Con el tiempo, David y Layla decidieron dar un paso más en su relación. David la invitó a cenar en un pequeño restaurante italiano cerca de la universidad. El lugar era acogedor, con luces tenues y música suave de fondo, creando un ambiente íntimo y relajado. La noche fue mágica, llena de risas y conversaciones sinceras.
Hablaron de sus sueños, sus miedos y sus esperanzas para el futuro. David le contó a Layla sobre su deseo de convertirse en un abogado que luchara por la justicia y los derechos humanos. Layla, por su parte, compartió su pasión por la arqueología y su sueño de trabajar en proyectos que ayudaran a preservar la historia de su región.
"Me alegra que hayamos hecho esto," dijo David, tomando la mano de Layla. "Siento que puedo ser yo mismo contigo."
"Yo también," respondió Layla, sonriendo. "Pero hay algo que debo decirte..."
David la miró con preocupación, su corazón latiendo más rápido. "¿Qué es, Layla?"
Layla tomó una respiración profunda, sus ojos reflejando una mezcla de nerviosismo y determinación. "David, hay algo sobre mi pasado que no te he contado. Algo que podría cambiar cómo me ves."
David frunció el ceño, preocupado. "Layla, puedes decirme cualquier cosa. Estoy aquí para ti."
Antes de que Layla pudiera continuar, su teléfono sonó. Era su tío, recordándole una reunión importante al día siguiente. Layla se disculpó y se despidió apresuradamente, dejando a David con una sensación de incertidumbre.
Mientras caminaba de regreso a su dormitorio, David no podía dejar de pensar en lo que Layla había intentado decirle. Sentía una mezcla de preocupación y curiosidad, pero también una profunda conexión con ella. Sabía que, fuera lo que fuera, quería estar a su lado y apoyarla.
Al día siguiente, David no podía concentrarse en nada más. Decidió llamar a Layla para encontrarse y hablar. Eligieron un parque tranquilo, donde podían conversar sin interrupciones.
"Gracias por venir," dijo David, intentando sonar tranquilo. "Anoche mencionaste algo sobre tu pasado. Me gustaría que me lo contaras."
Layla asintió, su expresión seria. "David, lo que tengo que decirte no es fácil para mí. Pero creo que necesitas saberlo. Hace unos años, estuve comprometida con alguien en mi país. Las cosas no salieron bien, y fue una experiencia muy dolorosa para mí."
David escuchó con atención, sin interrumpir. "Layla, entiendo que eso debe haber sido muy difícil. Pero lo que sucedió en tu pasado no cambia lo que siento por ti ahora. Todos tenemos historias complicadas."
Layla sintió una oleada de alivio. "Gracias, David. Temía que al saber esto, podrías verme de otra manera."
David tomó su mano y la miró a los ojos. "Layla, tu pasado es parte de quien eres, y no podría admirarte más por la persona que eres hoy. Quiero estar a tu lado, apoyarte en lo que necesites."
Layla sonrió, sus ojos llenos de gratitud. "Gracias, David. Me hace sentir más fuerte saber que estás conmigo."
David se acercó y la abrazó, sintiendo una conexión aún más profunda con ella. Sabía que, juntos, podían superar cualquier desafío.