La última defensa de la creación: Vol. 1

36 Aviso

Cinco días transcurrieron bajo una estricta sesión de trabajo.

El grupo condujo al terreno enemigo con el fin de exterminar y absorber Origen cuantificado. Las horas eran las mismas: Daban inicio desde las 8:00 a.m. hasta las 3:00 p.m.

Las más poderosas Pesadillas expulsaban Origen con una cantidad de 500/600, que generalmente era de las nuevas especies. La buena noticia para el equipo fue que gracias a su ardua labor, cada día podían alcanzar nuevas marcas y elevar sus atributos. Sin embargo, durante ese tiempo, el caos en la zona habitada solo por Liberados se multiplicó. Las peleas se encontraban a la vuelta de la esquina, sin excepciones. Las personas que estaban reacias en luchar contra monstruos enfocaron su cacería hacia los de su misma especie. Además, la lluvia negra era un tormento para los más débiles, por lo que querían deshacerse del problema adquiriendo más Origen.

En un par de oportunidades, Gunnar halló diferentes individuos robando los alimentos. El resultado obviamente concluyó en una masacre. Los testigos difundieron la información de Liberados poderosos adueñados del supermercado y entonces evitaron pisar allí.

El equipo tampoco fue un idiota que prefería estar asesinando Pesadillas y huir de las estruendosas contiendas que se vivían entre la gente. Con la habilidad de Caesar, buscar escenas de conflictos en pleno apogeo fue juego de niños. Agregando al hecho que la habilidad sensorial se iba refinando mientras más Origen consumía.

Fue así como ellos recibieron un apodo sin saberlo. No había explicación de cómo podían estar en múltiples disputas nocturnas. Fueron como la policía, pero más eficaces y con métodos diferentes para solucionar problemas. Entre esos modos de obrar, la desaparición de cadáveres fue uno de los más característicos.

La cantidad de Origen recolectado por Gunnar se situó en 1.543.560. Una bestialidad absoluta. Por supuesto, las bonificaciones entregadas por el animal se incluían. Pese a ello, todavía fue difícil de digerir para cualquiera que lo supiera. Lo primero que hizo él fue estabilizar su inteligencia a 80 puntos. Gastó antes 100.000 para subirlo a 70. Después, como ya es costumbre, el Divino Espejo envió un mensaje modificando las condiciones.


«El atributo de Inteligencia llegó a los 70 puntos. Actualmente, son necesarios 50.000 de Origen cuantificado para continuar incrementando».

 

A Gunnar no le tembló el pulso para distribuir todo lo que tenía en sus estadísticas. Los mensajes entonces bombardearon su mente dando a conocer las nuevas condiciones y logros.


«El atributo de Inteligencia llegó a los 80 puntos. Actualmente, son necesarios 100.000 de Origen cuantificado para continuar incrementando».
«Los atributos de Fuerza, Agilidad, Constitución, Vitalidad y Sentidos llegaron a los 90. Actualmente, son necesarios 25.000 de Origen cuantificado para continuar incrementando».


«Existencia: Gunnar Coleman».
«Rango de Liberado: Insuficiente».
«Especie: Humano terrícola».
«Edad: 23 años». «Altura: 182 cm». «Peso: 95/130 kg».
«Nivel de supervivencia: 7,3».«Nivel de peligro: 7,8».
«Fuerza: 80>100». «Agilidad: 80>100». «Constitución: 80>100». «Vitalidad: 80>100». «Inteligencia: 60>88». «Sentidos: 80>100».
«Control de Origen: 10».
«Cuantificación de Origen: 560».
«Para Inteligencia: 100.000 y Control de Origen: 5000».

«Aviso: Para seguir incrementando los atributos por encima de los 100 puntos, se hace necesario hallar la Semilla Oculta, puesto que el Control de Origen es el siguiente método de mejora].

 

Cuando Gunnar experimentó los beneficios derivados de su inversión, sentía que era irreal. Ni en sus sueños más salvajes creyó que en algún momento de la vida, los humanos iban a desarrollar la capacidad de superar sus limitaciones físicas y cognitivas a ese grado.

