La Leyenda del Elemental

El nuevo guerrero

No sé si pueda mirar a la cara a Kuki Kara, no después de ponerme emocional con él y estando tan vulnerable. En el desayuno a las 12, me desvelé por discutir todo con Lizzie, no quiero que los demás tengan que lidiar con sus problemas, ellos ya tienen los suyos y Lizzie nunca dirá que no por más que ya no me soporte. Él sabe que no estoy bien y prefiere no intervenir por ahora, por el momento lo que más necesito es paz, solo eso, no más noticias tristes, advertencias de muerte, mensajes de deshonra o que me hagan sentir que me preocupo de manera excesiva por todo, cae la posibilidad de que lo último sea cierto, pero no me siento listo todavía. El día de hoy estoy más alerta que de costumbre, hasta cuando Kuki Kara deja sus palillos personalizados en su tazón me alarmo demasiado, todo me afecta más de lo normal. Aprieto por accidente una pequeña bolsa de semillas y si no salen disparadas por doquier se transforman en plantas enormes. Kuki Kara ni se inmuta, sigue allí tranquilo sin asombrarse del enorme desastre que he hecho.

— Debes de buscar ayuda, es lo mejor por ahora.

— Pero no tenemos tiempo, la guerra contra MizuNo…

— Jayden, toda esta semana no hemos hecho nada, no ha habido amenaza, no hace falta entrenar porque ya tienes dominados tus poderes y el combate, no tienes ningún trabajo o pendientes escolares. Estás aplazando lo que más necesitas.

— Cierto, los demás ya habrían ido al psicólogo como cualquier persona cuerda.

— “No intentes copiar al que trabaja con otro material”, eso me decía tu predecesor cuando estaba en tu lugar, trabajé duró para que me tomaran en serio, para ser quien era en realidad y no ser relegado a una simple concubina de un kami, de mi propia sangre, era el elemental del aire y nadie podía decir que no, yo sabía quién era y lo que quería, no ellos. Tienes tu propia historia y tus propias cualidades que nadie tiene o tendrá, será duro, pero tienes que encontrar tu fuerza y encontrarte a ti mismo, compararte con otros o dejar que ellos te digan quien debes ser sólo te romperá cada vez más.

— Creo que ya estaba roto, tal vez no lo sentí por reprimir todo lo que pensaba que era malo.

— Oh, Jayden —Kuki Kara se acerca con su misma gracia y expresión de sabiduría y entendimiento—. Nunca es tarde para sanar las heridas.


 

Para romper la presión, decidimos que quedarnos en el palacio hasta que MizuNo haga su aparición no ayudará a absolutamente nadie, este lugar es un poco deprimente y solitario, es una joya de la arquitectura, pero con tan pocas personas en este lugar no tiene vida.

Todavía tengo permitido entrar al parque Yoyogi, pues no causé la pelea y a largo plazo he ayudado al parque, el césped es más verde y las plantas en general de ven tan radiantes, no espero que pongan una estatua de mí en el parque, pero Masato dijo que deberían, tardé quince minutos en explicarle que solo me pagarían por ser un buen jardinero y no paso de ser un idol, no un héroe nacional.

Nos mantenemos mirando el estanque de las aves para no alejarnos tanto del palacio, Kuki Kara quiere analizar que tanto domino el japonés y no duramos cinco minutos sin hacer nada, saca una libreta y un pincel de quién sabe dónde, pero no es cualquier pincel que puedes comprar en cualquier país del mundo, es un fude, es un pincel de bambú para la escritura japonesa. Dibujo enseguida los elementos naturales a la perfección, esto lo aprendí por mi cuenta y no por mis padres, ellos no me inculcaron casi nada la cultura japonesa, ni siquiera la religión, solo algunas costumbres que se veían mal en occidente, como sorber la sopa si está buena, aspirar a ser perfecto o ser callado por naturaleza.

Al dibujar los kanjis viene a mi mente la imagen de los kanjis que tenía que relacionar en ese espeluznante laboratorio en lugar de un recuerdo de la infancia. No culpo a mis padres por apartarme de una cultura que es mía, querían iniciar desde 0 y como cualquier lugar en la tierra, Japón tiene sus ventajas y desventajas, en ese incómodo picnic donde me ofrecían a sus hijas menores de edad como esposas; pero ahora veo que me ha jugado más en contra que ha favor.

Del fondo del estanque empiezan a salir varias burbujas, lo que me hace pensar que algo se está descomponiendo en el fondo o es una reacción química por un tipo de algas o por el clima, no soy un experto en biología. Sigo dibujando kanjis moviendo el fude de manera delicada y precisa, tengo que rellenar toda la libreta de 50 hojas, lo bueno es que solo puedo usar la hoja de un solo lado y sería una real tortura tener que usar ambos lados. Las burbujas siguen apareciendo y todas las aves salen espantadas a otros lugares, en primera instancia volteo a mi alrededor pensando que en mi inmersa concentración hice crecer una planta o Masato provocó un incendio por querer demostrar sus poderes, pero no, ninguno de los dos hicimos nada. Al ver a Kuki Kara sé qué algo anda mal, si naturalmente es muy pálido, su piel se ha vuelto casi transparente. Está asustado, aterrado, está hecho piedra sin poder moverse del temor que corre por sus venas y lo paralizan.

— Takeru... —seguimos estando al exterior y con Kuki Kara transformado otra vez en un chico normal tenemos que seguir fingiendo que es Takeru Tokimura, aunque estamos solos y los demás están en el trabajo o escuela y los turistas de interesan únicamente en los castillos y árboles de cerezo, o si no el palacio ya sería una atracción.

— No...

— ¿MizuNo da señales de vida? —Masato pregunta alarmado, no podría decirse lo mismo de mí—. ¿Y por qué tú estás tan tranquilo?



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En el texto hay: descubrimiento, dioses, héroe

Editado: 09.05.2024

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