En los días siguientes, David y Layla comenzaron a encontrarse más a menudo en la biblioteca. Al principio, sus conversaciones eran breves y formales, pero poco a poco empezaron a abrirse más, compartiendo detalles de sus vidas y descubriendo intereses comunes.
Un día, mientras ambos estaban sentados en una mesa de estudio, David rompió el silencio. "¿Qué te llevó a estudiar arqueología?"
Layla levantó la vista de sus notas y pensó por un momento. "Siempre me ha fascinado la historia de mi país. Mi padre solía contarme historias sobre nuestros antepasados y las civilizaciones antiguas. Creo que eso despertó mi interés."
David asintió, interesado. "Debe haber sido increíble escuchar esas historias. Mi madre también solía contarme historias, aunque más sobre la ley y la justicia. Supongo que eso me llevó a estudiar derecho."
Layla sonrió, sintiendo una conexión. "Parece que ambos fuimos influenciados por nuestros padres. Es curioso cómo las historias pueden moldear nuestras vidas."
David sonrió en respuesta. "Sí, es verdad. A veces me pregunto qué habría pasado si hubiera elegido otro camino."
Layla lo miró con curiosidad. "¿Alguna vez pensaste en estudiar otra cosa?"
David se encogió de hombros. "A veces. Me gusta la historia y la filosofía. Pero el derecho siempre me pareció una forma de hacer algo significativo, de ayudar a la gente."
Layla asintió. "Entiendo. Creo que todos buscamos eso, de alguna manera. Mi padre siempre decía que conocer nuestra historia nos ayuda a entender quiénes somos y hacia dónde vamos."
David sonrió. "Tu padre parece haber sido un hombre sabio."
Layla bajó la mirada, una sombra de tristeza cruzando su rostro. "Lo era. Lo extraño mucho."
David sintió un nudo en la garganta. "Yo también extraño a mi madre. A veces, cuando estoy estudiando, pienso en lo orgullosa que estaría de mí."
Layla levantó la vista y sus ojos se encontraron. "Es difícil perder a alguien tan importante. Pero creo que, de alguna manera, siguen con nosotros, en nuestras decisiones y en nuestras pasiones."
David asintió, sintiendo una conexión más profunda con Layla. "Tienes razón. Y creo que, al seguir adelante, honramos su memoria."
Layla sonrió, una sonrisa cálida y sincera. "Sí, eso creo."
A partir de ese momento, sus conversaciones se volvieron más personales y significativas. Hablaron de sus sueños, sus miedos y sus esperanzas para el futuro. Descubrieron que, a pesar de sus diferencias, compartían muchas cosas en común.
Un día, mientras discutían sobre un antiguo texto, David se dio cuenta de que Layla tenía un conocimiento impresionante sobre la historia de su región. "Eres realmente apasionada por esto, ¿verdad?" comentó David, admirado.
Layla asintió con entusiasmo. "Sí, siempre me ha fascinado. Hay tanto que aprender y descubrir. Cada vez que leo sobre una nueva excavación o un hallazgo arqueológico, siento que estoy conectando con el pasado."
David sonrió, sintiendo una creciente admiración por ella. "Es increíble. Me encantaría aprender más sobre eso. Tal vez puedas enseñarme algunas cosas."
Layla se sorprendió gratamente. "Claro, me encantaría. Y tal vez tú puedas enseñarme algo sobre derecho. Siempre he encontrado fascinante cómo las leyes han evolucionado a lo largo de la historia."
David asintió, sintiendo que estaban construyendo una amistad basada en el respeto y la curiosidad mutua. "Me parece un buen trato."