Katherine
Miro nerviosa mi reloj deseando que mi turno acabe, necesito llegar ya a la casa, estar con mis hijas y claro, llegar mucho antes que Luke, muevo nerviosa mi pie y vuelvo a los papeles frente a mí, odio hacer papeleo y odio que mi turno acabe tan tarde, respiro hondo cuando vuelvo a mirar el reloj y sonrío, ya puedo salir del Hospital e ir a casa, darme un baño, arreglarme un poco y cenar con mis hijas, niego con la cabeza, no puede ser que esté pensando en arreglarme para esperar la llegada de Luke, parece un pensamiento de una adolescente y más sabiendo que es el hombre al que abandoné años atrás sin siquiera darle explicaciones de nada, si las personas conocieran mi historia quizás me juzgarían, pero sigo pensando, a pesar de a veces arrepentirme, que fue la mejor decisión que tomé en ese momento.
—Kath —dejo de recoger mis cosas y me giro mirando a uno de los doctores con los que trabajo casi diariamente.
—Hola Jon —sonrío —ya acabó mi horario, por favor, no digas que debo hacer algo más —él ríe cuando levanto mis manos, pero rápido niega y respiro en paz
—Solo pasaba a saludar —dice rascando su cabeza y miro sus ojos
—¿Algo más? —ladeo el rostro confundida mirándole, ya que sigue donde mismo y parece nervioso —Jon debo irme, mis hijas me esperan y —me callo no queriendo hablar de Luke —y debo cenar con ellas.
—Por supuesto —él se hace a un lado y tomo mi bolso, camino hacia la puerta sintiendo su mirada sobre mí y admito que es incómodo —¿tienes planes para mañana? —su pregunta hace que me detenga de golpe y lo miro
—¿Cómo?
—Mañana en la noche
—Debo trabajar —sonrío —yo
—Ya no, estás libre —se acerca a mí —puedo cambiar eso, Kath —respira hondo —quiero cenar contigo mañana en la noche —asiento con lentitud pensando en sus palabras y me pierdo en sus ojos, sé que desde que comencé a trabajar aquí está interesado en mí, es imposible no notarlo pero
—Claro —suelto formando una sonrisa y él sonríe, debo dejar atrás el pasado y comenzar de cero, ¿quién sabe y él sea el indicado? Además, las gemelas llevan mucho tiempo queriendo que tenga citas, les gustará saber que tengo una para mañana.
Empujo la puerta y entro a la casa, suspiro al ver al hombre que está de espaldas a mí y miro el reloj, se supone que llegaría más tarde, pero aquí está y alzo una ceja mirando la ropa que trae, es solo un pantalón de mezclilla y un pulóver, pero todo le queda demasiado bien, Luke se da la vuelta y su mirada choca con la mía, el pasado me da una bofetada llenando mi cabeza de recuerdos al verle afeitado, no hay rastro alguno de la barba que tenía ayer y así parece el mismo hombre que conocí antes como si los años no hubiesen pasado por él.
—Están lavando sus manos para cenar —dice mirando mis ojos sin darse cuenta de todo lo que ha provocado en mí —hice la cena, espero sea de tu agrado —sonríe haciendo que mi corazón lata con más furia en mi pecho y él se acerca unos pasos a mí, está limpio, su perfume es riquísimo y no parece tener 38 años, ahora mismo diría que se ve hasta más joven que yo, estoy despeinada, con una ropa muy poco sexi y huelo a hospital.
—Estás cambiado —musito sin poder aguantarlo, él ríe
—A las niñas les encantó el cambio, solo que lo del tatuaje les dije que tenían que esperar un poco más para poder quitarlo —sonríe
—Luke
—Pareces cansada —alzo una ceja con sus palabras —ve y dúchate, te esperaremos para
—Gracias, ya lo sabía, no necesitaba que lo dijeras —ruedo los ojos pasando por su lado, pero él toma mi brazo y me tenso por completo
—Katherine no lo dije por
—Suéltame Luke —miro sus ojos —por favor —veo como tensa su mandíbula y aunque parece querer decir algo él suelta mi brazo y rápido voy hacia mi habitación en donde las gemelas luego entran a darme la bienvenida.
Tomo asiento frente a las niñas que miran la comida con ganas, Luke les sonríe y comienza a servirles mientras yo miro todo, no es la primera vez que él cocina, pero es la primera vez que siento ganas de llorar mirando la comida que antes me encantaba y que él hacía, cada plato en la mesa es el mismo de años atrás, lo miro sin saber a qué juega.
—Tengo regalos —dice sin mirarme mirando a las gemelas que lo miran rápido sonriendo y aprieto mis dientes deseando que lo que sea que trajo no supere mi salario de todo un mes
—¿Qué traes papá? —Elizabeth lo mira soltando los cubiertos y Luke se pone de pie
—Dame unos segundos princesa —él desaparece del comedor, las niñas lo esperan con ansias y yo sigo apretando los dientes, tanto que creo que se romperán y más cuando Luke deja las dos pequeñas cajas sobre la mesa, Karla grita feliz tomando su teléfono en la mano y Elizabeth se apresura a sacar el suyo de la caja.
—¿Les gustan? —Luke las mira esperando respuesta
—Waw, es hermoso el mío —expresa Eli mirando el teléfono de color azul que tiene en sus manos
—Me encanta papá —dice Karla acabando con mi poca paciencia y haciendo que mi dolor de cabeza aumente
—No puedes hacer esto —digo rápido y los tres me miran —no puedes darles teléfonos sin decirme Luke —me pongo de pie
—Kath
—¡Son niñas! —le grito mirando sus ojos —no puedes regalarles teléfonos sin hablar conmigo
—No es nada malo Katherine, además, solo podrán hacer fotos, videos y llamadas, también escuchar música, no tendrán Internet ni
—Estoy harta de lo que haces —lo señalo cuando se pone de pie —harta de tus regalos que valen una fortuna Luke, ¿qué pretendes con todo esto?
—No pretendo nada —río con sus palabras —Katherine
—Joder ese teléfono vale más que todo mi salario en varios meses —sonrío con rabia —ellas ya te quieren, no necesitas darles todo lo que yo no puedo para ganártelas
—No quiero eso Katherine, no es mi intención, los teléfonos
—Todo esto me supera y es horrible —bufo —los autos, los lujos, por Dios, no sé cómo estar a la altura si haces todo eso, yo —mis ojos se llenan de lágrimas, miro a las niñas que están calladas mirando sus platos y parecen tristes, ahora me doy cuenta de todo lo que he dicho frente a ellas y paso rápido por el lado de Luke saliendo del comedor sabiendo que arruiné la cena, entro a la habitación y me siento sobre la cama con la cabeza entre mis manos sintiéndome ridícula por hacer una maldita escena de celos.