Según la secuencia, 10 era el número estándar de cada persona, así que 100 multiplicaría el nivel por 10; no obstante, los cálculos de Gunnar evaluaron una elevación más drástica, no sabía cuánto, pero pasaba el triple de eso. Su ser rugió de poder, como si deseara desafiar los cielos. El cuerpo y su mente podían atravesar edificios y competir con las mejores máquinas inteligentes.

—No hay sentimiento que se compare con el de volverse más fuerte —dijo, mientras recordaba la sensación y agarraba un bate—. No veo la hora de ir por más.

—Bueno, para lograrlo hay que encontrar la dichosa Semilla Oculta —respondió Silvia—. ¡Ahí te va!

El cuarteto estaba en un área abierta cerca del edificio. Entrenaban el control de la fuerza, puesto que la incapacidad de dicho manejo los hacía destruir todo lo que tocaban, y les incomodaba.

La rubia bateó una pelota de béisbol para enviársela al hombre que estaba a 200 metros de distancia. La precisión fue perfecta y la fuerza también. Gunnar la recibió y la mandó a otra dirección.

—Lo sé, y no tengo ni idea de cómo hacerlo, sin embargo, es muy temprano para rendirse.

Donde viajaba el objeto, Sophia se encontraba posicionada. Lo vio venir y lo rechazó, mandándolo en línea recta. Una sonrisa floreció en la hermosa chica al ver el buen batazo. El receptor esta vez era el chimpancé, que ejecutó la jugada con exceso de potencia. La esférica voló alto y se perdió.

—¡Caesar, arruinaste el juego de nuevo! ¡Ya no hay más pelotas! —La adolescente lo regañó.

El particular entrenamiento fue una idea orquestada por Sophia con el rotundo apoyo de Caesar. Al volver de la lucha contra los monstruos, se toparon los equipos necesarios para jugarlo. Argumentaron que era excelente para adquirir dominio de la fuerza y Gunnar lo vio como una buena práctica, así que participó. La pandilla se abstuvo; no estaban en las mejores condiciones.

—Tendrás que ir y buscarlos. Ya sabes, tú bateaste la pelota y tienes que ir por ella.

La discusión entre la chica y el animal, donde el último se veía indispuesto a respetar las condiciones, se mantenía al fuego vivo. Silvia sonrió por el divertido momento y se acercó a Gunnar.

—¿Vas a invertir en Control de Origen? —preguntó ella.

—Sin duda, pero primero alcanzaré los 100 de Inteligencia.

—¿Por qué?

—Sus beneficios son increíbles e instantáneos. Cuando no tenga otra opción optaré entonces por ese.

—Entiendo —respondió—. Ya casi es hora de reunirnos con aquellas personas. Voy a bañarme.

—Nos vemos en 40 minutos para irnos.

El juego para Sophia y Caesar se acabó. Uno por uno entraron al edificio y se bañaron. El tiempo estimado sonó y después se agruparon en la entrada. La adolescente cuando vio a rubia le dijo un cumplido.

—Silvia, te ves muy sexy. ¡Me encanta!

—Gracias, hermosa —respondió posando para exhibir su atuendo—. No vi nada de mi agrado y me puse esto.

La rubia llevaba un conjunto deportivo de muy poca tela. Era un sujetador y un short de colores morados y blanco. Verla era una delicia para cualquiera. La silueta de su cuerpo mostraba orgullosa los perfectos dotes naturales.

Entonces, tras un breve intercambio de palabras entre ellos, la banda de delincuentes apareció.

James se veía con varios moretones y pequeñas raspaduras. En cambio, Mark, Jhon y Brad tenían peores aspectos. Aun así, podían seguir el ritmo.

Luego aceleraron el paso rumbo a la reunión. Caesar marchó en la delantera eliminando estorbos que obstaculizaban el camino. Su sola presencia era sinónimo de terror en los corazones de las personas. Nada lo detuvo.

—Oh, por fin vinieron los famosos “Cazadores Nocturnos” —Gabriel los saludó—. El nombre no pudo ser mejor. ¿Tú qué crees, Lina?

