Capitulo 20: Los recuerdos y la venda ya caída

Siento como el cuerpo me pesa. Intento abrir los ojos pero no puedo. Esscucho risas, unas risas muy familiares. Puedo ver, aunque parece ser un recuerdo.

Me veo a mi corriendo por el bosque cuando era pequeña, mis hermanas corren conmigo. A mama nunca le gustaba que fueramos al bosque ya que creia que algo malo nos acabaria pasando. Ella nos contaba que en bosque se encontaban los demonios mas temibles, ya que ni siquiera en el Infierno los querian. Nosotras creiamos que mama se quibocaba, ya que nunca vimos nada. Con el tiempo descubririamos que eso era cierto, ya que nos encontrariamos con el peor de los demonio y nos llebaria a su Infierno, nosotras no seriamos demonios como pensabamos en aquel entonces. Seriamos las victimas de ese temible monstruo.

En aquellos tiempos, ibamos con vestidos marrones que nos llegaba hasta el suelo. Corriamos y corriamos para sentirnos libres. Soliamos ir de dia ya que asi mama no se enteraba de que salimos al bosque, porque ella trabajaba y se pasaba el dia en la calle vendindo los vestidos que hacia. Siempre ibamos a un claro del bosque a contar lo que queriamos ser de mayores. La única que deseaba algo diferente era Elisabeth ya que ella deseba ser poderosa sin necesidad de estar con nadie. Ella y Veronica eran hermosas dos niñas que lograban hacerte girar y cuando pasaban por tu lado. Eran tan parecidas pero al mismo tiempo tan diferentes.

• Corre Cris, que si no nuestros hermanos se enfadaran. – Elisabeth me grita, ya que habiamos escuchado las voces de nuestros 3 hermanos mayores pidiondonos que volvamos.

Al llegar a los últimos arboles del bosque para asi poder entrar al pueblo, vimos a muestros hermanos. Tres hombres mayores que nosotras musculosos, gracias a su trabajo.

• Que haciais en el bosque? Sabeis que es muy peligroso para 12 niñas tan hermosas como bosotras. – somos 12 mujeres en casa junto a nustra madre. Ellos nos adoran, aunque si que tienen a sus niñas prefridas.
• Pedro. Estamos bien, solo queriamos jugar. – Pedro extiende los barzos para coger a Elisabeth, ella es su pequeña consentida. Nos ama mucho a todas. Pero ella es su pequeño sol en los dias nublados o asi es como el la describe.
• Pequeño Sol, saben que deben ir al bosque. – Le da un beso en la frente y comienza a caminar con ella. – Y si un dia un demonio quiere llevaros con el? –
• Pues le pegare para que sepa que conmigo no se puede. – Todos reimos aunque conociendo a Elisabeth sabemos que ella es muy capaz de hacer algo asi.
• Asi se habla pequeño diablillo. – El es Bartolomé, la niña de sus ojos es la hermana gemela de Elisabeth. La pequeña Veronica. Ellas son muy parecidas en muchas cosas, pero tambien totalmente opuestas, ella no tiene un carácter tan fuerte como el de Elisabeth pero tiene carácter.
• No la llames asi. Es un pequeño monstruo solamente. – Nos hechamos todos a reir y Elisabeth le tira una piedra. Ellos dos digamos que se llevan un poco a patada, ya que Resto es alguien con un carácter fuerte. El piensa que Elsabeth deberia aceptar que tarde o temprano debera casarse con un hombre y formar una familia.
• Hay ya callate Resto. – Para resto yo soy su niñia ya que tenemos ideas muy parecidas, yo tambien creo que por mucho que queramos otras cosas debemos aceptar nuestro destino.
• Hola Resto. – El me sonrie y me carga en brazos.
• Tu no sigas a esta loca e. –
• Loco tu imbecil. –
• Elisabeth. – Gritamos todos al unisono ya que esa niña nunca a podido tener un filto. El único que se rie es Pedro.
• Hay bueno ya dejadla en paz, no veis que estais logrando que se enfade y eso no es bueno. – Pedro siempre pero que siempre la defiende.
• Pero como hermnao mayor quiero cuidarla Pedro. –
• Ni siquiera eres mi hermano de verdad. – Grita Elisabeth. – A y la proxima piedra seria mas grande y te la tirare a la cabeza. – Se abraza mas fuerte a pedro y esconde la cara.

Ninguno de ellos tres son nuestros verdaderos hermanos, son hijos de una vecina que fallecio ya hace tiempo. Ellos se quedaron solos ya que el padre se marcho a otro pueblo y nunca mas volvio. Desde entonces mi mama los estubo ayudando mucho y ellos nos quieren como sus hermanas pequeñas. Con Elisabeth y Victoria son con las que mas edad nos llevamos, entre las demas nos llevamos 1 o 2 años de diferencia. No somos todas hermanas de sangre, pero nos amamos como tal.

• Volvamos a casa antes de que su mama vuelva. – Todas asentimos y empezamos el camino con ellos.

Ahora estoy en otro sitio. Me veo mayor y ya no estoy en el pueblo, sino en una casa con mucho estatus. Mama se volvio a casar cuando nosotras fuimos un poco mas grandes, el era un conde el cual enviudo hacia poco tiempo. Me levanto rapido para vajar a desaynar con todos.

• Buenos dias. –
• Buenos dias Hija, que tal dormiste? – Mama esta reluciente como simpre.
• Bien gracias mama. –

Me siento a un lado de la mesa y comienzo a tomarme el tee que me dejan en frente. Por alguna razon no tenia mucha hambre aquel dia.

En ese momento se escucha como llaman a la puerta y un minero amigo de nuestros hermanos entra.

• Que pasa? – Mama se levanta de la silla rapidamente y nosotras hacemos exactaemente lo mismo.
• A habido un problema en la mina, se  derrumbado. Y ellos estaban dentro. – Todas nos quedamos estupefactas y la primera en correr es Elisabeth.

Corremos hasta llegar al luegar, la estrada esta toda llena de rocaas y Elisabeth esta en frente intentando mober las piedra, pero dos hombres la sujetan ya que podria haber otro derrumbe.

• NO. SOLTADME. – Ella no para de gritar y a mi me lloran los ojos. Veronica esta a un lado abrazando a madre mientras ambas lloran. – PEDRO. SOLTADME. TENGO QUE SACARLO. – Esta destrozada. Corro hacia ella y la abrazo. Ambas lloramos en el suelo, con un dolor en el alma por haber perdido a nuestros hermanos. Los tres, Pedro, Bartolomé y mi querido Resto estaban alli a dentro. No sabiamos si muertos o vivios.