La última defensa de la creación: Vol. 1

27 Pelea por el territorio II

Volviendo un poco hacia atrás, en la muerte de Ryan a manos de Silvia, una nueva lucha se forjó, distinta a la de Caesar y Emma: Gunnar y Jayden.

El líder canadiense no pudo evitar presenciar el fatídico momento en el que su compañero cayó, solo que a diferencia de la mujer , él no permitió que las emociones lo dominaran. Mantuvo su guardia en alto y su mente enfocada en la tarea que tenía por delante.

—¡¡No!! ¡¡¿Qué has hecho, perra?!! —Ambos escucharon la desesperación de Emma.

—Uno menos —dijo Gunnar, que permanecía de espaldas, sin necesidad de ver la escena para entender lo que había sucedido—. Permíteme adivinar, le clavó la catana en el ojo.

La última frase provocó una reacción de leve sorpresa en Jayden. Era la primera vez que una adivinanza lo desconcertaba tanto. Las palabras tenían varias connotaciones y una de ellas trataba de la confianza hacia los miembros de su grupo.

—No puedo creer que Ryan haya muerto de esta manera. Debo vengarlo, y asegurarme de que esto no vuelva a suceder —afirmó Jayden con determinación. Por cosas del destino, también era un luchador experto en el manejo de dos espadas, al igual que Gunnar—. Ya lo verás. 

Con la maestría de un espadachín experimentado, él desenvainó dos espadas de su cintura y se aprestó para el inminente enfrentamiento. Era consciente de que el tiempo apremiaba y que se encontraban en una clara desventaja numérica, sin embargo su confianza y valentía no flaqueaban.

"Debo terminar lo antes posible", pensó con urgencia, evaluando rápidamente sus opciones. "La situación ha empeorado sustancialmente. 

Entretanto, su compañero de armas, Gunnar, observaba con ojos expertos la postura de su aliado. Mantenía las espadas en sus manos, listo para actuar en cualquier momento, pero sin realizar ningún movimiento todavía. 

La tensión en el ambiente era palpable y ambos sabían que no había lugar para el error. Su destino estaba en juego y no podían permitirse ninguna equivocación. 

Jayden, con la mirada fija en el objetivo que tenían por delante, se preparó para el desafío que le aguardaba. “¡Aquí voy!”.

Movió las espadas con maestría, como un artista en plena inspiración. Era evidente que dedicó muchos años a perfeccionar su técnica, y su habilidad era impresionante.

Una avalancha de cortantes embestidas cayó sobre Gunnar y este las enfrentó directamente. Las armas chocaron con fuerza y soltaron una serie de chispas en cada encuentro que generó una sinfonía metálica que resonaba en el aire. Eran tan rápidos ambos espadachines que sus manos se veían borrosas, creando una vista deslumbrante.

A la distancia, Silvia, que se hallaba sentada junto al cadáver de su enemigo, interrumpió su tarea de robar el Origen cuantificado para presenciar el maravilloso espectáculo de los dos guerreros. No pudo evitar sentirse asombrada por la destreza y la velocidad de los combatientes.

El canadiense y su compañero de armas continuaron su lucha sin ceder terreno, cada uno intentando ganar una ventaja sobre el otro, mas ninguno daba señales de ceder.

—Oh… Ese tipo es bueno —admitió ella. Fue inesperado saber que alguien podía igualar a Gunnar, sin embargo, negó con la cabeza y sonrió—. Qué desafortunado.

Ese último comentario no mentía. En medio de una pelea tensa y apasionada, finalmente se produjo el primer golpe directo. Gunnar, ágil y astuto, lanzó un golpe contundente al pecho del rival desde el costado de la empuñadura, dejando al contrincante aturdido y desorientado.

El impacto fue tan fuerte que Jayden vomitó un chorro de sangre y perdió el ritmo de la pelea, incapaz de resistir a plenitud. Pero, para sorpresa de Silvia, Gunnar no aprovechó la oportunidad para rematar a su rival, sino que le permitió recuperarse y alejarse.

El hombre de mediana edad continuó expulsando sangre, su rostro pálido y desencajado por el dolor.

—Sabes, tengo una buena oferta para ti —El dueño de las Gemelas propuso.

El agente, tratando de recuperarse, se esforzaba por aguantar el dolor. "Es increíble. Soy el más fuerte de mi equipo y aquí estoy, golpeado y vivo porque así lo quiso el chico frente a mí".

No obstante, logró enfocar su vista y prestó atención a lo que tenían por  decirle. 

—Te escucho.

—Puesto que eres el único que ha sobrevivido, necesito obtener cierta información de ti —dijo con tono amenazante—. Durante los últimos días, mi equipo y yo nos hemos dado cuenta de que nos faltan conocimientos importantes relacionados con todo esto. Si me proporcionas las respuestas que necesitamos, prometo que tu muerte será rápida y sin dolor.

—¿Único con vida?

Ese pequeño fragmento del discurso lo sacó de la concentración puesta en Gunnar. Había quitado cualquier distracción durante la pelea y se había perdido todas las noticias externas.

Sin dilación, amplió sus sentidos y lo que contempló fue la evidencia irrefutable que validaba la aseveración.

—No puedes estar pasando esto…

El simio albo sostenía por el cuello a una Emma sin vida. Los ojos de Jayden se agudizaron y una oleada de temor le inundó, provocándole un estado de ansiedad.




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