La ultima vez que lloré.

Capítulo final: La última vez que lloré.

Yo cargue a los gemelos a la vez, eran una cosa maravillosa, apenas podía distinguirlos (o eso creo). Los reviso a ambos como para ver qué estén bien. 

Veo que Serenity me mira y se ríe. 

— ¿Qué te pasa? — le pregunto mirándola y sonriendo con los niños en mis brazos. 

— Los estas revisando como si te fueran a hacer una devolución si ves algo que no te gusta; y además te ves tan bobo con esa sonrisa y llorando — me dijo con su cansada sonrisa. 

Me acerqué a ella y le puse a los niños sobre el pecho y la volví a besar. 

— Por cosas como esas tienen más hijos que tiempo juntos — Dijo Sarah al entrar y sorprenderme besando a Serenity. 

— No te metas Grizzly — le dije. 

De inmediato todos nos invadieron la habitación, Josh y Audrey estaban muy curiosos por ver a sus nuevos hermanos y los subimos a la camilla junto a Serenity. Y ellos miraban fijamente a los bebés Josh parecía muy confundido, miraba a uno y luego al otro (eso fue divertido). 

— Son iguales — dijo Audrey. 

— Vaya — digo — es increíble que todo lo que me importa cabe en una camilla. 

— Oye, faltamos muchos ahí — dice John — no me hagas subir a la camilla junto con Sarah y los niños. 

— Bien — digo resignado — Todo lo que me importa cabe en esta habitación; ¿Mejor? 

— Sí — dijo Sarah. 

Luego de eso todos se concentraron más en los nuevos miembros de la familia. 

— ¿Y cómo se van a llamar? — dijo mi mamá. 

— Zachary y Dustin. 

— ¿Cómo los vamos a distinguir? — preguntó mi padre. 

— Hasta ahora la diferencia más notable es una pequeña marca en el trasero de Dustin — les digo. 

— Creo que sería un poco raro tener que mirarles el trasero cada vez que tengamos que saber cuál es cual — dijo Serenity. 

— ¿No que siempre hay uno más grande? — cuestiona John 

— Si, Zachary es 8 onzas más pesado y como 2 o 3 cm más grande. 

— Esa es una enorme diferencia — dice Sarah de manera sarcástica — cuando llene el pañal eso desaparecerá. 

— Creo que este tiene más cabello — dice mi madre — ¿Cual es este? 

Mire al niño y… en realidad son difíciles de distinguir al principio. 

— Ese es Dustin — digo luego de verificar su pulsera. 

— Bien — dice Serenity — necesitamos un método para diferenciaros por ahora (que no sea el trasero); que tal si le ponemos a cada uno una pulsera, azul Zachary y verde Dustin. 

Acordamos que por un tiempo sería conveniente hasta descubrir más sobre ellos. Suponemos que a medida que los tengamos con nosotros será más fácil. 

Nos dieron de alta del hospital un par de días después, y nos fuimos a casa, por suerte ya todo estaba preparado para los bebés, aunque nosotros creíamos estarlo poco después nos dimos cuenta de que era mucho más difícil de lo que creíamos, porque no solo teníamos que atender a los gemelos, sino que Audrey y Josh quienes también necesitaban mucha atención. Así que unas semanas después parecíamos un par de mapaches y al más mínimo minuto de silencio y tranquilidad ambos nos quedábamos dormidos (y eso que los bebés eran básicamente tranquilos, ahora bien, los gemelos tienen la característica de que a veces uno despierta al otro) pero, como ya dije antes... estamos atendiendo a cuatro. 

— Vamos por favor no me hagan como Josh — dijo Serenity a los bebés casi suplicándoles para que se queden con el chupete. Cosa que se negaban a hacer e igual que Josh lo hacía, ellos se niegan a tenerlo en a boca. 

— Es que no son bobos — le dije a Serenity — ellos saben que eso no tiene nada de comida ni sabor. 

— Me convendría un poco que se aboben, ya no recuerdo que se siente dormir. 

Finalmente, y por primera vez en su historia Serenity se dejó atender por las trabajadoras de la casa y que la trataran como a una señora, y lo hizo solo para poder descansar. 

Por suerte para nosotros los meses más difíciles pasaron rápido y fue cuando pudimos por fin dormir una noche completa sin que uno o el otro nos despertara, y ya los distinguimos de algún modo. 

A medida que pasaban los años y todos nuestros hijos crecían sanos, inteligentes y felices, eran todos muy traviesos y Serenity y nos hicimos partícipes en todos esos momentos. 

Nuestra casa está casi todo el tiempo llena de los juguetes de los niños tirados por doquier y patas arriba y eso que las trabajadoras siempre están tras ellos y Serenity los regaña por eso, ahora tenemos un par de perros ambos rescatados de la calle cuando eran muy pequeños, se suponía que se quedarían en el patio, pero la verdad es que la mayor parte del tiempo están dentro de la casa. Haciendo desastres junto a los niños. 




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