Capítulo: 16

Katherine

En silencio bajo del jet mientras las gemelas toman las manos de Luke y sin dejar de hablar estas caminan frente a mí, desde su llegada diría que mi vida ha cambiado por completo, sonrío al ver a mis hijas felices, ni siquiera he preguntado donde estamos, pero poco me importa, ellos van hacia un auto y las niñas son las primeras en subir, Luke, sin embargo, se queda sujetando la puerta y suspiro deteniéndome frente a él, no sabía cuánto le extrañaba hasta que le vi, lo que vivimos en el pasado fue intenso, pero me fui, lo dejé todo por miedo cuando sabía que el miedo no daba nada bueno, compliqué la vida de todos por mi cobardía, si tan siquiera me hubiera quedado y hablado las cosas, pero ya no hay vuelta atrás.

—No estés enfadada conmigo —dice en un susurro mirando mis ojos —Kath

—Soy una idiota por sentir celos de las niñas —sonrío —me gusta que te quieran Luke, en el fondo lo hago, pero ¿sabes que es lo más gracioso? —él me mira interesado —que siempre supe que ibas a aparecer y siempre supe que ellas te iban a adorar.

—Kath

—Nunca dudé de que fueras a ser un buen padre —subo al auto dejándolo con la boca abierta y sonrío mirando a mis pequeñas, tienen al mejor papá del mundo, estoy segura de que Luke daría la vida por ellas y sé que pase lo que pase jamás dejará que algo malo nos suceda.

Observo por la ventanilla del auto a medida que este avanza, todo lo que veo es mar y eso me hace sonreír a cada segundo que pasa, las gemelas van a mi lado riendo mientras también miran todo y hablan con su padre, el auto toma un camino distinto y sigo mirando por la ventanilla mientras nos alejamos de la ciudad, sigo viendo el mar, pero este se sigue alejando de las personas hasta que el auto baja la velocidad y luego frente a nosotros unas rejas dobles se abren, observo todo con la boca abierta y el auto se detiene, sin esperar nada bajo de este mirando todo, frente a mí hay una mansión enorme, el aire impacta en mi rostro y doy varios pasos hacia la casa, a mi derecha hay una hermosa playa de arenas blancas que me deja sin aliento.

—¿Papá donde estamos? —miro a Elizabeth cuando habla

—En una casa —responde simple —mi casa y ahora la de ustedes —él sonríe

—¿Es tuya? —Karla abre la boca en una O haciéndome reír

—Señor —una señora se nos acerca y Luke va hacia ella

—Acompaña a las gemelas a su habitación —la mujer asiente —y dales lo que pidan

—Si señor —ella mira a las niñas —pequeñas —ellas me miran y asiento, es entonces que van tras la señora y yo miro hacia la playa.

—Debí imaginar que vendríamos a una de tus casas —digo sin mirarle

—¿Prefieres un hotel? Hay uno cerca, pero aquí tenemos playa privada —me tenso un poco cuando coloca sus manos en mi cintura —aquí estaremos bien —él deja un simple y breve beso en mi cuello, pero que eriza toda mi piel.

—Hace mucho que no me baño en la playa —me giro quedando entre sus brazos y miro sus ojos —pero no traje nada Luke —río —y las niñas tampoco

—Ven conmigo —Luke toma mi mano y echa a andar hacia la casa aunque bueno, es demasiado simple decirle casa a semejante lugar, entramos a esta por una enorme puerta y luego él va hacia un elevador, dentro de este pasamos poco tiempo mientras Luke me explica que solo son tres plantas, ¿en serio haya que son pocas? Bajamos del elevador y él vuelve a tomar mi mano, ¿sabrá todo lo que siento siempre que hace eso? Luke empuja una puerta pintada de blanco y entonces entramos a una bonita y amplia habitación desde la cual puedo ver el mar.

—¿Las niñas?

—En la planta de abajo —dice mientras yo miro la hermosa vista —estarán bien, hay muchos empleados aquí y todos esperaban nuestra llegada y no te preocupes, ninguno trae armas, nadie sabe dónde estamos y no lo sabrán, aquí soy solo Luke —me giro hacia él —un simple y millonario empresario —sonrío

—Es hermoso todo

—En cuanto a la ropa —él camina hacia unas puertas dobles —hice una llamada antes de venir hasta aquí —abre estas y entonces veo toda la ropa, camino rápido hacia el lugar que es más grande que mi habitación y está lleno de ropa de mujer, ropa de mi talla. —en la habitación de las gemelas está la ropa de estas y aquí la nuestra.

—Supongo que tú y yo

—Solo si quieres —lo miro —y no te obligaré a nada —él levanta sus manos y río

—No me gustaría dormir sola en un lugar tan grande —Luke asiente sonriendo con mi respuesta.

—Busquemos a nuestras hijas —él se acerca a mí —vamos a pasarla bien aquí —besa mi boca de forma rápida para luego salir.

Las gemelas bufan cuando el castillo de arena se derrumba y comienzo a reír, Luke puede ser perfecto, pero no sabe hacer castillos de arena aunque lo intente, los observo reír mientras los tres comienzan a lanzarse arena y niego con la cabeza, es otro niño más en este momento y supongo que es la magia de ser padre que nos hace a veces ser como niños.

—Señor la cena casi está lista —escucho a Saulo hablarle y me pongo de pie, Luke viene corriendo hacia mí con Elizabeth en sus brazos y Karla riendo detrás de ellos.

—Hora del baño —dice dejando a Elizabeth en el suelo y mirando mis ojos con una intensidad devastadora.

Luego de una larga ducha salgo de esta envuelta en una toalla, el lugar es hermoso, pero solo llevo un día acá y siento que estoy demasiado cansada, las niñas aquí no se cansan, ni siquiera quieren dormir, les encanta estar solo en la arena y bañarse en la playa, demasiado para mí. Salgo del baño secando mi cabello, pero me detengo en seco al ver a Luke en el balcón, ahí también hay una mesa y como la otra vez hay una rosa negra.

—Compré este lugar antes de que te fueras —lo escucho decir cuando me acerco —quería que nuestra Luna de miel fuera aquí, estaba seguro de que dirías que si —termina casi en un susurro.

—Luke —un nudo se forma en mi garganta

—No te estoy reprochando nada Kath —él me mira —simplemente te cuento por qué adquirí este lugar —él da un paso hacia mí —fue por ti, para ti, hay un yate con tu nombre cerca de aquí, vine solo una vez a verla, no vine más, Saulo me recordó que la tenía y aquí estamos —sonríe —Katherine —Luke suspira —no quiero volver a dejarte ir