La Leyenda del Elemental

El cuartel

Nos levantamos como otra mañana y los tres tenemos distintas dietas, yo me voy por huevos revueltos con jugo de naranja, Kuki Kara jamás se olvida de su cuenco de arroz y un vaso leche (le di a probar y le encantó) y Zyo devora cinco pescados crudos con su dentadura conformada únicamente por colmillos filosos y toma un vaso de agua para reemplazar la falta de ésta en su cuerpo, necesita hidratarse más que nosotros, bueno, Kuki Kara come más para no estar apartado que por necesitarlo fisiológicamente; yo ya me acostumbré a ver a gente comer con las manos y gruñendo, Racyn City y Los Ángeles tiene varios tipos de personas, Kuki Kara es quien mira incómodo con ganas de vomitar.

— ¿Podrías…? —Kuki Kara interrumpe a Zyo en su cuarto pescado, con las manos manchadas de sangre—. Ya sabes, es un momento de tranquilidad, verdad ¿Jayden?

— Prefiero no intervenir.

— Pero, Jayden…

— Soy un nikkeijin, si actuara como si estuviera en Estados Unidos te volverías loco, allá soy un chico callado mientras que aquí ruegan a que me calle.

— Izanami, ayúdame a sobrevivir.

El desayuno sigue con Kuki Kara intentando no enojarse, Zyo devorando el resto de pescados y yo lavando por inercia los demás platos, por si Kuki Kara también se pelea con Zyo es mejor estar lejos de ellos.


 

No solo comparto mi ropa y habitación, mi enorme baño es también propiedad de Zyo; el baño consta en un retrete con bidet, el hermoso lavamanos de jade y cuarzo (curiosa combinación), un pequeño rociador con un banquito que uso para bañarme realmente y no ensuciar la joya de la corona, una alberca del tamaño de una habitación, cuando entro empiezan a formarse olas y tiene un recubrimiento de lapislázuli y oro que si me baño por las noches se iluminan de distintos colores, no como un antro, son colores suaves y relajantes.

Al meterme a bañar como es debido, encuentro a Zyo nadando libremente en mi propia alberca, esta vez no con forma humana o mitad pez, es un tritón con una cola de mi tamaño que es de colores similares a las escamas del torso, es tan rápido nadando que es casi imposible verlo a detalle. Esta vez tengo otro shock cultural que por más informado que estaba me incomoda en gran medida.

— Puedes asearte aquí, no hay problema —aunque compartir duchas con un montón de chicos era algo normal en preparatoria y universidad, cuando es con una sola persona es muy incómodo al tener la obligación de romper el hielo para no hacer más incómoda la situación.

— Yo… —no quiero ser grosero, al Kuki Kara ser el que tarda un tiempo en acostumbrarse a gente nueva, por obligación soy quien debe mostrarse amable y afectivo—. Mantendré mis boxers en su lugar.

Me baño intentando no mirar a Zyo e imaginando con todas mis fuerzas una cortina de baño alrededor del rociador y el banquito, cuando llego a lo que me incomoda le pido que se volteé y al terminar de bañarme me pongo un traje de baño que jamás pensé que usaría dada la situación. Al tocar mi pie el agua, las olas comienzan a surgir y el calor sube para relajarme, me ayuda demasiado cuando llego muy estresado o algunas veces cuando todo logra nublar mi juicio, relaja los músculos y me pongo a pensar en cosas que no me dañan, soy como un niño inventando historias falsas en las que soy feliz y mis más profundos sueños se hacen realidad. Me imagino cantando Somewhere Over the Rainbow, una canción que adoro como nunca después de escucharla en el museo del cine de Los Ángeles, esta vez estoy solo avanzando por un extenso parque con árboles de cerezo y nevando, una vista tan hermosa. No ser un contingente en ese sueño es la menor de mis preocupaciones, al llegar a un lugar diferente termino de hacer un androide de color azul menta y muy parecido a mí, con mi cabello oscuro muy ordenado y sin mi marca de hoja, o de elemental, quisiera considerarlo un hermano, también soy hijo único, Japón no se destaca por su tasa de natalidad, todos deben de tener un hijo si no quieren sufrir multas, hace más de 50 años la población sufrió una epidemia que casi los acaba al ser en su mayoría adultos y crearon una ley para que el imperio no desapareciera, hasta la fecha siguen siendo el último imperio que jamás ha sido interrumpido.

— ¿Estás ahí?

— ¿Eh? —Zyo me saca de mi mundo de fantasía.

— No has dicho nada en media hora y me asusté pensado que te había pasado algo malo.

— No, solo estaba… perdido en mi mente.

— Oh, lo siento, yo no pretendía interrumpirte.

— No hay problema, a veces me quedo sumergido en mi mundo de fantasía y más cuando hay demasiados pensamientos a mi alrededor, mis amigos solían tocarme el hombro y decir mi nombre para despertarme, por así decirlo.

— ¿Te refieres al del kimono y el de rojo?

— Ellos son más bien como hermanos o compañeros, mis amigos viven en Estados Unidos, solo que soy un nikkeijin, mis padres, ambos japoneses, decidieron mudarse a Los Ángeles para iniciar desde 0, me confesaron a los 14, poco antes de mudarme a Racyn City, que lo que los motivó fue el suicidio de mi tío materno por la presión que ejerce la sociedad japonesa, mi madre que ya se había casado con papá no querían lo mismo para mí.

— ¿A esa edad deben abandonar su hogar?

— Claro que no, o al menos no que yo sepa, algunos países te dicen que eres un adulto a los 18, otros a los 21 y hay personas que viven con sus padres teniendo casi 40, ya sea por problemas económicos o una terrible dependencia. Me mudé para ir a un internado para contingentes, soy un telépata… o lo era inicialmente, terminé desarrollando telequinesia y mis poderes de elemental. Contingente es alguien con habilidades especiales, soy de ese extenso grupo.



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En el texto hay: descubrimiento, dioses, héroe

Editado: 09.05.2024

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