté disfrazado de santa, robaba todos los regalos de "Villa Quién" a media noche para deshacerse de ellos. Pues justamente eso era lo que Sarah iba hacer con su amistad. Deshacerse de ella como si nunca hubiese existido. Terminar con la única constante que tenía, su refugio seguro. Era egoísta pero no quería verla sólo para navidad u otra ocasión festiva y mensajear con ella ocasionalmente cuando tuviese tiempo.

—¡Sarah me deja, para ir a San Francisco. Se ha convertido en el Grinch! —alegó está con los ojos llorosos y retirando la cabeza del hombro de Sarah con indignación.

—¡Oh mon Dieu! Por ello yo decidir sólo marcharme en la madrugada cuando estar dormida —agregó Louis de manera indolente prestando toda la atención a sus gomitas.

—¡Espera qué…!

La chica exclamó con pánico y se puso de pie. Esta pasaba de la cara de Louis a la de Sarah con miedo. Cómo qué las perdía a ambas en solo un pestañeo.

—Tú también te vas y también sabías que Sarah se iba... así que me abandonan. Las ratas dejan el barco cuando este comienza a hundirse —replicó en un tono alto y dramático, frunciendo el ceño—. Lo entiendo a veces puedo llegar a ser un poco sensible, pero eso no es razón suficiente...                 —reprochó con un gimoteo, casi uniendo el dedo índice y pulgar, dejando una pequeña distancia entre ambos.

—Sólo un poco... —señaló Sarah cuestionando sus palabras con sarcasmo.

—¡Entonces lo admiten, me dejan por eso! Están terminando con lo nuestro por ello.

—¡Ah, tonta Lucy! Yo solo ir por un largo tiempo definido... mi madre caer de las escaleras —anunció aquello con una sonrisa de satisfacción.

—¡Oh Louis eso es terrible! No sabes cuanto lo siento. Ahora entiendo por qué debes ir. Irás a cuidar de tu madre convaleciente.

—Pour l'enfer non.

La chica francesa arrugó la frente haciendo una mueca de desaprobación ante las palabras de Lucy. Aquello a Louis le parecía un tanto ridículo, que todavía, Lucy siguiera buscando esa chispa de bondad en ella.

—Yo ir a París a encargarme del negocio familiar. Luego conseguir un poder notarial donde asegurar que madre estar incapacitada mentalmente para dirigir el negocio y poder cuidar de sí misma. Una vez que conseguir el poder absoluto, cambiar todo a mi nombre y dejarla sin ni un centavo en una casa de retiro, la cual no ser para nada ostentosa —Louis recitaba su plan maestro animosamente. Aquello desprendía un brillo tan armónico en sus hermosos ojos azules.

—Definitivamente eres una sociópata y todo eso tiene mucho más sentido que la idea de que vas a cuidar a tu madre —añadió Sarah, haciendo una mueca de afirmación sobre que todo aquello era bastante sensato viniendo de ella.

—¡Oh, no ser para tanto! La traición en Francia ser como una pequeña iniciación de padre a hijo. ¡Es muy parisino!

Lucy, observaba allí de pie como estas charlaban y reían de manera fraternal. No eran sólo compañeras de cuarto, eran sus hermanas. Pase lo que pase podía contar con ellas sin importar cual fuera la magnitud del problema; incluso si debía esconder un cadáver. Y no exageraba al pensar aquello, ya que Louis le había dejado claro en varias ocasiones que podría o no saber cómo deshacerse de un cuerpo, terminando aquella insinuación con varios guiños.

Estaba invadida por el sentimentalismo.  Porque no solo ella había crecido, definitivamente la relación entre Sarah y Louis había prosperado para bien. Y aunque la idea de estar sin ellas, le provocaba miedo, sin embargo, no tenía ningún derecho a evitar que sus hermanas encontrarán su camino individual.

No era egoísta, ni rencorosa, mucho menos quería tener poder para herir a los demás. ¡Santo cielos! Que cosa tan miserable era siquiera pensar en ello. Así no era Lucy Andrews. Su versión de antes y la versión de ahora, había encontrado un balance, un perfecto equilibrio para convivir ambas sin perderse en el camino. Ahora se priorizaba; ya no sentía que estaba en el pedestal del segundo lugar donde debió estar Oliver o Edwards incluso su madre. Era por ello que perdonar y avanzar se escuchaba tentador. Pero para perdonar debía de escuchar o más bien leer las disculpas dadas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.