La Leyenda del Elemental

Huida de Yamatai

Sigo paralizado sin poder parar, mis poderes me han sobrepasado y los tres me tienen que jalar de mi lugar para sacarme de esa especie de trance, los cuatro sentimos una extraña vibración al instante, como una sobrecarga de poder. Al fin me libero y caigo al suelo del cansancio, y con ello el centro ceremonial desciende a altas velocidades. Kuki Kara nos salva de terminar igual que Himiko haciendo aparecer una nube, estoy tan débil para moverme. Al llegar al nivel del suelo logro ver la cáscara de porcelana que queda de Himiko, en vez de haber carne y huesos solo hay polvo. Muchos están atónitos sin saber qué hacer, los pocos que reaccionan rápido nos apuntan con sus armas y no nos queda de otra más que salir de ahí. Estoy tan débil que entre Zyo y Masato me cargan corriendo, evitando los miles de flechas que se dirigen a nosotros, los pocos habitantes que tienen la valentía de no irse corriendo a sus casas nos juzgan con la mirada y otros nos celebran y felicitan que ahora Himiko ya no existe. Kuki Kara les dice algo que del cansancio no puedo escuchar y junto a nosotros un grupo de sobrevivientes, que jalan a un Flinn desubicado. Los demás se suben a sus barcos y aviones, mientras que nosotros saltamos, claro que me ayudan a saltar, y nos vamos a toda velocidad en una nube

El resto del trayecto es digno de una película de acción, una persecución que pasa de ser de los soldados de Himiko a los soldados de MizuNo, aunque en su mayoría estoy agotado sin siquiera poder levantar la cabeza.

— ¿Qué le sucede a Jayden? No se ve que mejore —Zyo se preocupa por mí, los otros están defendiendo la nube.

—Liberó su potencial, pero es demasiado para él, para cualquier mortal. Tiene suerte de sobrevivir.

Zyo me jala el cuello del traje y queda horrorizado de inmediato.

— Deben ver esto.

Al mover la manga de mi traje veo que mi piel se ha vuelto violeta y rosa, como si todo mi cuerpo estuviera lleno de moretones. Kuki Kara se mantiene concentrado en lo suyo, Masato es quien se preocupa y voltea, viendo que estoy muy mal.

— ¿Qué tan lejos estamos de Honshu? Necesitamos llevarlo a un hospital de inmediato, puede morir.

— La medicina tradicional no podrá hacer nada, solo queda esperar a que Izanami haga un milagro.

— ¿No lo has visto? ¡Tiene hemorragias internas y moretones por doquier, debemos hacer algo!

— Dije.... vamos al palacio y veremos que hace Izanami, ella lo sabe todo.

Me han instalado en mi cama a duras penas, quitarme el traje fue una tortura inhumana, no me quise ver para no hacerme falsas ideas, solo sé que estoy grave y no tengo fuerzas para nada. Solo veo mis brazos en un tono morado cada vez más oscuro. Zyo es quién más ayuda al hacer que el agua caliente de la tina fluya todo mi cuerpo haciéndome sentir mejor, Masato vuelve en una hora si es que el comprador de su última pintura no regatea y Kuki Kara se ha encerrado en su torre. Todo es un desastre y la llamada de mis amigos disminuye la prisión, les cuento todo a detalle y quisiera decirles que voy a mejorar, pero después de dos días sufriendo más no lo creo. Flinn ya llegó a Racyn City y está internado en el hospital, quedará sordo para siempre, eso ya es oficial, pero están tratando la infección. Todo ha salido bien para los demás, algunos han vuelto a sus casas y la mayoría ha intentado hacer su propio gobierno sin monarquía, tal vez hagan su propio país independiente de Japón, es toda una mezcla de culturas e idiomas.

Al quinto día decido que no estoy mejorando, al contrario, cada vez estoy peor y mi piel está totalmente morada por debajo del cuello. Sé qué estoy a pasos de la muerte y hago todo lo posible para traer a Sena al palacio, si me voy a despedir antes de morir si Izanami no intercede a tiempo lo mejor será iniciar por la única persona en este país que ha mostrado interés directo en la guerra y en mí, estará preparada para cuando llegue la hora y tenga que consolar a mi familia. Es natural que se asuste y tenga mucho que decir y pensar, son Masato y Zyo quienes se muestran y son amables con ella, intentando explicarles todo lo sucedido, tardan media hora en hablar con ellas antes de que pueda hablar con ella a solas.

— No quiero que tu cuento llegue a su fin —es muy evidente su gusto por la fantasía, no por nada estudia escritura creativa a pesar de no dar vistazos de ninguno de sus proyectos.

— Yo tampoco, estamos esperando un milagro, pero eso no sucede quiero dejar todo en claro.

— Si no te rindes podrás vivir, lo sé.

— Eso tengo en mi mente todo el tiempo, solo hago esto por miedo a no poder decirlo y partir de aquí sabiendo que guardé cosas que debí liberar.

— Primo, ya dijiste todo lo que tenías que decir, eres un héroe y un prodigio en lo que haces.

— Sí, lo soy, pero soy mucho más que eso. Nadie habla nunca de lo mal que me siento, como me esfuerzo más de lo que puedo al sentirme inferior a los demás, hay situaciones en las que todo el mundo solo quiere que sea perfecto y no una persona normal que siente y se equivoca. No soy perfecto y ya no quiero serlo, romper el statu quo me ha sentado muy bien, me siento libre y real cuando dejo de buscar la aprobación.

— ¿Sabes algo? Eres mi primo favorito por una razón.

— Soy tú único primo, o al menos por parte de tu padre.

— Lo sé, pero podrías caerme mal y no lo haces. Eres tan impredecible, todo un estuche de monerías, no encajas con todo lo que mis profesores dicen y aun así sigues siendo tú, como cuando no sabías cruzar la calle o fuiste a enfrentarte a esos sujetos en el parque Yoyogi. No eres ni de aquí ni de allá.



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En el texto hay: descubrimiento, dioses, héroe

Editado: 09.05.2024

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