La Leyenda del Elemental

La reunión

Después de no despedirme, llego a la costa donde los tres ya me están esperando molestos por mi tardanza, toda el agua se ha ido y ahora esperamos lo mejor. Claramente lucen irritados y Kuki Kara no tarda mucho en destacar mi tardanza.

— ¿Por qué tardaste demasiado? MizuNo saldrá pronto y si estás por ahí no tendremos ni la más mínima esperanza de ganar.

— Fui a visitar a mi familia, tenía que arreglar unos asuntos antes de aventarme a una batalla mortal.

— Eso lo pudiste hacer mucho antes, estamos en una batalla, espero que no hayas hecho lo mismo en tu otra guerra.

— Viajero me llevó con ellos, después de luchar con los soldados en un maldito rascacielos lo llamé para ir con ustedes y me llevó a rescatar a Tío Shingo.

— ¿Arreglaste las cosas con él? —Masato se gana una mirada de desaprobación por parte de Kuki Kara—. Oye, solo quería saber sobre cómo terminó su pelea con su tío.

— Terminamos bien, mi familia ya sabe todo y están orgullosos de mí.

— ¿Y qué planeas hacer con ellos cuando termine la batalla? Podríamos conocerlos, no seríamos una amenaza —Zyo se emociona con la idea de conocer a mi familia.

— No sé, después de convertirme en un dios solo quiero ir a la llanura celestial a pedir una buena explicación de por qué me hicieron esto.

— La Alta Planicie Celestial, no es tan fácil ir ahí, y para alguien de origen humano es cuestión de que un dios te invite. Para eso…

El suelo tiembla y me quedo sin saber cómo conseguir una invitación a la Alta Planicie Celestial, todo el alboroto se debe a la aparición de la persona que hemos mencionado sin parar y hasta este exacto momento hace su gran aparición. Con olas que chocan contra la orilla con mucha fuerza y el sol detrás de él, MizuNo sale del mar en forma humana y con un traje de batalla listo para cobrar su venganza, su maya azul marino queda al fondo de lo que le queda de un kimono suelto y translúcido con placas de metal cubiertas de óxido azul que le sirven como armadura, sus botas llevan picos en la punta y sus muñequeras han sido invadidas por pequeños moluscos que combinan a la perfección. su piel es del mismo color que la piel de Zyo y aparte de llevar su cabello corto lleva una barba bien cuidada. Su sonrisa es lo que me altera, sus ojos negros delatan su maldad y lo retorcido que es, sé que lo hace conscientemente y no es producto de locura producida por el encierro, planeó esto desde hace miles de años; un remanente de la batalla que Kuki Kara siempre menciona y jamás nos cuenta del todo es una cicatriz que va del puente de su nariz a su mejilla izquierda, lo debieron herir a tal grado de no poder recuperarse de tal daño. Saca al instante un tridente de hierro con las puntas de los extremos inclinadas hacia el centro, es la punta del extremo contrario la que me preocupa, se ha oscurecido a un nivel que no es natural, puedo ver una gota negra saliendo de este y al caer al mar sale un pez muerto y envenenado.

— Has tenido tanto tiempo para preparar mi muerte y traes a tres mocosos, la inteligencia jamás ha sido tu fuerte —su voz me espanta, es tan grave y cargada de rabia—. Hermanito, tenemos cuentas pendientes.

Miro a Kuki Kara, está igual de enrabiado.

— No permitiremos que lo hagas —me doy cuenta que esas palabras salieron de mi boca—. La tierra será protegida por nosotros, no por alguien tan corrupto como tú.

Los tres están confundidos al verme enfrentar al mismísimo MizuNo, él no parece ni inmutarse, continúa mirándome y buscando algo que le sea útil.

— Nunca falta, Chikyu queriendo hacerse el héroe.

— Soy Jayden y claro que soy un héroe, he defendido varias vidas humanas.

No sé cómo lo hace, pero me encierra en lo que parece ser una enorme jaula de agua, no puedo ver al exterior y solo estamos él y yo. Él me saluda personalmente con un fuerte puñetazo en el estómago y agarrándome del cuello.

— ¡Tú conspiraste contra mí, se supone que éramos hermanos! —lo pateo lo más fuerte posible en la entrepierna y me suelta, no porque el golpe le haya afectado, es voluntariamente.

— ¡Ya te dije que no soy Chikyu!

— Es lo que tendría bien merecido

Me manda de un golpe al otro extremo de la jaula, chocando con uno de los muros

— Es tan cobarde que no viene aquí y lo arregla personalmente —intenta venir por mí, pero lo evito y salgo corriendo al otro lado—. Para ser su reemplazo eres un vil fracaso, te di una oportunidad que Chikyu aceptaría.

— No traiciono a las personas, es una de las tantas cosas que nos diferencia.

— Eso jamás servirá en una guerra, niño tonto —no escapo de él y me golpea con más fuerza que nunca, me asusta saber que al ser dioses me golpeará hasta que se aburra y sabemos que no pasará pronto—. Debieron pensarlo antes de ponerme en su contra.

No sé cómo, pero me lanza a grandes velocidades y salgo de la jaula para chocar contra un árbol. No estoy al borde de la muerte, pero puedo sentir el dolor y es indescriptible. Un enorme brazo de agua sale y atrapa a Masato, no creo que salga bien, son opuestos y no son como Chikyu y Kuki que se llevaban bien y solo fingían cierta enemistad, ellos no se soportan ni antes ni ahora. Al procesar lo que está sucediendo en frente de mí, veo que MizuNo no nos iba a dejar solos y se llevó a sus más grandes generales que le están poniendo una potente golpiza a Zyo y Kuki, quienes apenas pueden con ellos y con la mirada me suplican que les ayude. No me opongo y me voy por los generales más cerca con golpes cada vez más brutales; sé que soy muy fuerte, pero me sorprende la potencia de los golpes, con los soldados no fui tan brusco.



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En el texto hay: descubrimiento, dioses, héroe

Editado: 09.05.2024

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