Legado

Los Pretorianos

Julio Navarro se sentía aturdido mientras avanzaba hacia el final de la calle. Tenía el mensaje de la nueva reina en la mente y no dejaba de repetírselo. No se había permitido sacar el medallón, lo continuó guardando en su bolsillo mientras le daba vueltas con la mano. Las personas salían de sus casas al oír el megáfono que anunciaba el deceso de la reina Olivia, algunos colgaban en sus balcones la bandera del reino unido mientras otros colgaban banderolas con su rostro. Al pasar cerca de un bar casi vacío, Navarro observó que por la televisión estaban transmitiendo un comunicado brindado por el primer ministro.

Entró, cogió un banco, ordenó una botella de agua y se prestó a escucharlo.

—Lamentamos hacer oficial que la reina Olivia acaba de fallecer, hacemos llegar nuestras condolencias a los familiares de la reina. Hace unos momentos acabo de hablar con el ministro de relaciones exteriores, quién me indicó que ya había iniciado el comunicado a los países de la Commonwealth, así como a todas las países con quiénes mantenemos relaciones no solo diplomáticas, sino también históricas... Sin duda es un día triste, no solo para el reino unido, sino para el mundo en general...

Un periodista interrumpió el comunicado para hacerle una pregunta al primer ministro. Aunque los miembros de seguridad le dieron señales para que guarde silencio. El hombre comenzó a gritar con más fuerza.

—¿Es cierto que el príncipe Jacob también ha muerto? ¿Está vinculada con esto la doctora personal de la reina? ¿El video en donde una mujer lanza a una amenaza contra Inglaterra está siendo investigada?

Los hombres de seguridad retiraron al hombre del recinto, los flashes de las cámaras se dispararon sin cesar sobre el hombre de prensa y sobre el rostro del primer ministro, quien tras un tomar un sorbo de agua continuó con su mensaje.

—Disculpe —Dijo Navarro al administrador del bar quién estaba barriendo bajo las mesas—. ¿Podría prestarme su baño por favor?

El hombre le señalo el baño, Navarro se acercó al lavabo y se echó agua fría en la cara, para ver si se despejaba. Descubrió la moneda de su bolsillo y la continuó examinando, la luz del fluorescente le permitió apreciarla con más detalle.

«El jabalí blanco» se dijo «Ricardo tercero, sin duda pero... No logro entender que significa».

Navarro observó un pequeño detalle acuñado al reverso del jabalí, el símbolo con relieve al parecer era una «SM»

Al salir notó que el administrador estaba sentado viendo la televisión. Un grupo de reporteros entrevistaba a miembros de la abadía de Westminster, quienes habían visto a Amelie Williams en los pasillos de la iglesia.

—¿Tu no eres de aquí cierto? Preguntó el sujeto con un marcado acento británico.

Navarro le observó desconcertado.

—Vengo con frecuencia a Londres a brindar conferencias —respondió— una vez cada año al menos.

—¿Debe ser raro observar todo esto no es así? Solo los que nacemos bajo el reino sentimos en lo profundo de nosotros la muerte de la reina y como otra mujer es señalada como regicida. Es curioso, no se había visto a un personaje así desde Michael Fagan. Espero que de lo que acusan a la mujer sea solo un rumor.

«Yo también lo espero» pensó Navarro.

El hombre cambio de canal y el rostro de Amelie Williams recitando el poema se mostró en la pantalla, unos comentaristas intentaban descifrar el poema, uno de ellos era un ex director del MI5 y explicaba que el vídeo y los actos de sedición en contra de la familia real tendrían consecuencias muy graves.

—¿Has visto el vídeo completo?—Preguntó el administrador mientras retrocedía el programa— Estuve analizándolo una y otra vez, tengo un grupo de amigos que somos aficionados a los puzzles y acertijos.

—¿Y ya han tenido suerte? —Preguntó casi tartamudeando

—Poca, no se trata de un poema escrito anteriormente pero si notamos un par de detalles. En el fondo del vídeo suena la canción Miserere Mei Deus, sabemos que fue una canción escrita por el Gregorio Allegri en el siglo XVII durante el pontificado del papa Urbano VIII. Se trata de la musicalización del salmo 51, o también conocido como el Salmo de David. En un principio, se impuso una prohibición de ejecutar la obra fuera de la capilla Sixtina; incluso se amenazaba con la excomunión a quien la copiara, no fue sino hasta que Mozart tomó notas de la ópera y la transcribió al papel de memoria, y la distribuyó hacia toda Europa.

Navarro, abrió los ojos impresionado por lo que había logrado hallar el hombre delante de él, sin duda habia gente muy interesante con trabajos comunes,

 — ¿Se sabe algo más de esa melodía? ¿Historia, cultos?

—La letra de la canción habla del rey David, quien se enamoró de la mujer de Urías, uno de los soldados de su ejército. De forma indirecta mandó matar a Urías para poder casarse con su mujer, Betsabé. Como consecuencia de todo esto Dios envió a Natán, un profeta, para que le revelara a David las consecuencias de sus actos. El arrepentimiento de David llegó cuando el profeta fue a hablar con él. David reflexionó y se dio cuenta de lo que había hecho, le había fallado a Dios. Sintió un gran dolor, suplicó por compasión y le rogó que intervenga en su vida. En cuanto a su tradición se compuso para ser cantada en la dentro de la capilla Sixtina, miércoles y viernes durante la semana santa. Esos días las velas que iluminan la Capilla Sixtina desde el presbiterio se van apagando progresivamente, y de una en una, como un símbolo de duelo, hasta dejarlo completamente a oscuras.

Navarro sopesó la explicación, pero siguieron pareciéndole sin ilación. Sin embargo, en aquel momento se percató, que Amelie lo había convocado al Palacio de Buckingham aquella noche no en calidad de invitado, sino como alguien que debía resolver su acertijo, incluso siendo sospechoso de ser su cómplice, y siendo blanco del interrogatorio del MI5.




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