El Hanami ha iniciado oficialmente, todos los parques con árboles de cerezo están abarrotados de gente que presencia la belleza del florecimiento de los cerezos, y no tengo a nadie para verlos, casi todos van con su familia y su pareja, pero Lizzie está a miles de kilómetros de distancia y mi familia no planea ir a ningún parque para que los abuelos no peligren. En mi soledad decido llamar a Lizzie, aquí son las 7:30 de la mañana y allá las 8:30 de la noche, apenas está cerrando la cafetería. Tarda unos minutos en contestar, pero lo hace y las luces del cartel están apagadas con las demás prendidas.
— Hola, amor, ¿Cómo te va en Japón? —Lizzie tiene el cabello recogido y usa unos lentes de poco aumento.
— Como turista me la estoy pasando genial, como nikkeijin alguien ayúdeme por favor. Quería llamarte para fingir que estamos celebrando el Hanami, mi familia no va a salir al parque Yoyogi hasta el siguiente martes, Sena no tiene clases y el Tío Shingo tiene un día de descanso.
— ¿Y cómo te ha tratado él?
— Ya te odia, piensa que prefieres Corea sobre Japón, el resto de la familia quiere verte siempre y cuando no nos toquemos, cosas de la región —Lizzie se agacha y veo que en uno de sus jarrones que hizo hay un ramo de hortensias marchitas que solo yo puedo salvar por ese daño—. ¿Qué les pasó a las hortensias?
— No sé qué les pasa, llevo una semana investigando sobre hortensias y no encuentro el problema que pueda tener.
— No hay problema —muevo las manos, no sé si realmente funciona, pero la planta vuelve a la normalidad y están más hermosas de lo que ya eran—. Ya lo arreglé.
— ¡Mierda! ¿Qué acaba de pasar? —Hannah grita acompañada de mis demás amigos.
— Están los demás descansando, ¿verdad? —no les he dicho nada, solo Lizzie sabe todo a la perfección.
— Por eso el letrero está apagado —le hago un ademán para que nos volvamos a ver, la mayoría están cansados y comiendo pastelitos y litros de café, ya casi inicia el mes de exámenes de la universidad—. Chicos, Jayden quiere hablar con ustedes.
— Hola, los extraño tanto, Japón no es nada sin ustedes, pero me lo he pasado bien.
— Jamás te había visto tan activo por la mañana —dice Robert notando que en las mañanas de la universidad era un zombi andante, Japón ha hecho que lo deje en el pasado.
— Y tomen en cuenta que acabo de hacer ejercicio, costumbres de Japón.
— Dime que hacer crecer las plantas es otra costumbre de Japón o me va a dar algo —Hannah vuelve a preguntar por mis nuevos poderes.
— Es muy complicado, muy complicado.
— Otra vez tenemos a alguien con poderes nuevos y destinado a una guerra iniciada hace cien años —señala John tomando su batido, no sé cómo lleva el proceso de separación, él y Nick rompieron la semana pasada.
— Cien años se quedan cortos, muy cortos. Resumiendo, en Japón había 4 dioses basados en los 4 elementos y soy el descendiente del elemental de tierra. Hace miles de años se separaron porque el elemental del agua se volvió malvado y tengo que detenerlo con un amigo aquí en Japón, todavía falta encontrar al del aire. Por cierto, ¿Dónde está…?
— Proyecto de animación, se le borró la mitad y está haciendo un maratón con Kendall —me informa Hannah sobre su novio, el gran héroe de la guerra de Racyn City.
— Le dije que guardara cada 5 minutos y no hizo caso —John lo confirma y escribe en su celular a toda velocidad. Tiene mucho sentido, después de la guerra se ha vuelto un poco olvidadizo—. ¿Quieres que te ayudemos en algo? Podemos informar a las autoridades para que te ayudemos.
— Gracias, pero tengo que resolverlo por mi cuenta, y como son unas celebridades sospecharían de mí al estar tan cerca de ustedes. Masato, el amigo de Japón, y yo estamos investigando sobre él, tenemos los diarios de los originales.
— Más directos que Aarón Sanders sí son —CJ resalta que estoy teniendo más información para combatir y no solo visiones.
— Pero no dice nada de…
— ¿Y qué haces? —Sena aparece en mi puerta y cuelgo de inmediato.
— ¿Por qué no tocaste? Casi me da un infarto —mi corazón no deja de latir fuertemente, ya me descubrió.
— Todavía no son las 10, no puedo hacer ruido —es cierto, yo soy el que más hace ruido en esta casa—. Voy a pretender que hablas de cosas estadounidenses.
— Solo hablaba con mis amigos, están a 4 horas de iniciar el mes de exámenes finales y quería desearles toda la suerte del mundo.
— Deben ser muy difíciles, aunque fueron fáciles para ti.
— Soy excelente en los exámenes, a los demás les aterra.
— En fin, papá dice que Masato está en la puerta, quiere llevarte al parque Yoyogi, sospecha que tienen una relación homosexual por lo unidos que son.
— En Occidente sería una relación un poco distante, pero dile que en quince minutos salgo.
Me llevo el traje de batalla en la mochila, Masato me dijo que debíamos prepararnos. Como el Tío Shingo no se preocupa por mí no revisa la mochila y nos deja irnos sin decir ninguna palabra. Masato lleva el cabello recogido y sus manos tienen algunos cortes.
Editado: 09.05.2024