Noticias y Acusaciones.
Una vez terminada todas las clases, me encuentro caminando hacia la parada del autobús, agradecida de haber decidido traer un abrigo extra por el frío que está haciendo.
Camino a paso lento algo desanimada, sintiendo como lo poco que tengo se está yendo a la mierda.
Al llegar me siento, saco mi teléfono para observar la hora, son las 17h, si no cálculo mal, el próximo autobús pasará en unos diez minutos más o menos. Decido esperar sin más, mi ánimo está tan bajo que no se me antoja caminar hasta mi apartamento.
Cansada de sentirme tan triste, me pongo los audífonos para escuchar algo de música, intentando con todas mis fuerzas, sacar todos esos sentimientos negativos que Derek me dejó desde temprano.
Estaba tan absorta en la música, que me sobresalto al sentir a alguien quitarme uno de ellos.
Me volteo lista para pelear con Derek, pero al ver que se trata de Lauren, vuelvo a relajarme. Solo que no del todo, no confío en ella.
── Hola, ¿Qué te trae por aquí? ──Pregunto con fingida amabilidad── Si buscas a Ryan, él…
── En realidad, vine a verte a ti. ──Su tono de voz amable tiene un deje... amenazante que me pone alerta.
La miro con detenimiento, pensando muy bien mis palabras.
── ¿Y eso? ──Pregunto── ¿En qué puedo ayudarte?
── Oye me caes súper bien. ──Su sonrisa me parece falsa, no dudo ni dos segundos en regresarla.
La verdad que no lo parece.
── Que genial. ──Sonrío sin ganas.
── Así que quiero pedirte algo.
── Dime.
── Aléjate de mí Ryan. ──Escucho como recalca el “mi”.
Aaah…
Cierro los ojos unos segundos, mentalizándome en lo que haré. Cuando abro los ojos nuevamente, mi expresión es casi nula, pero firme como una piedra. Ella se sorprende, claramente, ella esperaba verme alterada.
Pero no le daré ese gusto.
── ¿Por? ──Pregunto sin más.
── ¿Y aún lo preguntas? ──Se ríe como si le hubiese contado el chiste del siglo── Por favor mírate, tu reputación hace que lo absorba también a él, eres una perra egoísta.
── Me parece que, en cualquier caso, la decisión es de Ryan.
── No podemos fiarnos de sus decisiones cuando se trata de ti, porque claramente, las toma en base a los sentimientos que tiene por ti aún.
Niego con la cabeza.
── Creo que estás equivocada, Ryan no siente nada por mí.
── Hay que ser muy tonto para no darse cuenta, Alex.
Aprieto los labios.
── Supongamos que lo está, ¿por qué sale contigo entonces? ¿para olvidarme?
Escucho sus dientes rechinar del enojo.
── Eres una…
Alzo una mano para detenerla.
── ¿Por qué me atacas a mí? ──Le cuestiono sin entender── Atácalo a él, y si no te sientes amada, búscate a alguien que te de su cien por ciento.
── ¿Eso quisieras no? ¿Qué me aleje? Pues no, yo lo quiero a él.
── ¿Y yo que papel juego allí?
── Ya te lo he dicho, que te alejes. ──Responde con tono obvio── No le haces bien a la vida de nadie, te recomiendo que te alejes. Eso incluye a Derek, recuerda que él está con Jenna.
Respiro hondo para ignorar la mención de Derek.
── Mira, déjame dejarte algo claro. No puedes mandarme, nadie puede hacerlo.
── Claro que puedo.
── ¡No puedes! ──Lauren retrocede ante mi enojo── Porque quieres responsabilizarme por acciones que no me corresponden, si quieres que Ryan no esté conmigo, habla con él. Él se seguirá acercando porque es mi mejor amigo, y llegue muchos años antes que tú, idiota. Y Derek, ¿lo has conocido siquiera? Lo he visto hacer lo que le da la gana desde siempre. No me metan en sus inseguridades y déjenme en paz.
Eso último lo digo levantándome, ya que el autobús está llegando a la parada, me subo en el sin voltear ni una sola vez. Me siento al otro lado para no tener que seguir viendo su horrenda cara. Cuando el autobús empieza a acelerar, todas sus palabras inundan mi mente de forma abrupta y sin pedirme ningún permiso.
Me pregunto qué he hecho yo, no entiendo cómo es que me gano el odio de las personas más pronto que cualquier otra cosa. No entiendo cómo es que de pronto Jenna empezó a odiarme tanto, no sé en qué momento le hice algo malo, y, sobre todo, no entiendo por qué tuve que ser yo el blanco de todas esas mentiras que engañan a todos, incluyendo a Derek.
Bufo para mí misma al darme cuenta de que la opinión de Derek me preocupe.
Lauren no me dijo nada que yo no supiera, claro que yo sé todo eso, cada día desde hace más de tres años, me sentía culpable por hacer que él perdiera respeto como un profesor de clases.
Bajo la mirada donde mi bolso está abierto con mi celular a la vista, solo busco un poco y saco una libreta vieja donde están todos los papeles que me han tirado con ofensas, cada una estirada, aunque aún arrugada, pegadas en cada página.
Todas esas ofensas... Ryan no ha hecho nada malo para merecer eso.
Eso no me importa.
Siempre decía lo mismo, y lo peor es que lo decía copiando desde mis palabras hasta la forma de pronunciarlo, eso sólo me dice que en realidad sí le importa. Tal vez si soy una egoísta después de todo, debí aclarar todos los rumores y poner todas esas denuncias, así Ryan no estaría afectado. Ahora un imbécil me dejó aún más en ridículo y tengo a una patética mujer creyéndose la descubridora por saber los rumores, que todos ya saben.
Ridícula. Pienso agriamente sintiendo como crece mi dolor de cabeza.
Mi celular vibra sacándome de mis pensamientos depresivos, guardo la libreta junto con los auriculares, respiro hondo un par de veces para calmarme. Veo mi celular y es un número desconocido.
Nunca me han dado confianza contestar un número desconocido, pero solo por si acaso, contesto.
── ¿Hola? ──Pregunto con la voz temblorosa.
── ¿Hablo con la señorita Carvajal? ──Pregunta una voz que desconozco.
#3975 en Novela romántica
#254 en Joven Adulto
peleas celos amistades nuevas romance, amor celos, amor inseguridades deseo drama
Editado: 17.01.2025