Las princesas del mafioso

Capítulo: 6

Katherine

Mis palabras son duras y puedo ver el dolor en sus ojos, ni siquiera sé que es lo que más me molesta, sé que no me gustan las armas, menos lo que él hace, pero ¿en realidad es eso lo que más me enfada? No lo sé, solo sé que también me molesta el amor tan grande que las gemelas le tienen, me molesta tener que compartirlas con él, Luke respira hondo antes de darme la espalda y mirarlas, ellas sonríen y hablan con uno de sus hombres, el cual tiene el cabello largo y mis pequeñas lo están peinando.

—Saulo —la voz de Luke sale dura y este rápido se pone de pie —sal de la casa, vayan a los auto y que los hombres vayan a la mansión, solo quédate tú y el chofer

—Señor —Luke se acerca a este, puedo ver cómo disimuladamente sin que las gemelas se den cuanta él le entrega su arma

—Ve al auto

—Señor se quedaría solo y

—Obedece —gruñe sin mirarlo, luego mira a las gemelas y les sonríe

—¿Papá por qué tienes tantos guardaespaldas? —cuestiona Elizabeth, Luke suspira y se sienta frente a ellas sin dejar de sonreír y es que sus ojos brillan cada vez que las niñas le dicen papá.

—Porque tengo mucho dinero —su respuesta me hace rodar los ojos y me alejo hacia la cocina, ¿qué demonios pretende? ¿Quiere ganárselas con su dinero sucio? Comienzo a hacer la ensalada cortando estas con rabia, mientras él le ofrece una mansión, yo solo tengo esta pequeña casa en un barrio pobre, mientras él las lleva en limusina, yo lo hago en un auto que aún debo y que muchas veces se rompe a mitad de camino, mientras él le regala relojes de diamantes y oro yo tengo que trabajar día y noche para comprar la comida, maldigo cuando acabo cortándome y suelto rápido el cuchillo, mis ojos se llenan de lágrimas mirando la sangre, estoy celosa, lo sé y es tonto.

—¡Dios! —escucho su voz y luego él toma mi mano —debes tener más cuidado

—Déjame

—Puedo curarlo

—¡Puedo sola Luke! —le grito alejando mi mano de las suyas —soy enfermera joder, ¿lo olvidas? —veo como su mandíbula se tensa

—¿Qué te pasa?

—Pasa que odio mi vida desde que tú estás en ella —digo sin pensar mirando sus ojos —¿por qué no te vas Luke? Han pasado años

—No estoy aquí por ti Katherine —suelta con tanto desprecio como yo —si no hubiera escuchado ese día que eras madre habría dejado que te mataran —agrega lleno de rabia —porque desde el día en que me abandonaste dejaste de importarme, amo a la mujer con la que me voy a casar y solo estoy aquí por mis hijas —él se acerca más a mí y baja un poco la cabeza, tanto que siento su respiración contra mi boca y no aparta su mirada de mis ojos, me tenso por completo sin poder evitarlo —¿quieres que diga eso? —lo miro confundida aguantando la respiración

—¿Cómo?

—¿Te sentirías mejor si dijera eso?, esa cantidad de mentiras —murmura bajando la mirada hasta mis labios —o te sentirías mejor si dijera que a pesar de los años no he podido olvidarte, que cargo una foto tuya en mi bolsillo desde que te conocí y que me alegré ese día de encontrarte aunque tus hijas no hubieran sido mías —su mirada vuelve a mis ojos —¿con qué te sientes mejor? —trago el nudo que se forma en mi garganta

—Vas a casarte con otra mujer

—No todos los matrimonios son por amor —sus palabras me hacen ladear el rostro, es claro que no la ama, eso quedó claro con la forma en que la trató frente a mí.

—Es mejor que solo estés aquí por tus hijas Luke —expreso sin poder apartar la mirada dejando claro lo que quiero.

—Bien —él se aleja unos pasos de mí, luego mira la herida en mi dedo —venda eso, te esperamos en el comedor para comer —asiento con lentitud y luego sale de la cocina como si nada, como si no hubiese dicho lo que dijo, ¿aún me ama? Debería odiarme.

Luego de la cena Luke va con las gemelas hacia la habitación, yo recojo todo con calma y los minutos pasan, escucho risas y chillidos y camino hacia la habitación de las gemelas deseando saber lo que hacen, la puerta está abierta y me detengo bastante cerca, desde mi posición puedo verlos, ellas ríen mientras él les hace cosquillas y las besa, ellas querían un padre y ahora lo tienen, jamás había visto a mis pequeñas tan felices.

—¡Papá basta! —ríe Karla tomando el rostro de Luke con sus manos —tu barba pincha —sonrío con eso

—¿En serio? —Luke las mira sonriendo

—No nos gusta —suelta Elizabeth haciendo que Luke salga de la cama —pareces más viejo

—Y pinchas —ríen ambas criticando a Luke que no deja de sonreír

—Bien —él soba su barba mirándolas —¿qué más no les gusta de mí? —abre sus brazos, las pequeñas lo miran sentándose en la cama

—Siempre andas en traje —dice Elizabeth

—¿No les gusta?

—Sí, pero ¿es la única ropa que tienes? —Luke ríe mientras niega

—Ok princesas, ¿qué más no les gusta? —ellas se quedan pensativas

—Tus guardias solo visten de negro —Luke asiente —no nos gusta —dice Eli

—¿Qué color les gusta a mis niñas?

—Azul —dicen al mismo tiempo y aguanto la risa, no entiendo por qué Luke les pregunta tanto, pero ellas siguen —¿tienes tatuajes? —cuestiona Karla y miro a Luke que asiente, este da un suspiro y comienza a quitar su camisa, cuando termina deja caer esta al suelo y mi boca se seca mirando su pecho en donde hay varios tatuajes, uno me llama la atención, ya que tiene una K y recuerdo bien el momento en que lo hizo, él se da la vuelta y en la espalda tiene otros, luego vuelve a mirarlas.

—¿Alguno que no les agrade? —cuestiona con una sonrisa que hace que todo mi cuerpo reaccione y trago en seco, las gemelas señalan hacia uno de sus brazos en donde hay una sirena.

—Ese no nos gusta —dice Karla y él asiente

—¿Por qué?

—Es una mujer, no nos gusta —Luke alza las cejas y sonrío, ¿acaso están celosas?

—Bien mis princesas, no lo verán más —agrega yendo hacia ellas, yo me alejo de la puerta dando un suspiro y voy hacia la sala, tomo asiento pensando en todo lo ocurrido hoy y paso las manos por mi rostro, ellas están felices, yo también debería estarlo.




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