Legado

El León y el Dragón

El profesor Julio Navarro levantó la mirada hacia el imponente palacio delante de él. Las puertas estaban adornadas con enchapados de oro dibujando el emblema de la familia real británica.

Permaneció un momento examinando los grabados de la puerta y continuó adelante por los salones alfombrados del palacio mientras un asistente guiaba a los invitados al salón del trono. Una extensa alfombra roja adornaba el piso mientras que el techo era cubierto con brillantes escayolas con incrustaciones de lapislázuli de colores azul y rosa con acabados dorados, al final del gran salón una escalera de mármol que parecía interminable era el camino por el cual los invitados subían hacia el salón principal.

Al llegar al pie de la escalera, Navarro volteó por un momento para observar el enorme cuadro que tenía delante, la coronación de la reina Victoria.

Ante sus ojos la imponente imagen no hizo sino más que traer a su mente los recuerdos de su ajetreada vida llena de dificultades, desventuras e intentos de asesinato de la reina.

—¿Es impresionante no es cierto? —Le interrumpió una voz— Ella es la responsable de que estemos aquí esta noche, ella fue la primera residente del palacio de Buckinham —Navarro volvió su mirada hacia la escalera y observó como una mujer quien era la guía, lucia una sonrisa radiante—. Mi nombre es Joane y estoy aquí para darle la bienvenida al palacio ¿Le importaría decirme su nombre, por favor?

—Sí, disculpe. Julio Navarro.

La mujer abrió los ojos de golpe.

—¡Lo siento, profesor! ¡No lo había reconocido!

«En ningún momento dije que fuera profesor —pensó Navarro—. Quizás tengan un apartado en la lista con las profesiones de cada invitado.» El traje Gucci que traía puesto se lo habían regalado el día anterior, una colega suya se lo dio antes de impartir su conferencia en el Shard London Bridge titulada "Religión y Poder en tiempos modernos". Navarro no se sentía cómodo con el traje ya que a su edad reflejaba un contraste con la ropa que traía puesto en ese momento. Sin embargo un recorrido por Londres le hizo perder la noción del tiempo, cogiendo lo primero que tuviese a la mano dejando atrás su terno gris habitual.

—En la invitación se indicaba que había que ir de etiqueta —dijo Navarro—. Espero que Gucci sea apropiado.

—Se le vio bien durante su conferencia de anoche, muy interesante por cierto, estoy segura de que no pasará desapercibido. Es un honor poder saludarlo profesor —añadió la mujer—. He sido una fanática suya desde muy joven cuando mi padre me regaló uno de sus libros.

Navarro se sonrojó, no le gustaba mucho hablar de él, pero respondió con una sonrisa a la mujer.

—Siempre es agradable conocer a mis lectores. El honor es mío.

—Sin embargo profesor, es una lástima que nuestro encuentro sea en estas circunstancias —Lamentó la recepcionista, dibujando una mueca.

Navarro no sabía a qué se refería, solo había sido invitado por la Universidad de Londres a dar una conferencia sobre religión y política. Tras terminar su conferencia la misma colega quien le obsequió el traje lo invitó a tomar un café, allí le habló de una ceremonia a la cual había sido invitada por el príncipe Jacob, el motivo era reservado, pero al tratarse del príncipe uno simplemente no podía decir que no. Navarro siempre había estado alejado de los puestos de poder o de las personas quienes los ostentaban, a quienes solo veía a través de libros o de alguna pantalla, sin embargo la oportunidad de conocer el palacio de Buckingham por dentro y tener la posibilidad de conocer al príncipe o a la reina, era una oportunidad que no podía dejar pasar. Aun así, se encontraba mucho más cómodo disfrutando del arte y la arquitectura del edificio.

—¿Podría decirme el motivo por el cual se organiza esta ceremonia? —susurró—. No he dormido bien de solo pensar en eso.

—No sabría darle una respuesta exacta profesor, a nosotros tampoco se nos ha informado el motivo, solo puedo decirle que todo el personal recibió órdenes directas del príncipe Jacob que esta ceremonia debía ser algo inolvidable.

Navarro sonrió con paciencia.

—¿Podría decirme entonces si la señorita Amelie Williams, ya ha llegado?

La mujer revisó en su tablet la lista de invitados

—Aun no profesor, pero estoy segura que no tarda en llegar.

—Eso espero —respondió Navarro—. No conozco a nadie por aquí.

—Estoy segura que la mayoría en esta sala lo conocen a usted —la mujer volvió a sonreír alegremente.

Navarro respondió a la sonrisa por cortesía, ocultando su incomodidad. Muy pocos anfitriones en el mundo tendrían la capacidad decir que organizan una ceremonia en el salón del trono del palacio de Buckingham. Y aún menos serían capaces de persuadir a cientos de personalidades para que lo dejaran todo de lado y viajaran a la capital de Inglaterra para asistir al evento.

El profesor dejó atrás a la guía, despidiéndose amablemente de ella mientras sorteaba a decenas de invitados, muchos de ellos con los teléfonos en las manos tomándose selfies, a veces en grupo u otras grabando los ambientes para sus redes sociales.

«Las fiestas del príncipe Jacob nunca han dejado de ser portadas en revistas», pensó.

Hace muchos años mientras terminaba una conferencia en el auditorio principal de la Universidad de Londres, una pequeña joven se le acercó, apenas tendría quince años y tuvo una pequeña conversación con él. Su principal duda era si los métodos utilizados por la monarquía para mantener el interés de los países en seguir perteneciendo a la Commonwealth algún día terminarían por separarla del Reino Unido. Navarro respondió que ya sea en diez o en cincuenta años la Commonwealth dejaría de existir, y la monarquía estaría utilizando métodos de represión que muchos países no aprueban, el tradicionalismo de la familia real no avanza con el tiempo y ello podría hacer que muchos países ya no vean con buenos ojos seguir perteneciendo a esa red de comercio. La sofisticación del pensamiento de la joven le impresionó muchísimo y, a pesar de no saber quién era disfrutó mucho de aquella conversación. Un par de minutos después de despedirse Navarro supo que la joven era Danika Damond, la hija del príncipe Jacob, y futura heredera al trono.




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