La ultima vez que lloré.

Prólogo

Todo comenzó una tarde a finales de otoño, gris y algo pálida, que parecía morirse en el tiempo.  

Serenity se había mudado recientemente al vecindario con su madre, tenía que cuidarla. Todo el vecindario parecía de lo más común, en comparación con el barrio, aquel lugar parecía un cementerio, cada quien encerrado en su mundo exceptuando a una vecina que solía hablar con ella y su madre. No le era nada interesante, pero su madre necesitaba la paz de aquel lugar.  

 A Serenity le era difícil quedarse en casa viendo televisión, salió a caminar. Solía pasar a veces frente una gran casa que quedaba en la calle del parque tal vez la más grande y cara del lugar (y el parque estaba del lado de los ricos, donde solo habían mansiones), nunca había visto a nadie ahí, ella juraba que era una mansión abandonada hasta ese día en el que vio a un hombre alto, de pelo muy oscuro algo cano y de piel pálida, tenía unas pocas arrugas, aunque era un hecho innegable que era muy apuesto. 

Ella lo saludó y él solo asintió con la cabeza. 

Le dio mucha curiosidad aquel caballero, así que le preguntó a su vecina. 

Ella le dijo que, aunque tenía tiempo viviendo ahí no conocía mucho de él, solo que se llamaba George Harrison y que era "algo oscuro". Muchos le tenían miedo. 

— ¿"George Harrison"?  — dijo Serenity — ¿de verdad? 

— Sí, creo que así se llama...  

Se escuchaban muchos rumores acerca de él; Que era un hombre cruel y que había matado a su familia. Se decía que había hecho un pacto con el diablo y que a cambio de su gran fortuna le había entregado su alma o que simplemente se había vuelto loco. 

Este detalle no hizo más que llamar su atención. 

Lo volvió a encontrar caminando por el parque, lo saludó y él nuevamente solo asintió. 

Entonces ella se presentó. 

— Mi nombre es Serenity Johnson — le dijo — Me mudé por aquí hace poco. 

— Yo soy George Harrison. Mucho gusto. — Le dijo él con voz trémula y profunda y sin siquiera cambiar de expresión. 

— Igual — le respondió ella con una sonrisa. Aunque al escuchar aquella voz tan grave algo la había alterado (Tal vez la fama que él tenía). 

Entonces se separaron. 

Llegó a su casa y habló con su madre. Ella le dijo que no se acercara a gente tan misteriosa en especial si se decían tantas cosas de él. 

— Si es un vampiro tendré que andar con una estaca— Le dijo Serenity a su madre. 

— ¿Y si es un hombre lobo?, no tienes ni arma ni balas—. Dijo su madre siguiéndole el juego. 

Y así siguieron con su juego. 




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