—Un grupo mediocre. El único digno es Gunnar… Bueno, y esa cosa blanca aterradora —contestó con desdén, pero sin cruzar la línea en contra del dúo.

—¡¿De qué hablas, perra?! ¡¿Quieres que te aplaste esa cucaracha asquerosa que tienes en el cuello?! —rugió Silvia al ser provocada—. Escucha esto y espero no se te olvide: seré la que te va a matar.

—¡Maldita puta! ¡Ya veremos quién mata a quién!

Gabriel se masajeó la sien. Este tipo de conversaciones eran el pan de cada día y a él le colmaban la paciencia. Conocía perfectamente a Lina y de lo que era capaz. Su incompatibilidad con la rubia era un asunto el cual se estaba volviendo algo más serio, aunque en la superficie nada más reflejara una riña sin importancia.

—De verdad que estoy harto de ustedes dos. No me obliguen a tomar medidas severas —amenazó el arquero encapuchado, con claro tono de amargura.

—El problema es de ellas dos, tú no tienes por qué involucrarte. Es la última vez que escucho una amenaza así. La próxima solo voy a hacer volar cabezas —respondió Gunnar directo en la cara del tipo.

Desde que el musculoso Gregor discutió con él, los roces habían cesado cuando la advertencia de Gabriel tomó vida, entonces la defensa por su compañera fue lo que calentó el aire nuevamente.

El comportamiento desafiante de Gunnar estaba a punto de ser inaguantable para el hombre. Ni el aumento de miembros en su grupo parecía hacerlo entrar en razón y respetarlo.

En esta situación delicada, Gabriel representó al pacificador. Había mantenido la fe en que las relaciones mejorarían, pues las conversaciones corrían fluidamente. Ahora entendía que la tercera provocación hacia el interesante joven, acabaría con varios muertos.

“Ese tipo sí que tiene agallas”, pensó la chica que llevaba cubrebocas y que respondía al nombre de Rosalía. No cualquiera desafiaría sin miedo al miembro de un grupo con 50 personas y mucho menos al que se hallaba en el top 5 de poder. “Lo hizo antes con 30 y ahora con esta cantidad... Mis respetos”.

—Si queremos seguir cooperando, es mejor evitar discusiones causantes de tensión… Sin más, demos a conocer los reportes de hoy —Grabiel cambió el tema al principal para apaciguar las cosas.

—Un nuevo día, es un nuevo monstruo peligroso. La mayoría aquí ha evitado abandonar esta zona libre por ese motivo. Les recomiendo hacer lo mismo —habló Rosalía al equipo de Gunnar—. Los muertos ya son 8.

Gunnar, miró a Sophia y esta se sorprendió un poco, pero asintió y aceptó ser la voz del grupo. No entendió la razón, sin embargo, se sintió bien por dentro, como si le dieran importancia.

—Hemos estado limpiando varios lugares y comprendemos las palabras, no obstante, Gunnar insiste en continuar con el trabajo. Piensa que nuestra función aquí es exterminar el mayor número de Pesadillas más que matarnos entre todos. Esto es respecto a los logros mencionados por el Divino Espejo al terminar la Prueba de los Dignos.

—Muy bien, supongo que entiendo. ¿Qué hay con una anomalía en este terreno? —Gabriel preguntó.

—Ninguna.

—Maldición, es desesperante. Hay que…

En medio de la oración, se escuchó un ensordecedor “¡Boom!”, atascado las palabras de Lina. Una explosión no muy lejos sacudió los alrededores.

Inmediatamente todos activaron la guardia y sujetaron sus armas. Los sonidos se siguieron oyendo y cada vez más cerca. Gunnar quiso girar y pedir orientación a Caesar, pero no hubo necesidad. Varios individuos aterrizaron en medio de todos antes de hacerlo.

—¿Alguien ha visto a un joven de unos 18 años pasar por aquí? Espero no notar una mentira o haré explotar su cabeza con un simple golpe —amenazó el capitán Malcom que quería estallar en furia.

 




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