Noticias y Acusaciones.
Una vez terminada todas las clases, me encuentro caminando hacia la parada del autobús, hace un poco más de frío de lo normal, por lo que pienso que traer una chaqueta de más fue una sabia decisión. Normalmente suelen estorbarme hasta maldecir quien las invento pero aún así las sigo trayendo.
Al llegar me siento, saco mi teléfono para observar la hora, son las 5:25, si no cálculo mal, el próximo autobús pasará en unos diez minutos más o menos. Podría caminar de sólo pensar en estar por la calle sola, me aterra, lo he hecho anteriormente sin problemas, pero con el último incidente solo abrió viejas heridas que había creído sanas.
Saco mis auriculares para escuchar algo de música, siento como Maroon 5 me relaja y al mismo tiempo me den ganas de bailar, balanceo mis pies al ritmo de la música. Cierro los ojos sacando todas las malas vibras que Derek dejó en mí, apenas mi labio empieza a temblar lo aprieto para mantenerme serena. Siento cómo alguien se sienta a mi lado pero no le presto atención, sólo abro los ojos en caso de que sea un ladrón o un secuestrador pero al cabo de unos segundos dicha persona me quita el audífono izquierdo.
Me volteo con molestia pero me relajo al ver una rubia ojos café, Lauren. Claro que ella no es mi persona favorita en estos momentos, pero agradezco que sea ella y no Derek. Ladeo mi cabeza pensando en por qué demonios interrumpe mi música.
── Hola, ¿Qué te trae por aquí? ──Pregunto con fingida amabilidad, normalmente Lauren parece un mono sostenida de Ryan todo el tiempo. Al mencionar su nombre recuerdo que no lo he visto en todo el día.
── Quise verte. ──Su tono de voz amable tiene un deje... amenazante que me pone alerta. La miro con detenimiento esperando cualquier cosa.
── ¿Y eso? ──Pregunto siguiendo su juego de somos las mejores amigas── ¿En qué puedo
ayudarte?
── Oye me caes súper bien. ──Su sonrisa me parece falsa, no dudo ni dos segundos en regresarla.
── Que genial.
── Así que quiero pedirte algo.
── Dime.
── Aléjate de mí Ryan. ──Escucho como recalca el "mi".
Entendiendo a donde va esta conversación, me muestro inexpresiva, me dedico a observarla, sus facciones tan finas y que en el primer momento que la vi me parecían de lo más amables ahora se muestra fría, como si yo fuera un problema que necesita eliminar.
── ¿Por?
── ¿Y aún lo preguntas? ──Se ríe como si le hubiese contado el chiste del siglo── Por favor mírate, tu reputación hace que lo absorba también a él, eres una perra egoísta. Ignoraste sus sentimientos pero ahora él está conmigo, y no me gusta la forma en cómo los rumores se lo comen por tu culpa.
Mis dientes rechinan por el enojo.
── Qué te importa.
── Claro que me importa, es mi novio. ──Responde con tono obvio── Pero pobre de ti, nadie querrá acercarse a ti, ni siquiera Derek. Es el novio de Jenna.
Respiro hondo para ignorar la mención de Derek.
── Si todo eso es cierto, ¿no estás arruinando tu reputación al estar aquí conmigo? ──Su mirada furiosa hace que suelte una carcajada── Cuidado y dicen que te estoy enseñando como ser una cualquiera, oh, espera. Creo que ya sabes cómo serlo, no necesitas mi ayuda.
Eso último lo digo levantándome, ya que el autobús está llegando a la parada, me subo en el sin voltear ni una sola vez. Me siento al otro lado para no tener que seguir viendo su horrenda cara. Cuando el autobús empieza a acelerar, todas sus palabras inundan mi mente de forma abrupta y sin pedirme ningún permiso.
Me pregunto qué he hecho yo, no entiendo cómo es que me gano el odio de las personas más pronto que cualquier otra cosa. No entiendo cómo es que de pronto Jenna empezó a odiarme tanto, no sé en qué momento le hice algo malo, y sobre todo, no entiendo por qué tuve que ser yo el blanco de todas esas mentiras que engañan a todos, incluyendo a Derek. Bufo para mí misma al parecerme ridículo que ello me preocupe.
Lauren no me dijo nada que yo no supiera, claro que yo sé todo eso, cada día desde hace más de tres años, me sentía culpable por hacer que él perdiera respeto como un profesor de clases. Bajo la mirada donde mi bolso está abierto con mi celular a la vista, solo busco un poco y saco una libreta vieja donde están todos los papeles que me han tirado con ofensas, cada una estirada, aunque aún arrugada, pegadas en cada página.
Todas esas ofensas... Ryan no ha hecho nada malo para merecer eso.
Eso no me importa.
Siempre decía lo mismo, y lo peor es que lo decía copiando desde mis palabras hasta la forma de pronunciarlo, eso sólo me dice que en realidad sí le importa. Tal vez si soy una egoísta después de todo, debí aclarar todos los rumores y poner todas esas denuncias, así Ryan no estaría afectado. Ahora un imbécil me dejó aún más en ridículo y tengo a una patética mujer creyéndose la descubridora por saber los rumores, que todos ya saben.
Ridícula. Pienso agriamente sintiendo como crece mi dolor de cabeza.
Mi celular vibra sacándome de mis pensamientos depresivos, guardo la libreta junto con los auriculares, respiro hondo un par de veces para calmarme. Veo mi celular y es un número desconocido.
Recuerdo que al principio al ver los números desconocidos entraba en pánico, solía tener crisis de ansiedad con ese simple hecho, lo fui superando sí, pero aun así cada vez que me llega una llamada así, el miedo en mí se dispara.
── ¿Hola? ──Pregunto con la voz temblorosa.
── ¿ Hablo con la señorita Carvajal? ──Pregunta una voz que desconozco. Me preocupa pero me calmo a mí misma diciéndome que no debo ser paranoica.
── Sí, soy yo.
── Le hablamos del Museo Sharlem ──Contengo la respiración al escuchar sus palabras── Hemos estado evaluando las muestras que nos ha enviado y nos gustaría llegar a un acuerdo con usted. Si le interesa, puedes participar en la exhibición, que será en dos meses. Sólo necesitamos que venga este sábado para llenar unos datos y listo.
#4250 en Novela romántica
#260 en Joven Adulto
peleas celos amistades nuevas romance, amor celos, amor inseguridades deseo drama
Editado: 14.11.2024